Moderna denuncia a Pfizer-BioNTech por plagiar su vacuna contra el Covid-19
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«Presentamos estas demandas para proteger la innovadora plataforma de tecnología de ARN mensajero en la que fuimos pioneros, invertimos miles de millones de dólares en el desarrollo y patentamos durante la década previa a la pandemia de Covid-19», explicó el director general de la biotecnológica Moderna, Stephane Bancel, el motivo de las demandas paralelas interpuestas ayer en los tribunales de Massachusetts (EE.UU.) y Düsseldorf (Alemania).
Para BioNTech, esta es la segunda demanda en un corto periodo de tiempo. El competidor alemán Curevac presentó una similar a principios de julio y, aunque Pfizer-BioNTech ha preferido no comentar la última, sí rechazó entonces con vehemencia las alegaciones de patentes. «El trabajo de BioNTech es original», defiende desde entonces el laboratorio con sede en Maguncia. «Lo defenderemos enérgicamente contra todas las acusaciones de infracción de patentes que puedan aparecer», afirmó su jefe, Ugur Sahin, el creador de la primera vacuna que llegó al mercado.
Comienza, por tanto, una batalla legal por la vacuna contra el coronavirus, gigantesco negocio para la industria de la biotecnología. Apenas se hizo pública la presentación de las demandas, las acciones de BioNTech cayeron ayer un 3,14% en la bolsa de Fráncfort.
Sabiendo que el acceso continuo a las «vacunas que salvan vidas» es importante, Moderna aclaró que no busca la eliminación del mercado de la vacuna contra el coronavirus de sus competidores ni evitar ventas, sino una compensación proporcional por el uso de una tecnología de base que asegura haber patentado entre 2010 y 2016. Espera que empresas como BioNtech y Pfizer respeten las patentes y adelanta que está dispuesta a otorgar licencias comercialmente razonables si así se solicita.
Tanto la vacuna de Pfizer-BioNTech como la de Moderna se basan en tecnología de ARNm, gracias a la que las células humanas se manipulan de tal manera que pueden desarrollar una protección inmunitaria por sí mismas. «Esa tecnología innovadora básica fue fundamental para el desarrollo de la vacuna. Creemos que Pfizer y BioNtech copiaron ilegalmente los inventos de Moderna y continúan usándolos hoy en día sin permiso», denunció en un comunicado Shannon Thyme Klinger, directora legal de Moderna.
Originalmente, según el texto de la demanda, las empresas Pfizer y BioNTech habrían tenido cuatro vacunas candidatas diferentes en desarrollo clínico, incluidas opciones que no infringían ninguna patente de Moderna. Pero finalmente habrían optado por una vacuna que tenía «exactamente la misma modificación química del ARNm».
Los científicos de Moderna habrían empezado en 2010 a desarrollar esa modificación química, que evita una respuesta inmunitaria indeseable tras la introducción del ARNm en el organismo, y fueron los primeros en validarla en ensayos con humanos en 2015, en el marco de la creación de una vacuna para el coronavirus que causa el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), alega la empresa, que considera que el equipo de Sahin «copió el enfoque de Moderna para codificar la proteína de espiga de longitud completa en una formulación de nanopartículas lípidas para un coronavirus».
¿Por qué ahora?
El caso es que Moderna prometió en los primeros días de la pandemia que renunciaría por completo a la protección de su patente mientras durara la pandemia. En marzo de este año, sin embargo, la empresa modificó levemente esa promesa y limitó su contenido. No quiere hacer valer su protección de patente en los 92 países más pobres el mundo, pero en el resto del globo, sin embargo, quiere insistir en su protección de patentes a partir de ahora y ser compensada por Pfizer y BioNTech por «el uso continuado» de sus «tecnologías patentadas».
Esta reivindicación, según el texto de la demanda, debería aplicarse a todas las transacciones después de que se modificó la promesa de patente en marzo de este año. Moderna, por lo demás, no buscará compensación por las vacunas pagadas por el Gobierno de los Estados Unidos. Aun así estamos hablando de una demanda multimillonaria y un litigio que podría durar años. BioNTech ha informado que espera facturar 13.000 y 17.000 millones de euros solamente este año con las vacunas Covid. Confía en obtener la próxima semana la autorización para la vacuna centrada en la variante BA.1 y tiene pendiente otra autorización para el subtipo BA.5. En el segundo trimestre del actual ejercicio, BioNTech obtuvo un beneficio de 2.320 millones de euros, a pesar de un nivel de ventas a la baja que alcanzaron los 3.196,5 millones de euros.
Moderna considera que la vacuna ‘rival’ «infringe» sus patentes sobre ARN mensajero presentadas entre 2010 y 2016