Retrato de una mujer en ascuas
‘LA FOTÓGRAFA DE MONTE VERITÀ’
Director: Stefan Jäger. Con: Maresi Riegner, Max Hubacher, Julia Jentsch
Toda película debiera de aspirar a que cuando extiende su mapa tenga en él al menos un punto de interés, y esta que firma el suizo Stefan Jäger contiene dos muy macizos y asentados: una mujer y un lugar. El lugar es Monte Verità, en el cantón de Tesino, cercano a Ascona y al lago Maggiore, donde a principios del siglo pasado se dieron los primeros síntomas de una comuna ‘hippie’ y se reunieron allí artistas, locos, psiquiatras, pintores, poetas, adoradores de la contracultura y del naturismo, y hay registros fotográficos de muchos de ellos (de Herman Hesse en pelotas, por ejemplo). No se tiene certeza de quién hizo todo aquel material fotográfico, pero esta película proporciona una versión o ficción: la mujer que realmente la protagoniza, Hanna, que escapó de su condición burguesa como esposa y madre y se instaló allí para curarse de su enfermedad de asma, o sea, falta de aire en su vida.
La descripción del lugar y sus habitantes y la descripción de esa mujer son los dos puntos de interés de la película, en especial este último pues la actriz Maresi Riegner conjuga el verbo apasionar sin que se le mueva una ceja, pero se hace entender como alma femenina trasteada por el marido, la sociedad, la medicina y el golpetazo de la complicada ‘libertad’.
El director recurre, mediante un montaje peculiar, a que los tiempos, los efectos, las causas y sentimientos no atiendan a lo lineal de la lógica narrativa, sino que se expresen mezclados (y con cierto desaliño de personajes y situaciones) para producir impresión y emociones generales. Las dos fotografías son espléndidas, la del lugar y la que se sugiere en el interior de la cabeza de Hanna, cuyo contenido y propósito es la parte de mayor intriga de la película.