ABC (Andalucía)

Sanjay Nandi, 24 horas pegados al jefazo de Pachá, que brinda con agua

∑ABC acompaña en exclusiva al CEO del grupo internacio­nal queha revivido la marca y está batiendo récords de Los Ángeles a Dubái

- MAYTE AMORÓS

Si estuviera en su casa familiar de Londres, su perro ya le habría despertado a las siete, pero es verano y el despertado­r de Sanjay Nandi (Delhi, 1974) da tregua hasta las diez. Es lo bueno de ser el ‘jefe’ de Pachá y vivir entre Ibiza y Grecia de abril a octubre: se trasnocha hasta las tantas y no hay que madrugar. Abre el armario: pantalón chino beis, camisa azul de lino planchado y gafas de aviador. El ‘amo’ de Pachá es un ‘gentleman’ de 47 años que luce impecable a las 10.30 de la mañana con su taza de té de la marca Yorkshire Tea Gold en la mano mientras abre el ordenador para revisar los reportes de ayer.

Cada noche miles de personas en todo el mundo viven la fiesta bajo la batuta de este indio con un MBA de la London Business School y Matrícula de Honor en Economía de St. Stephen’s College de Delhi que controla el Grupo Pachá y gestiona su expansión mundial con la mochila de las emblemátic­as cerezas a cuestas. De Londres a Dubái pasando por Estepona y Miami. «Todos aman Pachá y me dan la bienvenida. El poder de la marca es increíble», afirma orgulloso.

La vida de Nandi dio un vuelco este 2022 cuando lo nombraron CEO de la discoteca más famosa del mundo y del imperio del ocio construido por el empresario español Ricardo Urgell. El fondo Trilantic compró el grupo Pachá en 2017 y, tras una etapa sin remontar, relevó a su primer ejecutivo y puso al frente a este ex banquero de Lehman Brothers para recuperar los números verdes. La caja de anoche lo confirma: «Estamos batiendo números récord», extiende su sonrisa antes de encaminars­e a su oficina: nada menos que la discoteca Pachá en la isla pitiusa.

Ejecutivo sin maletín

Sanjay no lleva maletín porque quiere tener las manos libres para saludar. Sabe que le van a hacer falta. «I love you. Te quiero. Qué guapo eres, coño», grita Esther desde la otra punta de la sala aparcando la fregona. La efusiva limpiadora se lanza a sus brazos cuando entra por la puerta de su despacho. Suelo de moqueta, mesa de teka minimalist­a y dos ordenadore­s con los que inicia reuniones y encadena llamadas que se repiten semanalmen­te con los distintos equipos de operacione­s de 12 a 15 horas. Tiene ventanas abiertas por toda la pantalla del ordenador. «Siempre hay algún activo abierto en alguna parte del mundo, por eso hay mucha intensidad», reconoce.

Antes de ser CEO del Grupo Pachá, Nandi fue responsabl­e del negocio nocturno y expansión como Chief Developmen­t Officer en la empresa. «Por eso se sabe todos nuestros nombres», sopla uno de sus empleados, que valora que «antes de ser nuestro jefe era un trabajador más».

En su cabeza, el negocio se estructura en cuatro partes: «Una, gestionar el aquí y ahora; otra, lo que está a dos semanas vista; la tercera es estar pendiente de los proyectos alrededor del mundo, que están en diferentes fases, pero la parte más importante es la estrategia», resume el CEO de Pachá, que asegura que todas las decisiones tienen un porqué y se toman pensando en el futuro.

A sus pies, a esas horas, la

planta baja de la emblemátic­a Pachá es un hormiguero de operarios poniendo a punto la sala para la fiesta de esta noche. Planetas que giran como una ‘disco ball’, una nave espacial en medio de la pista y maniquíes futuristas.

El Baile, la nueva fiesta

Sanjay saluda al equipo de montaje y se interesa por la decoración. Habla con Doumi De San, un tipo con turbante y alma de artista, creador de El Baile, la nueva fiesta de Pachá que se inauguró el pasado 7 de julio y que narra la historia del baile, de cómo se bailaba en el pasado, como se baila en la actualidad y cómo bailaremos en el futuro bajo la filosofía del movimiento #equal. «Es una experienci­a inmersiva. Queremos recuperar la esencia y generar recuerdos en las personas, más allá del DJ que pinche y las bailarinas», dice Luis Canuto, uno de los supervisor­es.

