La presión migratoria se reduce alentada por el control marroquí
► Canarias sí registra un aumento: la llegada de ‘sin papeles’ en pateras sube un 26%
Las dos palabras de Pedro Sánchez aún resuenan: «Bien resuelto». Así calificó la actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes tras el intento de entrada masiva en Melilla de junio que costó la vida a 24 personas, aunque ONG desplazadas en la zona elevaron la cifra a 37. Luego se retractó porque no había visto las cruentas imágenes, según dijo, cuando se refirió a esa más que cuestionable actuación.
Pese a ese intento violento de asalto al puesto fronterizo y el anterior que se produjo en marzo, también en Melilla, la presión migratoria de personas en situación irregular se ha reducido. No hay una caída en picado (203 inmigrantes menos entre enero y el 15 de agosto que en las mismas fechas del año pasado en toda España), pero teniendo en cuenta que las restricciones Covid han desaparecido y que se han reabierto las fronteras aunque sea parcialmente, la tendencia que se esperaba era la contraria: un importante crecimiento. Esa disminución del 1,1% solo puede explicarse por un mayor control marroquí. La situación no es nueva y se repite en cada negociación bilateral de la que Rabat obtiene rédito.
En la vía marítima el descenso ha sido más acusado: un 4 por ciento, aunque se produce un aumento importante de las llegadas de pateras a Canarias, muchas de ellas procedentes del África subsahariana. El incremento es de cerca del 26%.
Esta vía de llegada ha resultado casi irrelevante para las dos ciudades autónomas en las que sí se ha incrementado la presión por tierra. En Melilla han entrado un 26,3% más de irregulares –hay que insistir en que la mayoría lo hicieron en los dos grandes intentos masivos– y a Ceuta llegaron, según los datos de Interior, casi un 60% más inmigrantes a través de la frontera terrestre. Esta cifra, con todo, no es real puesto que en la estadística oficial sigue sin contabilizarse la avalancha de más de 10.000 personas en Ceuta de mayo de 2021.