Autocaravanas y campers, viajar con la casa a cuestas
Es primordial conocer sus características especiales para circular con seguridad, evitar multas y otro tipo de percances
LAS autocaravanas o furgonetas camper se han convertido en el mejor aliado del veraneante. Adiós estrés, aglomeraciones, horarios... solo se necesita saber a dónde ir y con quién. Ante esto último, destacar que una autocaravana es un vehículo derivado de una furgoneta tipo chasis cabina carrozada como vivienda, en la que pueden viajar entre cuatro y siete pasajeros, dependiendo del modelo. En el caso de una camper, es una furgoneta a la que se han incluido en el interior y exterior todos los elementos necesarios para poder utilizarla como vivienda, por lo que normalmente solo está homologada para dos pasajeros o cuatro como mucho.
Como en cualquier otro vehículo, antes de iniciar un viaje hay que revisar el estado y presión de los neumáticos, así como los niveles de aceite, el líquido refrigerante y limpiaparabrisas; y una vez en carretera, evitar acelerones, cambios bruscos en la velocidad, frenadas precipitadas y adelantamientos a más de un vehículo. Pero, sobre todo, es primordial conocer las características especiales de este tipo de vehículos para circular con seguridad, evitar multas y otro tipo de percances. Por ejemplo, tener en cuenta la altura total –se debe tener cuidado con los túneles–, concienciarse de que los ángulos muertos son mucho mayores, que son vehículos especialmente sensibles al viento lateral y en los que el aparcamiento, la marcha atrás y el giro cerrado son más complicados que en un turismo. Siempre se recomienda, y más si es la primera vez que se conduce una autocaravana o camper, practicar maniobras como estas últimas mencionadas antes de iniciar el viaje.
Detallar que la normativa actual advierte que está prohibido que los pasajeros ocupen el habitáculo de una autocaravana (zona destinada a vivienda), salvo que dicho vehículo cuente con asientos homologados, es decir, con su correspondiente cinturón de seguridad. Al igual que en un turismos, el cinturón debe usarse en todas las plazas y en cada desplazamiento. Los niños con una altura menor a 1,35 metros, están obligados a utilizar un sistema de retención infantil (sillita o alzador). Y en el caso de las mascotas, deben viajar en transportín o con un arnés adecuado.
Asimismo, maletas, juguetes o demás elementos de viaje, deben transportarse de forma segura en los armarios o compartimentos disponibles, que deben bloquearse para evitar que todos estos objetos puedan salir disparados en caso de impacto o maniobra brusca y produzca lesiones.
Documentación
No se necesita un carné especial de conducir para conducir este tipo de vehículos. La mayoría de camper y autocaravanas pesan menos de 3.500 kg, por lo que se pueden conducir con el carné B, de turismo. Si superan esta categoría, sí se necesita el C1.
Es importante no olvidar la documentación del vehículo –o justificante del alquiler–, y el teléfono del seguro y del servicio de asistencia en carretera. Si se planea salir de España, cabe comprobar la validez del seguro o la necesidad de adquirir una viñeta de peaje, por ejemplo.
Acampada
Las autocaravanas y furgonetas camper se pueden aparcar en cualquier lugar donde esté permitido estacionar, salvo que exista alguna ordenanza municipal o que lo impidan sus dimensiones o que estas dificul
ten la normal circulación del resto de vehículos. La acampada libre está prohibida en España, ya que para ello están reservadas las zonas de camping. Se considera que el vehículo está acampado cuando algunos de sus elementos sobresalen del vehículo como, por ejemplo, el toldo o las ventanas oscilobatientes, o si, por ejemplo, hacemos uso de mesas y sillas en el exterior. Acampar fuera de las zonas habilitadas para ello puede suponer una sanción grave –en la playa, por ejemplo, asciende a 1.500 euros; y deteriorar el mobiliario urbano u obstaculizar el tráfico puede llegar a los 3.000–.
Una duda frecuente entre quienes viajan por primera vez con una autocaravana o camper es qué hacer con los residuos. Y es que, tanto sólidos como líquidos, solo se puede deshacerse de ellos en zonas determinadas. La multa por verterlos deliberadamente puede ascender hasta los 3.000 euros.