Los funcionarios estallan y se echan a la calle: «Queremos salarios dignos»
▶ CSIF denuncia que no ha tenido ni una sola reunión con el Gobierno y prepara un gran maniestación en Madrid el día 24
La calle se calienta por el golpe de la inflación en el bolsillo y van a ser los empleados públicos los primeros en movilizarse para exigir al Gobierno subidas de sueldos con las que combatir una espiral de precios que está poniendo contra las cuerdas a empresas y familias en España. Y lo harán después de pedir durante meses a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, una negociación para discutir un alza de sus salarios «justa» que frene el «empobrecimento social y el deterioro de los servicios públicos».
«No hemos tenido ni una sola reunión con el Gobierno. En agosto hubo un par de contactos técnicos, pero no quisieron entrar en materia salarial», aseguran a ABC desde CSIF, el sindicato más representativo en la Administración, que hoy dará los detalles de la gran manifestación que ha convocado para el día 24 en Madrid. Empleados públicos de toda España se darán cita ese día en la capital para pedir a Pedro Sánchez que ejemplo al sector privado y se siente a negociar con los funcionarios.
Sánchez debe dar ejemplo
«El Gobierno es la patronal de los empleados públicos y no aplica lo que exige al sector privado», asegura el sindicato que preside Miguel Borra, que con sus protestas también reclama «el inicio urgente» de las negociaciones con Función Pública para empezar a diseñar la oferta pública de empleo. La exigencia cobra más fuerza después de un agosto negro en el que se destruyeron 190.000 empleos.
La Administración perdió casi 13.000, lo que para CSIF «redunda en el deterioro de los servicios públicos y en la necesidad de acordar un plan de recursos humanos para apuntalar sectores clave de nuestro Estado de Bienestar y de nuestras administraciones, que se encuentran en una situación muy delicada».
La subida de los sueldos está siendo, como otras muchas materias delicadas, un foco de tensión dentro del Gobierno. Están los que como Yolanda Díaz animan a los sindicatos a salir a la calle para exigir aumentos de sueldos y los que como Nadia Calviño, piden mesura para no alimentar lo que los economistas llaman los efectos de segunda ronda de la inflación. Lo que está diciendo la titular de Economía es que el incremento que se aplique a los empleados públicos podría ni siquiera acercarse a los altos niveles que se esperan incluso para la inflación media anual, que según los analistas se situará entre el 7% y el 8%. De terminar dentro de esta horquilla, los empleados públicos perderían en 2022 entre 5 y 6 puntos de poder de compra, ya que tuvieron un incremento salarial del 2% a inicios de este año.
La idea inicial manejada por Pedro Sánchez fue supeditar la subida de sueldos para los funcionarios a la negociación entre CEOE y UGT y CC.OO., pero está vía hizo aguas después de que UGT y CC.OO. pusieran sobre la mesa la exigencia de extender las cláusulas de revisión salarial. Frustrado este diálogo, las centrales avisaron de que darían la batalla en los convenios para asegurar el poder de compra de los trabajadores, lo que augura una escalada de conflictos en la negociación colectiva.
«Es inaceptable supeditar la negociación salarial de los empleados públicos al diálogo entre sindicatos y patronal. La negociación de los salarios en la Administración siempre ha tenido su propio cauce», avisa CSIF.