Un infierno para la nueva España
▶ La selección, con una media de edad de 26 años y siete debutantes, se mide hoy a Georgia y a una grada enfurecida
La contundente victoria del estreno ante Bulgaria dejó un buen sabor de boca en el vestuario de la selección, que hoy tendrá que refrendar esas buenas sensaciones ante Georgia. Un duelo que Scariolo tiene marcado en rojo y que le servirá para examinar la madurez del grupo que tiene entre manos. Un vestuario joven e inexperto que se mide al anfitrión en medio de un ambiente complicado.
El baloncesto se vive con pasión en Georgia, que llevaba años esperando este Eurobasket. Las calles de Tiflis reflejan estos días la emoción por una cita que el equipo nacional había preparado con mimo y que sufrió un mazazo brutal unos días antes del comienzo. La lesión de Shengelia, su mejor jugador, golpeó el corazón del vestuario y también de la afición, decepcionada por la ausencia de su estrella. Adiós que recortaba sus esperanzas de avanzar en el torneo, pero que no impidió que las gradas del pabellón estuvieran llenas en el estreno ante Bélgica. Un ambiente infernal que no evitó la derrota del conjunto dirigido por Ilias Zoulos, y que hoy espera a la selección.
«Estamos preparándonos para un partido difícil, en la cancha del anfitrión y contra un rival fuerte, con un físico imponente y que estará arropado por un gran público como ya se vio ante Bélgica. Tuvieron un desliz ese día y saldrán a muerte para intentar remediarlo contra nosotros». Las palabras de Scariolo anticipan un duelo con curvas que servirá para examinar la madurez del grupo que tiene entre manos. Un equipo con siete debutantes en un torneo grande y en el que algunas piezas como Garuba o Pradilla sobrepasan por muy poco los veinte años. «Normalmente me gusta jugar en ese tipo de entornos, con pabellones grandes y calientes. Seguramente a los jugadores con más experiencia también, pero el desafío para nosotros es ver cómo nuestros jóvenes o jugadores nuevos reaccionan a esta atmósfera. Personalmente, soy optimista y creo que les va a gustar jugar en una cancha llena como la que nos espera ante Georgia», apuntaba el italiano.
El ambiente enconado será uno de los problemas que se encontrará España en el duelo ante Georgia, pero no el principal. En la cancha, a pesar de la ausencia de Shengelia, el conjunto caucásico pondrá en liza un equipo muy físico con viejos conocidos de la ACB. Shermadini, Burjanadze y McFadden son tres de los pilares del vestuario georgiano, que tuvo en el NBA Mamukelashvili (18 puntos) a su máximo anotador en el estreno fallido ante Bélgica.
Presión para los jóvenes
En el duelo ante Bulgaria, Pradilla (21 años) y Garuba (20) fueron dos de los destacados. El pívot del Valencia está siendo la noticia más positiva de este verano en la selección. Su desparpajo y efectividad están cautivando al cuerpo técnico que ve en él un proyecto de futuro muy importante. Por eso, la prueba de esta tarde ante Georgia tiene un componente especial, que servirá para comprobar hasta qué punto está preparado el joven talento aragonés. Con Garuba hay menos dudas, pues a sus veinte años ya ha jugado una temporada completa en el Real Madrid y ha vivido otro año al más alto nivel en la NBA. Preocupa más la versión que puedan ofrecer otros debutantes en el torneo, como Alberto Díaz. «Va a ser un partido especial porque ellos juegan en casa y la afición estará apretando. Eso obliga a que nosotros estemos concentrados al máximo», explicaba el base del Unicaja, repescado a última hora para la cita europea.
Una victoria ante Georgia clasificaría a España para la siguiente fase y allanaría en parte el camino hacia la primera posición del grupo A que, seguramente, se jugará en la última jornada ante la Turquía de Larkin.
Seleccionador de España «Nuestro desafío es ver cómo nuestros jóvenes reaccionan al ambiente»