Ortega impone arresto domiciliario al obispo Álvarez para forzar su exilio
▶ La Santa Sede muestra su preocupación por la situación de los religiosos en Nicaragua
El régimen de Daniel Ortega baraja el destino del obispo Rolando Álvarez al imponer un nuevo arresto domiciliario tras un operativo en la curia de Matagalpa, una ciudad en el centro de Nicaragua. La estrategia del régimen se sale de cualquier guión predeterminad, lo que demuestra que su principal interés es obligar al religioso a un exilio, como lo ha hecho con otros líderes católicos. Fuentes eclesiásticas confirmaron que en los últimos días la jerarquía de la Iglesia nicaragüense ha sido presionada para forzar la salida del monseñor. Sin embargo, él se ha negado en varias ocasiones.
Casi seis horas después del allanamiento, la Policía Nacional divulgó un comunicado en el que informó sobre el paradero de monseñor Álvarez. Desde su detención se especuló que él y siete personas más fueron trasladadas a la Dirección de Auxilio Judicial, la cárcel donde se procesan los juicios políticos. Sin embargo, los oficiales llevaron al religioso a una residencia familiar en Managua. En el sitio pudo entrevistarse con el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y máxima figura religiosa del país. «Las personas que permanecían en esa casa-curia fueron trasladadas, con respeto y observación a sus derechos a la ciudad de Managua para las indagaciones de ley. El señor obispo se mantiene en resguardo domiciliario
en esta misma ciudad y ha podido reunirse con sus familiares esta mañana», detalló la Policía.
La CEN, que durante el periodo de detención de monseñor Álvarez evitó pronunciarse sobre el caso, aseguró finalmente que el obispo se encuentra en un «estado de salud desmejorado», producto de los más de 15 días de encierro a los que fue sometido en la curia de Matagalpa. «Si bien su condición física está desmejorada, su ánimo y espíritu están fuertes», agregó.
La Santa Sede ha visto con «preocupación»
la situación que atraviesan los religiosos en Nicaragua. Durante la última sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Juan Antonio Cruz, observador permanente del Vaticano en el organismo, aseguró que su Estado «no puede dejar de manifestar su preocupación al respecto mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan por el diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna.