Ayuso, salvado por la máquina millonaria
▶ Da positivo por Covid, pero el artilugio de su equipo decreta que la carga viral es baja y puede seguir en carrera
De repente el Covid ha irrumpido en la Vuelta a España con un impacto muy superior al que socialmente se vive. Algunas voces aseguran en el pelotón que los ciclistas tienen menos defensas que los ciudadanos normales y que a ello se debe la profusión de casos positivos. El último, Juan Ayuso, ha ocasionado un severo revuelo porque, en apariencia, ha puesto el mundo al revés. Negativo cuando tenía síntomas y positivo cuando desaparecieron. Pese a haber pitado el chivato rojo, el joven talento español sigue en carrera. ¿Por qué? Una millonaria máquina de test PCR propiedad de su equipo, el UAE, ha decretado que su carga viral es baja y, por tanto, no contagia a sus compañeros.
«Esta máquina vale muchísimo dinero. Es de las herramientas más caras que tenemos en equipo», cuentan desde el interior del conjunto patrocinado por el emirato de Abu Dabi.
Gracias a ese artilugio, Ayuso sigue en carrera y no lo hacen los otros 22 ciclistas que han tenido que bajarse al ser positivo en Covid, asintomáticos o no. La clave reside en esa máquina millonaria que expone los resultados en 45 minutos y que solo tienen el UAE y el DSM (ubicada en una caravana que sigue la carrera).
Según el protocolo médico de la UCI, los equipos concursantes en la Vuelta deberían hacerse tres test PCR durante la carrera. Antes de salir en Holanda, en el segundo y en el tercer día de descanso. Además, todos los ciclistas se someten cada jornada a un análisis de antígenos. Si alguno da positivo, debe presentar un PCR con la carga viral para determinar si es contagioso o no. Y la decisión de seguir o no debe ser refrendada por los médicos de la UCI, la Vuelta y el propio equipo.
Ayuso confesó encontrarse «bastante mal» después de la contrarreloj de Alicante. Hizo un tiempo mediocre en la lucha solitaria y lo achacó a «un fuerte dolor de cabeza y malestar general». Al día siguiente, su director Josean Matxín dio la voz de alarma: «No se encuentra bien, tiene dolor de cabeza, carraspera, picor de garganta y flemas». Es decir, síntomas de Covid. Pero su equipo aseguró que después de tres tests el resultado siempre fue negativo.
En el ascenso al puerto de Peñas Blancas, en la victoria de Carapaz, el ciclista de Jávea ya no habló de malestar y su rendimiento fue óptimo: llegó con el grupo de Evenepoel, Mas, Roglic y compañía. Sin embargo, el virus seguía su proceso. Este viernes por la mañana su equipo comunicó el positivo. «Está asintomático y al analizar su PCR, se encontró que tenía un riesgo muy bajo de infectividad, similar a casos como el que vimos en el Tour de Francia de este año», indicó Adrian Rotunno, médico del UAE. El límite para decretar una carga de contagio se cifra por encima de 30-35 ciclos. Se entiende que Ayuso está en zona verde y no roja.
«Tanto la Vuelta como la UCI y el equipo han valorado que, al ser la carga vírica muy baja, el corredor puede continuar», comunicó Javier Guillén, director de la prueba.
La máquina millonaria marca la diferencia. El Ineos indicó a ABC que no dispone de dicho detector. Sivakov, noveno clasificado hasta el jueves, no salió según su equipo «por un ejercicio de responsabilidad y salud». Y lo mismo el BikeExchange, obligado a retirar a Simon Yates, quinto en la general.
Cuestión de dinero, la máquina, o de tiempo para hacerse un PCR en un laboratorio externo a la carrera. El Kern Pharma, debutante e invitado por la Vuelta, dio de baja a tres corredores, Carretero, Adriá y Miquel, dos de ellos asintomáticos, pero según su director, Juanjo Oroz, con «una carga viral alta». Es decir, según esta declaración los ciclistas del Kern sí se hicieron test PCR. Un aparente embrollo que, según Guillén, se resuelve «aplicando el protocolo publicado por la UCI, que es el mismo del Tour».
Un gentío entusiasta y bullanguero recibe a la Vuelta en Montilla, localidad de 23.000 habitantes que se vuelca en la calle que acoge el esprint después de una jornada sin sobresaltos. El público asiste al primer triunfo de Mads Pedersen, campeón del mundo en 2019 y especialista en los finales en cuesta. Su equipo trabaja con brío por los campos de olivos de Andalucía y el danés responde con propiedad. La rampa en Montilla no es muy dura y Roglic se queda sin opciones después de exprimir su potencia. La velocidad de Pedersen es superior y ese empuje le sirve para sacar varios cuerpos a la competencia.