ABC (Andalucía)

Los incendios vuelven a cebarse con Galicia: «Ardió todo en cuestión de dos horas»

Los diez focos de Verín, en Orense, evoluciona­n de forma controlada tras quemar 600 hectáreas

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Isaac Chamín, junto a su flota de vehículos, calcinados

El fuego no da tregua en Galicia. Varios incendios que continúan activos mantienen en vilo a la comunidad tras arrasar más de mil hectáreas, provocar desalojos y cortes de carreteras, como la A-52, una de las principale­s vías de comunicaci­ón con la Meseta. Los tres incendios forestales de Verín, Maceda y Arbo continúan concentran­do los esfuerzos de los servicios de extinción, que siguen combatiend­o los fuegos en estas localidade­s para evitar nuevas reproducci­ones. El más activo y preocupant­e, al cierre de la edición, se localizaba en Verín (Orense), un incendio que tuvo su origen en diez focos diferentes y simultáneo­s, que han acabado afectando alrededor de 600 hectáreas. Al cierre de esta edición, varios equipos de extinción trabajaban

// BRAIS LORENZO (EFE)

para mantenerlo controlado.

En la población de Ábedes, en Verín, los vecinos comprobaba­n ayer por la mañana, atónitos, los daños ocasionado­s por el incendio en estructura­s urbanas y montes, que se había iniciado sobre las cuatro de la tarde del miércoles. Sus daños se suman, apenas tres semanas después a los causados por la anterior ola de incendios, que arrasó miles de hectáreas en Valdeorras (Orense) y en el Courel (Lugo).

En Ábedes se encuentra Isaac Chamín, verinés de 52 años, que ha visto cómo su nave ha quedado reducida a cenizas debido al voraz incendio, que se complicó por el viento. Se mantiene en pie la estructura, restos del tejado y varios vehículos calcinados, algunos de ellos de carácter histórico, que Chamín conservaba en la nave. También han ardido camiones pequeños, furgonetas, y tractores, hoy inservible­s.

Pese a sus esfuerzos para proteger los vehículos e impedir, con sus propios medios, el avance del fuego, Chamín tuvo que abandonar el lugar, al comprobar la voracidad del fuego, según explicó a ABC. Cuando volvió, apenas dos horas después, comprobó que todo había quedado «reducido a escombros». «Se levantaron unas llamas enormes y pasó lo peor que podía pasar», rememoraba a este diario Isaac Chamín. «Cuando empezó a arder toda la zona de pinares» que tenía enfrente, al otro lado de la carretera, no tuvo más remedio que Marcharse. «Ya no se podía hacer nada», reconocía con cierta resignació­n.

Con el incendio fuera de control, el fuego saltó al otro lado de la carretera hasta llegar a la nave, donde guardaba su flota de vehículos. «Había llamas de veinte metros» de altura. «Ahí ya vi que o me iba o no salía de allí», relataba. Chamín cree que «con una motobomba que fuera regando los fuegos pequeños» podría haberse evitado que ardiera todo. Asegura que «la finca estaba más o menos limpia», pero que la falta de medios de extinción en un primer momento agravó las consecuenc­ias. .

Otro vecino, un padre que se encontraba dando una vuelta por la zona con su hijo, coincidía al hablar de la complicada situación que se vivió debido al importante número de focos y, en especial, por el «fuerte viento», que hizo que el fuego se propagara a gran velocidad. «Estuvimos con la manguera echando agua, tenía claro que lo primero era salvarnos nosotros, si los coches se queman, que se quemen».

Evolución favorable

A pesar de los daños materiales y su cercanía a algunas poblacione­s, el fuego ya no reviste peligro y, por el momento, la Xunta y el alcalde apuntan que «evoluciona favorablem­ente». Sin embargo, ayer, todavía provocó el corte de carreteras, como la A-52 y la N-525, y también provocó desalojos de algunos vecinos durante la noche, aunque todos pudieron regresar a dormir a sus casas. También los bomberos continuaba­n trabajando por la mañana en la fábrica de agua de Sousas, para apagar las llamas en la zona de palés. Con la situación más favorable, los medios se concentrab­a en perimetrar los fuegos para impedir su avance, tanto en Verín como en Arbo (Pontevedra) y Maceda (Orense). En Arbo, la situación había obligado a decretar el nivel 2 por proximidad a núcleos de población. Los efectivos, al cierre de esta edición, seguían tratando de establecer líneas de seguridad para evitar la reactivaci­ón.

Por su parte, el director general de Montes de la Xunta de Galicia, Manuel Rodríguez, valoró que el problema de estos incendios no radica solo en la gestión de la masa forestal. «Estamos hablando de que buscan hacer daño» usando el monte como «arma» arrojadiza, explicó. La culpa –insistía– es «de quien planta fuego al lado de las casas».

El fuego en Verín provocó cortes en las carreteras A-52 y N-525, así como varios desalojos y confinamie­ntos

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