«Una plaza ardiendo es mucho toro»: el incendio que casi devora Las Ventas
Los daños que provocó el gran fuego de 1963 no se repararon del todo hasta 2018
El incendio de Las Ventas fue tan grave que sus heridas estuvieron presentes durante 55 años. «Uno ve la plaza convertida en un enorme toro totémico al que el destino le puso unas banderillas de fuego que han hecho arder su noble mole. Es mucho toro una plaza ardiendo y poca espada para su furia la manga de un bombero», apuntó César González-Ruano en ABC el 9 de julio de 1963.
El siniestro se produjo dos días antes, poco después de las 22.30, cuando las familias de los trabajadores que vivían en la plaza habían terminado de limpiar las instalaciones y se habían retirado a dormir. «A las dos de la tarde del día siguiente, los bomberos seguían apagando los últimos rescoldos. El fuego comenzó alrededor de la una y cuarto de la madrugada. El jefe de limpieza del coso, Manuel de la Plaza, se retiró sobre las diez y media en compañía de 39 operarios sin notar nada extraño», contaba este diario.
Y continuaba el artículo: «Media hora después, un mayoral soltó los tres mastines encargados de vigilar el edificio y tampoco asomaba el menor indicio de lo que iba a ocurrir. Pero, de pronto, el fuego. Comenzaron a arder espectacular y velozmente las andanadas, sobre todo las de los tendidos cuatro y cinco, justo debajo del reloj. El sofocante calor y la abundancia de madera de pino contribuyeron decisivamente a la eficaz propagación de las llamas».
La Policía barajó tres hipótesis que nunca se confirmaron: un cortocircuito, un cigarro mal apagado o un recalentamiento de las grasas de la maquinaria del reloj. El fuego se extendió a toda velocidad en círculo a lo largo de la techumbre y de las galerías de acceso. Miles de vecinos rodearon la plaza durante toda la noche para contemplar el espectáculo, aunque el resplandor se veía prácticamente desde toda la ciudad.
Las estremecedoras imágenes de Teodoro Naranjo, fotógrafo de ABC, dieron la vuelta al mundo. «El espectáculo era impresionante. Hubo que desalojar a 80 caballos al instante [...]. Miguel, el más anciano de los residentes en la Monumental, contemplaba el incendio en pijama, nervioso. Decía que era la primera vez que se producía un siniestro de esa magnitud», aseguraba.
El incidente recuerda a otros grandes incendios de la capital, como el del teatro de la Zarzuela en 1909, el de la redacción de ABC de la calle Serrano en 1967, el de la discoteca Alcalá 20 en 1981 y el del Palacio de los Deportes en 2001.
La diferencia es que los trabajos de restauración en Las Ventas se hicieron a toda prisa para que se pudiera celebrar, diez días después. La corrida de Antonio Bienvenida, Pepe Cáceres y José María Clavel. El título de la crónica de esa tarde, firmada por Antonio Díaz-Cañabate, fue: ‘El fuego no ha quemado los miasmas taurinos’.
No fue hasta 2018 cuando la Comunidad de Madrid comenzó a recuperar la esencia perdida en aquel incendio, con aquel ‘parche’ arquitectónico de 1963 que no se parecía en nada a la construcción original. Las obras de remodelación del tejado estaban dentro de un proyecto de rehabilitación integral en el que se invirtieron 15 millones de euros.