El Gobierno ha acercado al País Vasco ya a 202 etarras, la mitad con delitos de sangre
El 67,5% de los 179 presos de la banda terrorista cumplen en cárceles vascas o navarras
El Gobierno ha resuelto desde que tomó posesión y hasta el pasado 12 de agosto un total de 332 acercamientos a cárceles del País Vasco o aledañas que han beneficiado a 202 reos de la banda terrorista de los que cerca de la mitad, 97, cuentan con delitos de sangre.
Es el balance del Observatorio de Política Penitenciaria de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que, actualizado a 12 de agosto, ofrece estos datos para evidenciar que existe una estrategia del Gobierno que preside Pedro Sánchez desarrollada en tres niveles o fases. La primera, promover traslados a cárceles próximas al País Vasco, «principalmente Logroño, Asturias, Zaragoza, Cantabria, Burgos y Soria», y progresiones del primer al segundo grado «o flexibilizaciones» del mismo, así como acercamientos directamente a prisiones vascas y navarras. La segunda fase pasaría por «progresiones a tercer grado» concedidas directamente por el Gobierno Vasco, como el otorgado a la asesina del exministro socialista Ernest Lluch y otros dos reos con condenas por asesinato que reveló ayer este diario. La tercera y última fase, vaticina la AVT, son las «libertades condicionales», consecuencia de esa progresión al régimen de semilibertad al que llevan los dos pasos anteriores.
Con esta perspectiva, las cifras que ofrece el Observatorio son más llamativas. Detrás de esos 202 reos de ETA que fueron acercados a prisiones más cercanas a sus domicilios hay 296 víctimas fruto de 216 atentados. Y la Fiscalía de la Audiencia Nacional viene recurriendo los terceros grados que concede la Administración vasca por entender que benefician a personas que no cumplen los requisitos que establece la ley para ello, como pedir perdón expreso a las víctimas, abonar las responsabilidades civiles o colaborar con la justicia. Si los tribunales no revierten estas progresiones a la semilibertad, el siguiente paso natural para los reos afectados será acceder a la libertad condicional. Durante la presente legislatura han salido de la cárcel en esta condición 14 etarras, conforme el balance de la AVT.
La ruptura de la política de dispersión, apoyada en el traspaso al País Vasco de las competencias sobre la gestión de las prisiones, ha cambiado así el mapa de los reos de ETA. En la actualidad, de acuerdo al mismo balance, son 179 los etarras entre rejas y cinco en libertad condicional. El 67,5% cumplen ya en cárceles vascas y navarras y en la mitad sur de España no queda ya ningún condenado de la banda terrorista.
Más traslados ahora
Así, en País Vasco se cuentan 110 con cinco en libertad condicional. Constan 59 en la prisión de Zaballa, en Álava; 24 en Guipúzcoa (Martutene), y otros 27 en la de Bilbao.
En cuanto al resto del territorio nacional, quedan presos de ETA cumpliendo condenas en Asturias (4), Burgos (1), Cantabria (11), Palencia (8), León (8), Logroño (11), Madrid (4), Pamplona (11), Soria (2), Salamanca (3) y Zaragoza (6). En Murcia, el último preso de ETA que constaba fue enviado a la cárcel de León y en Andalucía y Extremadura no figura ya ninguno, como tampoco en Levante, Castilla-La Mancha, Cataluña o Extremadura.
El balance destina un apartado a comparar las cifras de acercamiento de presos de etarras a cárceles del País Vasco, Navarra y aledañas como Soria y Zaragoza en los distintos Gobiernos. Aunque con las cautelas de contextos históricos, circunstancias distintas y cifras diferentes de volumen de reos, el contraste llama la atención. Entre 1989 y 1996, con sucesivos gobiernos de Felipe González, se acordaron 569 traslados, que fueron 426 en las dos legislaturas de José María Aznar y 40 gobernando Mariano Rajoy. Mientras, en las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero se resolvieron 237 acercamientos de presos de ETA al País Vasco y cárceles cercanas. Las cifras de la AVT no concretan a cuántos presos afectaron esas resoluciones. Con Pedro Sánchez han sido 330 en menos de 4 años para 202 reos.