Veterana galerista suiza
Fallecida a unos meses de cumplir los 100 años, compartió aventuras en pro de la tapicería con Pierre Pauli, su marido; y, en 1962, fundó en Lausanne una de las galerías de más solera
Nacida Bucher, en Moutier, localidad del Jura, la veterana galerista, fallecida el pasado 15, inició su actividad en el terreno de la relojería (rasgo suizo donde los haya, que la llevó a viajar mucho a los Estados Unidos, donde aprovechaba para visitar museos), y luego como colaboradora de su marido, Pierre Pauli (1916-1970), grafista y museógrafo con el que se casó en 1954. Impulsores, a partir de 1962, de las célebres Bienales Internacionales de la Tapicería de Lausanne, muy apoyados por Jean Lurçat (de la difusión de cuya obra pronto se ocuparían), lograron convertir ese evento, que se mantuvo hasta 1995, en la referencia europea en la materia. Por ahí pasaron polacas, como Magdalena Abakanowicz o Jolanta Owidzka; rumanos, como el matrimonio Jacobi (Ritzi, la mujer, falleció hace unas semanas); la croata Jagoda Buic; la norteamericana Sheila Hicks; la suiza y esencial Marguerite Carau y también Josep Grau Garriga o Aurèlia Muñoz. Hoy la Fundación Marie Toms–Pierre Pauli preserva ese legado.
1962 fue también el año en que Alice decidió abrir su galería en su ciudad de residencia, que entre 1972 y 1976 contaría con una antena, Artel, en Ginebra, de la que eran socios sus colegas parisienses Jeanne Bucher y Claude Bernard. En Lausanne expuso, y la lista habla por sí sola de su búsqueda de la excelencia, a Bonnard, Giacometti, Balthus, Julius Bissier y su mujer la tapicera Lisbeth Bissier, Tobey, Bissière, Vieira da Silva y Arpad Szenes, Geneviève Asse, Dubuffet, el hoy centenario Soulages (que se convertiría en uno de sus grandes amigos), Schumacher, Sam Francis (con el que abrió en 1962), Jasper Johns, Jim Dine, Howard Hodgkin, los suizos Louis Soutter y Jean Lecoultre, Fontana, Baj, Crippa, Zbigniew Makowski, Tadeusz Kantor, el ilustrador Folon, Soto, o escultores como Ipoustéguy, Louise Nevelson o Penalba. También a Magdalena Abakanowicz y otras de las artistas textiles antes citadas. Y a representantes de generaciones más recientes, como Penone, los Poirier, Kiefer, Paladino, Donald Sultan, Rebecca Horn, Kapoor, Kentridge, Pincemin, Loïc Le Gromellec, Philippe Cognée, Monique Frydman, Fabienne Verdier o James Brown. A españoles: el ceramista Cumella, Tàpies, Rivera, Amadeo Gabino, Berrocal, Jorge Castillo, el suizo de adopción Juan Martínez, o más recientemente Carmen Calvo o Jaume Plensa…
En los últimos años, Alice Pauli, que desde su fundación en 1971 fue uno de los pilares de la feria de Basilea, sería también uno de los principales apoyos del recientemente refundado Musée Cantonnal des BeauxArts de Lausanne, al que hizo muy importantes donaciones, de obras de Soulages, Penone o Kiefer, pero también de Vallotton. En 2020 salió un libro monumental, recopilatorio de la ejemplar historia de su galería, donde un tiempo la había ayudado su hijo Olivier, desaparecido en 1994.