ABC (Andalucía)

Freno al consumo: los turistas gastan un 25% menos

▶ Andalucía vuelve a tener datos de ocupación muy similares a los alcanzados en la prepandemi­a ▶ Se percibe que la reactivaci­ón de la vida social tras el Covid ha traído facturas extras para las familias

- MÁLAGA

La previsión de la Junta de Andalucía es que este año pasen por la región 30 millones de visitantes, dos y medio menos que en 2019

Los turistas que llegan a Andalucía están echando el freno a los gastos, pese a que la ocupación está rozando los niveles previos a la pandemia. Hay millones de personas en la comunidad de visita en sus vacaciones, pero el dispendio que hacen no es el mismo que en 2019. «El consumo interno se ha reducido hasta un 25% en los hoteles», señala Rafael Barba, secretario de Federación de Empresario Hoteleros de Andalucía, que reseña que en algunos destinos de interior el verano está rozando el desastre y que donde hay muchos turistas pesa la inflación de casi el 11% que arrastra el país.

Hay quien no nota menor gasto en restaurant­es y tiendas, como pasa en la cadena MS Hoteles, pero sí una bajada de las estancias. «Los que antes venía siete días ,ahora están cinco», reconoce Miguel Sánchez, gerente de esta compañía, quien dice que no ha notado una disminució­n considerab­le del gasto y que la bajada puede ser muy relativa.

La federación asegura que siempre hay quien se salva. «Los que tienen dinero no gastan menos. Siempre están los cuatro o cinco restaurant­es que están llenos o los hoteles que no pierden clientes, pero la mayoría en Andalucía ha notado una caída del consumo», afirma Rafael Barba. Por esto, no hay que lanzar las campanas al vuelo por el mero hecho de que lleguen otra vez millones de turistas, si al final del verano las cajas no han hecho el agosto para soportar un otoño y un inverno que se avecina con dificultad­es.

Los expertos explican que se esperan un otoño con una recesión que golpee las economías de las familias. «Muchos están ahorrando porque esperan una recesión en los próximos meses.

Son los que menos, la mayoría viene y gasta después de dos años de pandemia, pero hay gente que intuye que va a haber problemas», asegura Villafaina. Han sido dos años en lo que todo ha estado cancelado. La reactivaci­ón de la vida social ha traído gastos extras para las familias. «El año pasado el gasto por turista subió mucho, pero es que no había nada. La gente salió de vacaciones sin haber hecho nada más y el gasto creció», reseña Barba, quien explica que esta situación ha cambiado. «Han sido dos años sin bodas, ni ferias, ni comuniones, ni romerías… Este año ha vuelto todo eso, los clientes han gastado parte de sus ahorros en esos eventos y hay menos capacidad económica», apunta también Rafael Barba.

Invierno frío, opotunidad

El gasto por turista se ha resentido en todos los sectores. «El nivel de consumo es aceptable, aunque menor», afirma Francisco Rodríguez, el presidente de la Federación Andaluza de Campings, quien reseña que «una mesa que antes podía salir a 30 euros por persona, ahora ronda los 15 o 20 euros». En el camping la dinámica es la misma. «Las playas, por su clima, están rozando el 90% de ocupación, pero en el interior está costando más y de media se sitúa en torno al 70%», remarca Rodríguez, quien explica que este aumento de los hospedajes se debe a la recuperaci­ón del turista extranjero, sobre todo a la llegada de franceses.

Para este sector, la crisis energética

puede ser una oportunida­d en el invierno para llenar sus plazas. Si se sigue elevando el coste de la energía en invierno en Europa, la Federación de Campings estima que muchos clientes pueden elegir el sur para pasar esos meses y no tener que abonar abultadas facturas de gas y electricid­ad. «La ocupación es buena y, en algunos casos hemos subido un poco el precio, pero como los gastos se han disparado mucho más que los ingresos, la cuenta de resultados va a ser inferior», reseña Rodríguez.

La previsión de la Junta de Andalucía es que este 2022 pasen por la región 30 millones de visitantes, dos millones y medio menos de los que se hospedaron en 2019. «Podemos hablar

de una recuperaci­ón casi total respecto al número de turistas», señaló hace una semana Arturo Bernal, consejero andaluz de Turismo. Los datos de llegadas decían que el verano va a acabar con 11,4 millones de visitantes.

La cifra supone un 15% más que el año pasado y acerca mucho los datos a los que había en 2019, el último ejercicio antes de que el coronaviru­s paralizara el mundo y dejara la industria cerrada por completo. «El cliente nacional viene un poco asustado. No gasta lo mismo que antes. No es todo el mundo, pero hay gente que se está restringie­ndo», señala Manuel Villafaina, presidente de los Empresario­s de Playas de Andalucía.

Los hoteles esperan ocupacione­s medias superiores al 85 por ciento, sobre todo en las zonas del litoral. Importante en este aspecto es la recuperaci­ón de los touroperad­ores. Gigantes como TUI entraron en una crisis complicada de remontar y dejaron de enviar grupos a los hoteles que vivían de esta oferta en los dos años de pandemia. Ahora han vuelto enviando grupos. El turismo de cruceros dejará sólo esta semana que viene 9.000 visitantes en Málaga. Llegan millones de personas Andalucía, pero los empresario­s empiezan a notar que reservando la billetera para un otoño en recesión.

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En muchos restaurant­es la factura media de gasto ha pasado de 30 a 20 euros, según los hosteleros
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// NITO SALAS

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