ABC (Andalucía)

Feijóo ofrecerá más pactos pese al cordón sanitario de Sánchez

➤ Los diputados del PP respaldan la estrategia de su presidente porque «acentúa su perfil de Estado» ➤Génova denuncia los «portazos» del jefe del Ejecutivo, pero mantendrá su política de mano tendida

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La comunicaci­ón entre los dos grandes partidos está rota incluso para retirar el término ‘disminuido’ de la Constituci­ón

La última vez que Pedro Sánchez contactó de forma directa con Alberto Núñez Feijóo fue el pasado 25 de abril. Aquel día, el presidente del PP envió un mensaje al móvil del jefe del Ejecutivo para informarle de que Esteban González Pons sería el interlocut­or de su partido para negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, en respuesta a la insistenci­a del inquilino de La Moncloa para despejar esa incógnita. En el mismo mensaje añadió por su cuenta, sin que se lo hubiera pedido Sánchez, más preocupado por otros temas en su relación con el PP, que el responsabl­e del área económica en el nuevo equipo de los populares sería Juan Bravo. El presidente del Gobierno le comunicó, por su lado, que los interlocut­ores para esas dos cuestiones serían Félix Bolaños y María Jesús Montero, respectiva­mente.

Y hasta ahí llegó la comunicaci­ón entre Sánchez y Feijóo. Han pasado más de cien días, 104 para ser exactos, y el presidente del Gobierno no ha vuelto a ponerse en contacto con el jefe de la oposición, con el líder del partido que, según todas las encuestas, incluido el CIS, gobernaría ahora mismo España si hubiera elecciones, para tratar ningún asunto de más o de menos relevancia. Entre medias, la crisis ha seguido golpeando a las familias españolas, con una inflación que ya roza el 11 por ciento, el problema energético se ha recrudecid­o, la guerra en Ucrania mantiene en jaque a toda Europa, España ha celebrado la cumbre de la OTAN y el Gobierno ha continuado aprobando normas a golpe de decreto sin informar siquiera al principal partido de la oposición, como ha ocurrido con las últimas medidas de ahorro.

Esta mala relación del Gobierno con el Partido Popular no es nueva. Sánchez mantuvo el mismo desprecio cuando tenía enfrente a Pablo Casado, quien paseó su propuesta de una docena de pactos de Estado por toda España, ante la indiferenc­ia y ninguneo absoluto del presidente del Gobierno. Los populares creen que Sánchez no ha querido tratar de forma diferente a Feijóo, en un intento por demostrar que nada ha cambiado en el PP, pese al relevo en su presidenci­a, y que sigue siendo el mismo partido de siempre. Desde Génova no piensan cambiar de estrategia pese al cordón sanitario al que les somete Sánchez, según denuncian fuentes del equipo de Feijóo. Al contrario, pretenden acentuar un perfil de mano tendida hacia el Gobierno en los grandes temas de Estado, para demostrar que el PP no es solo oposición y no se dedica únicamente a criticar las acciones del Ejecutivo, sino que tiene un plan en las principale­s materias y quiere compartirl­o para solucionar los problemas. Las encuestas están avalando ese modo de actuar y ese perfil y han consolidad­o al PP en la primera posición.

La estrategia

Por qué esa estrategia le funciona ahora a Feijóo y no ocurrió lo mismo con Casado. Es una pregunta recurrente en conversaci­ones internas entre los populares. La respuesta tendría varias explicacio­nes, desde la claridad del objetivo y del mensaje de Feijóo, hasta la solvencia de su liderazgo y proyecto, y también, por supuesto, la ausencia de guerras cainitas en un partido centrado de forma exclusiva, ahora sí, en el objetivo de poner fin al sanchismo lo antes posible, e impulsado por unas elecciones en Andalucía que han podido ser la puntilla definitiva para el PSOE.

Hasta el momento, Feijóo ha presentado y ha enviado a Sánchez cinco pactos de Estado, desde que fue elegido presidente del PP el pasado 2 de abril en Sevilla, casi uno por mes. Y la respuesta en cada uno de ellos ha sido el portazo de La Moncloa. «No ha habido ni un acuse de recibo cuando hemos enviado a Sánchez nuestras propuestas. Ni siquiera un ‘ok, gracias’. Solo ha habido desprecio y silencio», lamentan en el entorno de Feijóo. «Cinco pactos de Estado, cinco portazos de Sánchez», resumió el coordinado­r general del PP, Elías Bendodo, esta misma semana. Tampoco le viene mal al PP esa ‘no respuesta’ de Sánchez. Lo reconocen fuentes populares: «Feijóo hace su parte, propone pactos, se explican y Sánchez los ningunea. Quien queda retratado ante los ciudadanos es el presidente del Gobierno».

Por eso, el PP insistirá en esa línea en los quince meses que quedan de legislatur­a, según el calendario que maneja Pedro Sánchez y del que no se fía nadie en las sedes de los populares. En los próximos meses, Feijóo seguirá defendiend­o los acuerdos que ya ha presentado, con un énfasis en la prioridad absoluta de la nueva dirección nacional del PP: la economía y la crisis que afecta a las clases medias y trabajador­as. Pero, además, continuará promoviend­o nuevos pactos. Uno de ellos, sobre el que ya están insistiend­o los barones, es el del nuevo sistema de financiaci­ón autonómica, unido a otro sobre la financiaci­ón local. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, le trasladó esa necesidad en primera persona a Sánchez, en la reunión que mantuviero­n en La Moncloa el pasado 28 de julio, pero no encontró ninguna respuesta: «Sánchez hizo oídos sordos a la propuesta de Juanma Moreno, que no vio ninguna vocación de convocar ninguna reunión con todas las comunidade­s para afrontar ese problema», denunció Bendodo.

Desde 2014

No hay que olvidar que el sistema de financiaci­ón autonómica, de 2009, caducó en 2014, y sin embargo no ocupa el protagonis­mo en la agenda pública que tiene la renovación del Consejo General del Poder Judicial para el pre

sidente del Gobierno. En una de sus últimas comparecen­cias públicas, Sánchez reconoció que el sistema de financiaci­ón autonómica solo puede renovarse con un acuerdo entre los dos grandes partidos nacionales. Pero sus palabras chocan con los hechos, ya que no se ha promovido ninguna reunión determinan­te en ese sentido.

Ante el otoño e invierno complicado­s que esperan a las familias por la crisis energética y la subida de precios, Feijóo insistirá en sus propuestas económicas y la bajada de impuestos para ayudar a la gente. El año que viene, además, España tendrá la presidenci­a rotatoria del Consejo de la Unión Europea, durante el segundo semestre. Previsible­mente, los populares ofrecerán un acuerdo de Estado en materia europea e internacio­nal para afrontar ese hito y mostrar unidad entre los grandes partidos ante los socios europeos, frente a los retos mundiales y económicos. A la vista de la actuación de Sánchez con otros pactos y en otros momentos relevantes de los últimos meses, los populares son bastante escépticos sobre la voluntad del presidente del Gobierno.

En el PP también verían razonable y convenient­e que si Sánchez decide cambiar el momento de la jura de la

Constituci­ón de la Princesa Leonor, retrasar el acto ante las Cortes hasta 2024, y no celebrarlo cuando cumple su mayoría de edad, el 31 de octubre de 2023, por motivos electorale­s, consulte y cuente con el principal partido de la oposición.

En todo caso, en Génova sostienen que Sánchez depende de sus socios, Unidas Podemos, los independen­tistas catalanes y Bildu, su superviven­cia depende de ellos, y hace improbable un acercamien­to del presidente del Gobierno al PP para buscar un acuerdo de Estado. Los populares ya tienen experienci­a para prever la posición de Sánchez en lo que queda de legislatur­a. Con todo, Feijóo tiene el apoyo cerrado del partido, y en concreto del Grupo Popular en el Congreso y en el Senado, donde aplauden su voluntad de acercamien­to al Gobierno en los grandes asuntos de Estado porque eso refuerza su ‘perfil’ institucio­nal y le convierte en una especie de presidente en la sombra.

El pasado 22 de abril, el líder del PP remitió al jefe del Gobierno el documento con su plan económico, para buscar juntos medidas que aliviaran a los españoles la subida de precios y la crisis económica. Era un documento de 41 páginas, en el que el vicesecret­ario de Economía del PP, Juan Bravo, se había volcado de forma maratonian­a, acompañado de una carta del presidente de los populares. Todo sin las siglas del PP para evitar que pudiera interpreta­rse como una propuesta partidista. Pues bien, en Génova todavía están esperando una respuesta de la Moncloa. El desprecio fue absoluto, solo 15 días después de que Sánchez y Feijóo se reunieran por primera vez en la sede de la Presidenci­a del Gobierno. La sensación que tuvo el PP cuando acabó aquella primera y última reunión hasta el momento, y que duró unas tres horas, fue que al presidente del Gobierno solo le interesaba la colaboraci­ón de los populares para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El PP también envió al Gobierno su propuesta para renovar el CGPJ y reforzar la independen­cia judicial, pero puso una condición: que el Gobierno retirara la reforma urgente del Consejo, que afectaba de lleno al Tribunal Constituci­onal, y que quedara sellado un compromiso para cambiar el modo de elección de los jueces. Su plan chocó con otro muro, y la negociació­n quedó bloqueada de nuevo.

Lo mismo ocurrió con el pacto para la defensa y la seguridad nacional, que Feijóo envió al presidente del Gobierno antes de la cumbre de la OTAN para exhibir unidad interna ante los aliados internacio­nales. Tampoco hubo respuesta por parte del Ejecutivo. Otro tanto ocurrió con el plan de ahorro energético que defendió Feijóo, e incluso con el acuerdo exprés que puso sobre la mesa el PP para reformar el artículo 49 de la Constituci­ón y sustituir el término ‘disminuido­s’ por el de ‘discapacit­ados’.

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// JAIME GARCÍA Núñez Feijóo, presidente del PP, con Hernando y Maroto

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