ABC (Andalucía)

La guerra al piso turístico en Santiago anula más de 40.000 reservas en un mes

► El Gobierno de la capital gallega impone multas de hasta 15.000 euros a los propietari­os, que critican el «acoso»

-

La ofensiva del Ayuntamien­to de Santiago contra las viviendas turísticas ya se ha cobrado sus primeras víctimas colaterale­s: más de 40.000 reservas canceladas en un mes, a golpe de 3.000 al día. No son cifras menores teniendo en cuenta que la ciudad se encuentra en plena celebració­n del Año Santo y que julio y agosto son los meses de mayor trasiego de turistas, con todas las derivadas económicas que estas visitas tienen para la ciudad monumental. Pero la recepción de multas de hasta 15.000 euros y la personació­n de agentes de la Policía Local en algunos de estos pisos han sido suficiente amenaza para que los cerca de 900 propietari­os de Viviendas de Uso Turístico (VUT) en la capital gallega hayan cerrado las puertas de sus negocios de forma repentina y sin fecha de reapertura. Eso sí, advierten, la pelea ante lo que consideran un «abuso» por parte del Ayuntamien­to sigue en los tribunales y también a pie de calle, donde cuentan con el apoyo de los comerciant­es.

El Gobierno municipal, liderado por el socialista Xosé Sánchez Bugallo, se abraza a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia que en un caso particular indica que es precisa la obtención de licencia municipal para operar como VUT. Pero los propietari­os recuerdan que el decreto que ordena este modelo de alojamient­o depende de la Xunta e indica que «solo es precisa una inscripció­n en el registro autonómico», con la que la mayoría cuentan. Este es la clave de una guerra con dos bandos bien diferencia­dos que está causando estragos en la capital xacobea, un año más a punto de batir cifras de visitantes.

No hay más licencias

El problema ahora, manifiesta­n los dueños de pisos turísticos, es que el Ayuntamien­to se niega a conceder nuevas licencias (solo 36 pisos la tienen) y son los propietari­os los que están teniendo que hacerse cargo de los gastos derivados de la cancelació­n de las reservas que tenían contratada­s para el verano, en muchos casos con meses de antelación.

La cuestión es simple. Si anulan la reserva y la plataforma a través de la que se gestionó no encuentra un alojamient­o similar, el dueño debe poner de su bolsillo la diferencia de precio con la opción habitacion­al que se le proponga al cliente. Lo explica la portavoz de Aviturga, Dulcinea Aguín, para quien «Santiago no tiene capacidad para absorber todas estas reservas, lo que daña la imagen de Galicia entre unos viajeros a los que les amargan las vacaciones». «Plataforma­s como Booking te dan la opción de cancelar la reserva por impediment­o legal. Ellos intentan recolocar al cliente al mismo precio, pero si es mayor lo tenemos que abonar nosotros» expone. Este está siendo para muchos dueños el día a día desde el inicio de la guerra con el concello.

«Desesperad­os y muy nerviosos», los propietari­os trasladaro­n su malestar al Gobierno local por cómo están gestionand­o el asunto –que explotó en pleno verano– en una reunión el pasado mes en la que estuvieron presentes el alcalde de la ciudad y la responsabl­e de Urbanismo. Pero no hubo acuerdos, ni siquiera acercamien­to. Raxoi se limita a apuntar que los propietari­os llevan tiempo siendo advertidos por carta de que su actividad «es ilegal» y que «exigir esa licencia es un derecho constituci­onal para cualquier municipio». Además, indican que la Xunta «ya determina en su propio decreto de 2017 de Turismo de Galicia que los que hacen la declaració­n responsabl­e tienen que tener toda la documentac­ión completa y entre ella está la licencia municipal».

Consultado­s por ABC sobre esta cuestión, desde el Ejecutivo gallego manifiesta­n que «el conflicto actual se da entre los propietari­os y el Gobierno municipal, que es el que tiene potestad para no permitir las viviendas de uso turístico como responsabl­e en materia de ordenación urbanístic­a». Pero la respuesta no satisface a un sector que opera en toda la Comunidad (hay más de 13.000 registrada­s) y que solo encuentra trabas en la capital. Entre tanto, y mientras los cierres se suceden, a pocos pasos de la catedral el ayuntamien­to trabaja en una modificaci­ón del plan general de ordenación municipal que se dará a conocer a principios de septiembre. Entre los cambios que Raxoi plantea para regular este negocio está la prohibició­n de VUT en la zona monumental y su limitación a bajos y primeros pisos en el Ensanche. La propuesta, asumen los propietari­os, «es un corta y pega que igual en otros lugares funciona, pero que aquí es un disparate». «¿Qué pasará si un fondo de inversión se empieza a hacer con estos bajos? Pues que la ciudadanía va a pasear por una ciudad sin escaparate­s» censuran con amargura.

Lejos de resignarse, los dueños de VUT han recogido firmas de apoyo e incluso han requerido la intermedia­ción de la Defensora del Pueblo. Esta aceptó la queja y ha solicitado al concello «que en un plazo de 15 días les facilite toda la informació­n». Sin un modelo de ciudad claro, el Ayuntamien­to compostela­no insiste en que quiere evitar que el casco viejo, Patrimonio de la Humanidad, se convierta en un decorado, y que la esencia es devolver a los vecinos a las calles empedradas. Sostienen que parte importante del problema habitacion­al que atraviesa la ciudad, y que está expulsando a familias y estudiante­s, radica en la proliferac­ión del uso turístico.

Pero el plan de Raxoi no acaba de recabar el consenso necesario en una ciudad tradiciona­lmente turística. Es incapaz de encontrar el equilibrio ante un fenómeno al alza, que reivindica su espacio, y su propia esencia.

 ?? // MIGUEL MUÑIZ ?? Las calles de Santiago son el mejor reclamo para el turismo
// MIGUEL MUÑIZ Las calles de Santiago son el mejor reclamo para el turismo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain