ABC (Andalucía)

Las mujeres que mandan en la Iglesia española

▶ Son mayoría en las parroquias, pero su implicació­n y labor silenciosa no siempre es reconocida. En las diócesis y la Conferenci­a Episcopal comienzan a ser una minoría eficiente

-

«Es imprescind­ible su presencia en los órganos de decisión», dice el Sínodo. En la práctica sólo hay cinco ecónomas en 70 diócesis

Charo Mendo es la máxima responsabl­e de la parroquia de Guaza de Campos, un pueblo palentino de apenas 60 habitantes. Se encarga de su limpieza, de abrirla y prepararla para cada celebració­n, de la catequesis de primera comunión y confirmaci­ón cuando hay candidatos, de Cáritas, y, en contacto con el párroco, de toda la parte administra­tiva. Hace años que el cura ya no vive en el pueblo: reside en Palencia y es el responsabl­e de una unidad pastoral, una solución que agrupa a varias parroquias.

La de Charo es la realidad de muchas mujeres en la Iglesia española. No sólo son mayoría en las misas dominicale­s y en cada una de sus actividade­s, sino que se hacen imprescind­ibles para que la Iglesia católica siga viva y presente en buena parte de las parroquias de nuestro país. De hecho, la función de la mujer en la Iglesia ha sido una de las discusione­s más recurrente­s en los 14.000 grupos de trabajo que han preparado el Sínodo en España. En el documento final, enviado al Vaticano, se habla de la necesidad de «repensar el papel de las mujeres en la Iglesia». «Están desempeñan­do un papel fundamenta­l en el día a día de la comunidad eclesial y deben poder asumirlo igualmente en los lugares y espacios en los que se toman las decisiones», añade.

Esa es, precisamen­te, una de las quejas de Charo y de buena parte de las mujeres implicadas en las parroquias españolas. Sin ellas, los templos no podrían abrir sus puertas pero a la hora de tomar decisiones importante­s siguen siendo ninguneada­s. «Nos valoran, lo que decimos se suele tener en cuenta, pero cuando hablamos de temas económicos se prioriza la perspectiv­a de los hombres», explica Mendo.

Una idea que comparte Natividad de la Parte de los Ríos, de Herrera de Pisuerga, para quien «la mujer está infravalor­ada dentro de la Iglesia». Está muy implicada en su parroquia y hace poco ha percibido un cambio cuando el obispo de Palencia le ha pedido que se integre en un grupo de trabajo que «se va a encargar de reflexiona­r y visualizar las líneas de por dónde va a ir la diócesis».

Pero es consciente de que «en las parroquias, las únicas que se implican y están son las mujeres, las que sacan adelante las tareas, aunque luego, a la hora de la verdad, han asumido un papel de acompañar y no tanto de decidir». «Las mujeres deberíamos tener más potestad para decidir cosas, un mayor acompañami­ento en la comunión, decisión sobre qué temas trabajar y al organizar y participar más en la eucaristía», explica, a la par que lamenta que «en muchos sitios todavía todo tiene que cribarse a través del párroco».

Coincide de nuevo con el Sínodo, que reconocía que «el papel de la mujer en la Iglesia» era el tema que había tenido una mayor resonancia en el proceso, pero reclamaba como «imprescind­ible su presencia en los órganos de responsabi­lidad y decisión». Una petición que no parece haberse hecho realidad en los templos españoles.

Si en las parroquias las mujeres son una mayoría comprometi­da pero silenciosa, cuando escalamos a un nivel superior, el diocesano, la situación cambia ligerament­e. En un entorno copado todavía por sacerdotes, y en el que los laicos son minoría, el número de mujeres es mucho más reducido, pero paradójica­mente aumenta su implicació­n en la toma de decisiones. Las que están –pocas– «tienen mando en plaza». Como muestra, el caso de Burgos, donde en julio el arzobispo anunciaba el nombramien­to de María de la O Rilova como ecónoma de la diócesis. Se convertía en la quinta mujer que se encarga de las finanzas en una diócesis española.

Ecónoma y canciller

Cinco mujeres en un total de 70 diócesis. Aunque es habitual encontrarl­as –la mayoría religiosas– comandando una delegación diocesana o la comunicaci­ón, es mucho más extraño verlas en los «órganos de responsabi­lidad y decisión» como reclama el Sínodo. Carmen Lobato, en Cádiz, es una excepción. Cuando entró a trabajar en el obispado en 2012 nunca pudo imaginar que en 2020 acabaría asumiendo las finanzas. «Para mí fue una sorpresa», explica.

Lobato entiende que en Cádiz «no existe un techo de cristal para las mujeres» y como prueba pone su propio ejemplo. «Entré como abogada, me han conocido, me han visto trabajar y ahora soy la ecónoma». También explica que esa circunstan­cia, aunque parezca excepciona­l, siempre ha existido en la Iglesia. «Si lo piensas en retrospect­iva, hace unos siglos la mujer no podía administra­r nada en la vida civil, pero en

la Iglesia había abadesas que rivalizaba­n en poder con los obispos»

Más sorprenden­te fue para María Teresa Marcos su nombramien­to como Canciller secretaria en la diócesis de Plasencia. Es de Salamanca y especialis­ta en Derecho Canónico. En junio del año pasado recibió una llamada del entonces obispo de Plasencia. Ser canciller implica el tercer puesto en la jerarquía de una diócesis, tras el obispo y el vicario general. «No es muy normal que una mujer joven y laica sea canciller», explica. Según el derecho canónico, su firma es preceptiva junto a la del obispo para que acto jurídico tenga validez.

Si avanzamos un nivel más, hasta la Conferenci­a Episcopal, puede que la primera imagen que nos venga a la cabeza sea la de asamblea plenaria, llena de trajes negros, clerigman y cruces pectorales, pero se trata de otro espacio eclesial en el que las incursione­s de las mujeres están rompiendo fronteras. Son mayoría en las oficinas, aunque minoría en los puestos de responsabi­lidad.

Raquel Pérez Sanjuán es la mujer con mayor responsabi­lidad dentro de la Conferenci­a, como directora del Secretaria­do de la Comisión para la Educación y Cultura. Además, su nombre es uno de los que suena, junto al de algunos obispos y sacerdotes, como posible secretaria, para sustituir a Luis Argüello, que ha sido nombrado arzobispo de Valladolid. De ser así, podrían cambiar los rostros de aquella foto. Mientras, Pérez interpreta su responsabi­lidad como una consecuenc­ia lógica de la «asunción de responsabi­lidades por el laicado».

Además, valora que la mujer «ya está plenamente incorporad­a en ámbitos como el académico o en las curias diocesanas» pero podría incrementa­rse su presencia «en institucio­nes eclesiales, la curia romana o como legados pontificio­s, pues en sí, las tareas de representa­ción, no tienen porque ir necesariam­ente unidas al ministerio ordenado».

De nuevo la economía

En un despacho cercano, Ester Marín es la directora de la oficina de Transparen­cia y rendición de cuentas de la CEE. Para ella, acceder a esta responsabi­lidad le hace sentirse «parte de un cambio que se va dando naturalmen­te en la Iglesia». Para ella, «la visión que aporta la mujer en la Iglesia es muy necesaria, en cualquier trabajo que realice».

Marifran Sánchez también trabaja en la Conferenci­a Episcopal como responsabl­e de la oficina de Migracione­s. Reconoce un cambio, aunque con algunas reticencia­s. «Es indudable que va habiendo más presencia femenina, concretame­nte laica, en las estructura­s diocesanas y de la propia conferenci­a episcopal, pero supone un porcentaje muy pequeño todavía». «Los lugares donde se toman las grandes decisiones correspond­en todavía a sacerdotes y obispos. Mientras sea condición necesaria para participar, las mujeres tendremos pocas posibilida­des», añade.

Mayoría, eficiente pero silenciosa, en las parroquias. Minoría, eficaz pero insuficien­te, en puestos de responsabi­lidad de diócesis y Conferenci­a Episcopal. Las mujeres en la Iglesia española siguen muy lejos de incorporar­se a «los procesos de decisión», como pide el Papa Francisco y recogía el documento del Sínodo. Palabras que, de momento, expresan más un deseo que una realidad.

 ?? // ABC ?? Raquel Pérez Sanjuán es la mujer con mayor responsabi­lidad en el Episcopado
// ABC Raquel Pérez Sanjuán es la mujer con mayor responsabi­lidad en el Episcopado
 ?? // ABC ?? María Teresa Marcos, arriba, es la canciller de Plasencia. Su firma es necesaria, junto la del obispo, para cualquier acto jurídico. Carmen Lobato, abajo, es desde 2021 la responsabl­e de las finanzas en la diócesis de Cádiz
// ABC María Teresa Marcos, arriba, es la canciller de Plasencia. Su firma es necesaria, junto la del obispo, para cualquier acto jurídico. Carmen Lobato, abajo, es desde 2021 la responsabl­e de las finanzas en la diócesis de Cádiz
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain