La cantaora extremeña Esther Merino conquista la Lámpara Minera
▶ También fueron galardonados David Romero, Irene Lozano, Álvaro Mora, Ángel Bocanegra y Lucía Beltrán
A la décima fue la vencida. Esther Merino, de 38 años, ganaba ayer la Lámpara Minera y sus 15.000 euros de bolsa en la 61 edición del Festival del Cante de La Unión, en Murcia, un certamen al que llevaba concurriendo una década y ganando premios menores. Esta vez, Merino fue la rotunda triunfadora, arrasando con otros cuatro premios: mineras, tarantas, cartageneras y soleá, haciendo así historia en el legendario festival de flamenco.
Fue la gran noche de la cantaora pacense, que sufrió una larga y tensa espera antes de conocer la decisión del jurado. Al filo de las tres de la madrugada, la cantaora natural de Gévora, en Badajoz, subió pletórica al escenario para volver a cantar con la guitarra de Rosendo Fernández. En una intensa y muy competida final, los nervios y la emoción estuvieron a flor de piel entre los participantes, en una edición muy especial en la que los concursos regresaron a su sede habitual tras los años de pandemia: el Antiguo Mercado Público.
Otros premios
Merino, que acumula galardones flamencos, ya ganó en 2016 en las categorías de tarantas y murcianas y otros cantes mineros. En 2017, se alzó con el Melón de Oro del festival de Lo Ferro en Torre Pacheco, en Murcia, cantando taranta, garrotín, seguidilla y cantiñas. Su amor por la música portuguesa le ha otorgado gran proyección en el país vecino.
El premio de baile El Desplante masculino fue para David Romero Cardoso, de Barcelona; y el femenino para la malagueña Irene Lozano Ruiz, ambos bailando por tarantos. El trofeo Bordón Minero de guitarra fue para Álvaro Mora Domínguez, de Huelva, que tocó por tarantas y soleás. Ángel Bocanegra Ocón consiguió con su violín el premio El Filón. La joven onubense Lucía Beltrán Sedano, de 18 años, consiguió el premio para cantaores jóvenes, cantando por levanticas y tonás.
Fue una noche muy intensa en la que comenzaba cantando Virginia Gámez Gil, de Málaga, por granaína y cantiñas; José García Vilches ‘El Petro’, también de Málaga, lo hacía por soleá y cartagenera; Isabel Guerrero Alarcón, de Málaga, por tangos; Manuel Cuevas González, de Sevilla, por malagueña, minera y levantica; Francisco Javier Heredia Fernández, de Jaén, por granaína y media y taranta; Lucía Beltrán Sedano (Huelva), por levantica y toná; Esther Merino Pilo, de Badajoz, por minera, cartagenera y soleá y tarantas, y José Plantón Heredia (Córdoba) por malagueña y seguiriya.
El jurado
El jurado de esta edición estuvo formado por la bailaora y coreógrafa de danza española Blanca del Rey, con Pepe Cros, experto en cantes mineros e hijo del cantaor Pencho Cros, el saetero unionense Francisco Severo, así como Carlos Pacheco, musicólogo, instrumentista y profesor de música del Conservatorio Superior de Córdoba, y Salvador Alcaraz, exdirector del Festival Internacional del Cante de las Minas, que fue secretario.
En una intensa y muy competida final, los nervios y la emoción estuvieron a flor de piel entre los participantes