Anoche Sanjay recorrió todos los rincones del club y detectó que en la sala Funky Room hacía calor. Pide al personal de mantenimie­nto que revise el aire acondicion­ado y lo solucione. También saluda a Parish, un adonis negro que lleva ligado al Grupo Pachá desde hace décadas.

Pocos saben que después de salir de Lehman Brothers, antes de la pandemia del coronaviru­s, Sanjay Nandi lavaba y pelaba hortalizas en las cocinas de un restaurant­e. Sorprendid­o, un joven camarero le preguntó qué hacía allí. «’Cambiar de carrera’, le dije. ‘Pues antes debiste hacerlo como el culo’, me respondió», rememora entre risas.

De esa experienci­a Sanjay aprendió el oficio desde cero, «a respetar» el trabajo de cada empleado. Aunque, sin duda, el mayor entrenamie­nto en la hostelería fueron las fiestas que daban sus padres cuando tenía 13, 14 y 15 años. «Poníamos mesas largas, mi padre a la cabeza de una mesa, mi madre en otra y yo en otra. Eso de observar si la gente está a gusto, si le falta agua, si está comiendo, si lo están pasando bien fue la mejor escuela», recuerda.

En su casa había «una disciplina muy estricta». Su padre y su abuelo trabajaban en la Armada pero su madre le ponía el alma a la vida. «Mi padre quería que estudiara y ella me decía que me pusiera objetivos a largo plazo. Me dijo: ‘La vida es como una historia y tienes que ir yendo de capítulo en capítulo’».

Las Vegas, Dubái...

Hizo caso a los dos. Estudió Económicas y después voló del nido, de India a Londres. «Nunca me conformé». Se casó con su esposa, con quien lleva 20 años de matrimonio, y tiene dos hijos, Meghna y Arjun. Enseña henchido la foto de su familia en el móvil, aunque quien acapara el fondo de pantalla es su perro.

Otra vez en su despacho, llega el turno de dedicar esfuerzos a los proyectos de expansión del Grupo alrededor del mundo (Las Vegas, Miami, Dubái, Londres), algunas en fase de construcci­ón o licencia. «Me centro en cuándo se van a poder a abrir, si se están cumpliendo plazos y si está dentro de presupuest­o». Su premisa: ‘in time on budget’.

A veces, la conversaci­ón con el CEO de Pachá deriva en una lección de motivación: «La gran diferencia está entre la persona que tú eres y lo que haces. Hay personas más cualificad­as pero eso no quiere decir que no tengas que seguir evoluciona­ndo. Yo evolucioné como persona más que si se hubiera quedado como empleado de banca».

De repente se escucha un lamento. Pau Barba es el chef ejecutivo del Grupo y el encargado de orquestar las cocinas de todos los locales en Ibiza, Formentera, Miconos y los que vendrán. «¡Vaya! Un día que vengo con chanclas y me cruzo con el CEO», grita mirándose los pies. Miriam, secretaria le reprocha de buen rollo al cocinero que lleva dos años esperando a probar la tortilla de cebolla que le prometió.

A las 18.00 horas Sanjay visita los hoteles (El Hotel y Destino), como de costumbre, para ver que todo está en funcionami­ento. Sa

Sanjay Nandi solo toma té de la marca Yorkshire Green y hace una comida al día para mantenerse lúcido

Visita los restaurant­es de la competenci­a dos veces por semana y se las ingenia para brindar con agua sin perder la magia del chupito

luda al personal por su nombre y no se le escapan los detalles de la vida de algunos de los empleados. «Es la diferencia respecto de trabajar en un fondo de inversión, de cómo llegó un punto en el que me di cuenta de que no estaba en el mundo real: adquirir propiedad, números y más números, hacer crecer esa propiedad y volver a vender por más… sin saber quiénes están detrás de esas empresas trabajando, sin empatizar».

Hora de irse a casa, darse una ducha y salir a Lío, el conocidísi­mo restaurant­e show donde van los futbolista­s y famosos de las revistas a cenar a un precio por cubierto desde 250 euros. Le acompañan dos posibles colaborado­ras del proyecto del futuro Lío en Londres (que se abrirá en el emblemátic­o Café París), además de dos personas de su equipo: Pol, director de marketing, y Paloma, responsabl­e de comunicaci­ón.

Única comida al día

La cena es su única comida al día. Lleva tres años siguiendo esta filosofía y asegura que se siente con más energía, está más centrado en las tareas que realiza «y además la comida sabe mucho mejor», apunta. Confía en esta dieta para mantener a raya los kilos porque no hace suficiente yoga ni ejercicio.

Uno de los trucos del CEO de Pachá es brindar con agua. No bebe alcohol en los locales del Grupo, pero no es tonto y sabe que un buen relaciones públicas no duda en chocar las copas cuando hay un brindis, aunque nadie sepa cómo se las arregla para dar el cambiazo a los chupitos de agua. A Sanjay le gusta disfrutar de la compañía de sus invitados, baila, sonríe y hace bromas, pero «bromas inteligent­es».

Al menos dos veces a la semana visita restaurant­es de la competenci­a. «Aprendo más de ellos que estando constantem­ente en nuestros negocios, especialme­nte cuando viajo al extranjero fuera de temporada. Se fija «en la forma en la que se hacen las cosas o el diseño».

Tras la cena en Lío y pasar un rato en el club de Lío, sobre las dos de la madrugada se marcha a Pachá. La música vibra en la planta de los pies, siente la euforia. «Creo que después del Covid la gente valora los sitios abiertos, quieren dedicarse tiempo y adaptarse a un nuevo concepto de libertad; en Pachá queremos proveer de esa flexibilid­ad: la gente reserva con menos antelación y le gustan las fiestas al aire libre».

El jefe da una vuelta por todos los rincones de la discoteca, saluda y observa. ¿Cómo consigue tener energía? «El sueño es imprescind­ible, quizá lo más importante, pero entrar en la discoteca y escuchar la música y ver el ambiente es un chute de energía», desvela mientras se le escapan los pies y gesticula con las manos como si imitara un molino de viento. Entra en la zona vip. No se pueden contar más. Famosos, famosetes y ricachones que pagan unos 100 euros por barba para alquilar un reservado con amigos y dar rienda suelta al glamur y el despiporre, según se mire.

Sobre las tres de la mañana sale de la discoteca y vuelve a casa a descansar, aunque quizás antes de acostarse lea un poco. En su mochila lleva cuatro o cinco libros a medias

Dejó Lehman Brothers para pelar patatas a las cocinas de un restaurant­e: empezaba de cero

La receta del éxito del CEO de la discoteca más carismátic­a del mundo: todo a tiempo y dentro del presupuest­o»

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Cada día se despierta a las 10 h. Luego, intensas reuniones de 12 a 15 con equipos de operacione­s de todo el mundo. Debajo conversa con Doumi De San, creador de la fiesta El Baile
// ABC CEO DE UN GRUPO INTERNACIO­NAL Cada día se despierta a las 10 h. Luego, intensas reuniones de 12 a 15 con equipos de operacione­s de todo el mundo. Debajo conversa con Doumi De San, creador de la fiesta El Baile
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Antes de la fiesta El Baile, en los restaurant­es del grupo continúa su jornada. Solo cena, es la única comida del día. El resto de la jornada, está en todo, pendiente de todos, trabaja en cuatro tiempos. Abajo con Francisco Ferrer, director de Lío
// REPORTAJE GRÁFICO: ADOLF COMES Y MARIO PINTA CENA EN EL LÍO Antes de la fiesta El Baile, en los restaurant­es del grupo continúa su jornada. Solo cena, es la única comida del día. El resto de la jornada, está en todo, pendiente de todos, trabaja en cuatro tiempos. Abajo con Francisco Ferrer, director de Lío
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