La hazaña de la «frágil y heroica» escuadra española en el combate del Callao
En 1866, Méndez Núñez atacó este puerto peruano para «restituir el honor» de España
A lo largo de sus casi 120 años de historia, ABC ha recordado en numerosas ocasiones la hazaña protagonizada por Casto Méndez Núñez el 2 de mayo de 1866. «Era necesario dar un mentís a quienes acusaban a la escuadra española de haber atacado una plaza indefensa [como Valparaíso un mes antes], y el argumento más determinante era plantarse ante la plaza más fuerte [de el Callao]», contaba el diario en 1971.
Un mes antes, el almirante vigués había castigado a la ciudad chilena con más de 2.600 bombas siguiendo órdenes de su Gobierno en el transcurso de la ‘Campaña del Pacífico’. Un conflicto que tuvo su origen en la conquista de las islas Chinchas por parte de España, dos años antes, para obligar al presidente peruano a investigar el asesinato de varios trabajadores españoles en sus tierras. Aquello desembocó en un enfrentamiento contra Perú que, tras sumarse Chile, Ecuador y Bolivia, se prolongó hasta el combate del Callao.
Muchos historiadores coinciden en que la decisión de Méndez
Núñez fue casi suicida, pues su escuadra partía con desventaja. «Todas las fragatas, excepto una, eran de madera. Solo la Numancia, el buque insignia, estaba blindada», apuntaba este diario en el citado reportaje. En 1966, con motivo del centenario, hablaba de una «frágil pero heroica escuadra, con buques de madera que se acercaban al enemigo entre torpedos».
Había que salvar el honor de la Armada ante las acusaciones de que lo de Valparaíso había sido una matanza gratuita contra una plaza desprotegida. Cuando un alférez se presentó ante él un día antes del ataque con la orden de suspenderlo y regresar a la Península, se negó. «Usted no ha llegado todavía. Llegará el día 3 y yo mañana bombardearé el Callao», le advirtió.
No era una bravata, pues se jugaba su carrera militar. Además, los otros comandantes le apoyaron. Así, sus naves se acercaron a la plaza en formación de V el 2 de mayo a las 11.15. El capitán de la escuadra enemiga intentó disuadirle, pero nada, «Si se coloca entre la ciudad y mis buques, mi deber sería echarle a pique», le comunicó.
El secretario de Guerra peruano, José Gálvez, ubicado en la Torre de La Merced, ordenó que dejasen a los españoles empezar el ataque. La Numancia lanzó el primer disparo a las 12.00 y comenzó la batalla. «A los treinta minutos, Méndez cayó herido en mis brazos. Solo yo había quedado ileso entre los que ocupábamos el puente de mando. Aún así, Méndez se empeñó en seguir en su puesto, pero a los cinco minutos, desfallecido, yo ya no podía sostenerle y fue conducido al hospital de sangre», contaba días después el comandante de la Numancia en una carta.
El combate se prolongó durante cinco horas y murieron 43 españoles. La cifra de víctimas peruanas oscila entre los noventa y los dos mil, aunque esta última cifra es improbable. «Caía de nuevo una espesa calima cuando los buques efectuaron los últimos disparos. La que por la mañana era una formidable plaza fuerte, solo respondía con el fuego de tres cañones. Méndez Núñez tenía ya la orden de regresar a España y podía hacerse, pues el honor estaba ya muy a salvo», añadía ABC en 1966.