Juana Rivas se querella contra el juez que la condenó y lo ataca por machista
Manuel Piñar la tildó de «peligro» para sus hijos y la mantuvo en prisión tras el indulto
Juana Rivas se querelló formalmente ayer contra el juez Manuel Píñar, magistrado del Juzgado de lo Penal 1 de Granada. La defensa de Rivas lo acusa de «delito continuado de prevaricación judicial», «atentado contra la intimidad moral» y el consiguiente «maltrato institucional», así como por «sus ilegales decisiones» mientras enjuició el caso.
La decisión de tomar medidas en los juzgados contra el propio juez estaba avisada desde hace tiempo por la defensa de la madre granadina, pero no se concretó hasta ayer mismo. Después de que el Tribunal Supremo haya rechazado el último recurso contra su indulto parcial y, por tanto, haya dado fin a su periplo judicial en España por la sustracción de sus dos hijos hace seis años. Píñar ha estado en el eje de la polémica desde que el caso Rivas llegó a la Audiencia Provincial de Granada en 2017. Un caso con grises que generó desde el inicio dos bandos entre quienes apoyaban sin miramientos a la madre granadina y quienes clamaban contra el secuestro de sus hijos de forma ilegal. El magistrado ganó un papel protagonista a partir del auto en el que denegaba la libertad total a Rivas y la petición de que siquiera tuviera que afrontar la condena de año y medio que le quedaba tras la medida de gracia. La argumentación del magistrado fue, de hecho, el detonante para que la defensa se decidiera a querellarse. Píñar ponía sobre la mesa los presuntos abusos sexuales sufridos por uno de sus hijos mientras estaba a su cargo. Una cuestión que quedó sepultada por dictamen judicial en protección de los niños. Para el juez granadino, explicaba en el auto, la madre era un «peligro» para sus hijos. Se atenía además a los informes psicológicos que se le habían hecho tanto en Italia como en España. En uno de ellos, es más, se hablaba de cómo ésta era «incapaz» de distinguir entre «sus intereses y los de los menores».
La querella, aparte del presunto abuso a los menores, alude a otros encontronazos con el juez. Primero, por el expediente de indulto que tramitó en su día para evitar la medida de gracia. No había ninguna razón por la que Píñar tuviera que desaconsejarla a través del expediente, ya que no entraba en su ámbito, defienden los abogados de Rivas. En segundo lugar, la querella apunta a un «maltrato judicial». Sobre la decisión de Píñar de que Rivas entrara en prisión, insisten en que «sin trámite alguno se acuerda la busca, captura e ingreso de la querellante». Rivas entró al centro penitenciario Matilde Cantos de Granada de forma voluntaria. Consiguió el tercer grado y Píñar revocó aquel tercer grado. Para finalizar, la querella apunta a tres «falsedades» que Píñar argumentó en varias ocasiones: la falta de arrepentimiento, que se había reiterado en el delito y el haber permitido el abuso sexual de uno de sus hijos. Todas son desmentidas por la defensa. Además, se hace referencia a una mala y «tensa» relación anterior con el juez por motivos ideológicos.