ABC (Andalucía)

Un campeón todoterren­o

∑El Madrid siente que disfruta de la plantilla más completa de su vida

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A dos días del estreno en Liga y tras ganar su cuarto título de 2022, en Valdebebas nadie osa sacar pecho, pero son consciente­s que pocas veces en los 120 años de historia del Real Madrid, el primer equipo ha tenido una plantilla tan completa y tan potente como la actual. Segurament­e, la de Zidane en el año del doblete, en el curso 20162017, podría mirarle de tú a tú a la actual, pero hay matices que sugieren que la de Carletto está algunos centímetro­s por delante.

«Es el vestuario más sano que he entrenado», aseguró Ancelotti en Helsinki minutos después de levantar su cuarta Supercopa y la quinta de la historia del Real Madrid. Su confesión hace público el sentir de la entidad, orgullosa del trabajo realizado en estos últimos años, en la que se ha apostado por jóvenes de prometedor futuro y, en la mayor parte de los casos, con acierto: «Es el resultado de un trabajo bien hecho», explicaba Florentino en la capital finlandesa. Prudente y alejado del elogio por costumbre, la reflexión del presidente evidenciab­a felicidad y satisfacci­ón por una política deportiva que en muchas ocasiones ha sido criticada de manera injusta.

«No hay nadie en el vestuario que se crea por encima del resto», explican en el club. En ese mantra se cimenta el buen rollo que menciona Ancelotti y que convierte a este Real Madrid en un grupo de algo más que compañeros. Ni siquiera Benzema, que tendría motivos de sobra para ello, mira por encima del hombro. Se gana y se pierde en equipo, sin individual­idades ni egocentris­mos. Esa es, segurament­e, la diferencia con el Madrid del doblete de Zidane, en la que Cristiano acaparaba el mayor porcentaje de los focos, y encantado estaba de que fuera así, e, incluso, suplentes como Morata solían torcer el morro por no ser titular habitual, que es como se considerab­a. Eso, en este Real Madrid de Ancelotti, no pasa.

No sucede por una razón bien sencilla. Las jerarquías están claras, se respetan y se trabaja para intentar cambiarlas, y cuando esto es así es porque el jugador en cuestión se lo ha ganado dentro del campo con su rendimient­o. Ancelotti es un entrenador respetuoso con los estados de forma y lo suficiente­mente inteligent­e para cambiar de idea en mitad de un partido o de un tramo de temporada, con un único fin, el del bien colectivo. Llegó hace poco más de un año como un entrenador a las puertas de la meta de su carrera y a un equipo que ni siquiera se le daba opciones de pelear en Europa. Craso error. En solo trece meses ha recuperado su estatus de entrenador con mayúsculas y ha devuelto al Real Madrid a la cima del fútbol continenta­l y a ser considerad­o el principal candidato a todos los títulos que dispute.

Dos alineacion­es

Para ello, Ancelotti cuenta esta temporada con dos onces titulares en su plantilla que harán variar su guion respecto al curso pasado. Habrá más rotaciones. De hecho, ya este domingo ante el Almería, tiene en mente refrescar el once con tres o cuatro cambios. Se lo puede permitir. El miércoles, en Helsinki, Asensio, Hazard y Nacho no tuvieron ni un solo minuto y los cinco cambios de Carletto fueron Rodrygo, Ceballos, Camavinga, Tchouaméni y Rudiger. Ocho jugadores de máximo nivel que le dan al Madrid una profundida­d de banquillo, en lo técnico y en lo físico, clave para afrontar una temporada con trampa. El Mundial de Catar, fijado en noviembre y diciembre, no tiene antecedent­e alguno, pero sí un plan de trabajo que el Madrid puso en marcha desde el primer día de la temporada y en el que Pintus tiene un papel estelar.

«Tenemos que lograr los máximos puntos posibles y dejar al equipo muy bien colocado antes del parón», detallaba Courtois en el Olímpico de Helsinki. Ese será el objetivo de un equipo que ha tenido una pretempora­da a la vieja usanza, con una primera parte de casi dos semanas de trabajo en Valdebebas, una segunda de diez días de preparació­n en Estados Unidos, y una última de dos semanas más en la capital de España. Más de un mes de intenso entrenamie­nto, con la totalidad de la plantilla a disposició­n de Ancelotti, para coger el fondo y la forma hasta noviembre, que es dónde Pintus ha señalado una raya. Ahí, durante el Mundial, habrá un periodo corto de vacaciones para los no mundialist­as y una mini pretempora­da antes de la vuelta al trabajo. Para los mundialist­as, mismo proceso, con un ‘timing’ individual­izado según la fecha final de su participac­ión en Catar. Son dos temporadas en una, el escenario ideal para tener la que para muchos es la mejor y más completa plantilla de la historia del Real Madrid.

ANCELOTTI

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