ABC (Andalucía)

Sánchez, Alemania e Italia

Mientras el Gobierno dilucida por qué no lo quieren, los riesgos emergentes empiezan a concretars­e

- jmuller@abc.es JOHN MÜLLER

Pedro Sánchez sigue intentando desentraña­r las razones por las cuales su Gobierno tiene mala imagen en las encuestas por muy bien que se valore su gestión, como le advirtió en enero la socióloga Belén Barreiro en un artículo en ‘El País’. El presidente cree y así lo demuestra su actuación desde la crisis de julio de 2021, que es un problema de rostros. Primero fue cuestionad­o el elenco ministeria­l –Ábalos y Calvo–, y en 2022, el del partido. Lo que nadie se atreve a poner sobre la mesa es que quizá sea el propio Sánchez el que destruye la credibilid­ad del Ejecutivo porque dice o hace una cosa y su contraria. El episodio de la reducción del tipo del IVA del gas, que pilló a muchos ministros con el argumentar­io de siempre, es aleccionad­or. De poco sirve decir que el que convenció a Sánchez no fue Feijóo sino Scholz.

Mientras, las grandes amenazas sobre la economía empiezan a concretars­e. En el Gobierno se avistan claramente dos: una es el impacto sobre la economía alemana del corte del gas ruso y la otra es el triunfo casi seguro de Giorgia Meloni en las elecciones del 25 de septiembre en Italia.

Lo primero ya se está concretand­o. Que Putin iba a utilizar al ‘general invierno’ en contra de Europa estaba descontado. Pero los cortes parciales que con diferentes excusas se han venido sucediendo ya están causando disrupcion­es económicas y la factura del gas está elevando los costes en algunos rubros de manera brutal. Sectores muy intensivos en electricid­ad, como el aluminio, están empezando a apagar sus hornos. Como recordaba una nota reciente de Bloomberg, el horno que se apaga, no suele volver a funcionar.

En julio, el FMI advertía del impacto del corte del gas ruso en la economía alemana. Se hablaba de casi un 5% del PIB repartido en tres años. Los principale­s institutos económicos alemanes sostienen que el corte provocaría «una fuerte recesión» y una pérdida de 220.000 millones de euros. Bruselas, por su parte estima que el impacto del corte en la Eurozona supondría hasta 1,5 puntos del PIB, que es más que el crecimient­o previsto para 2023, del 1,4%. Hay analistas que creen que, dado que Alemania supone el 28% de la economía de la zona euro, el cálculo es optimista.

La llegada al poder de Meloni en Italia es un riesgo más difuso. El triunfo de una derecha populista que mira con recelo a Bruselas y que las suele emprender contra la UE y el euro para justificar sus pulsiones, creará tensiones allí donde Mario Draghi había tranquiliz­ado la situación. Italia es el país que más recursos ha recibido del plan NextEU y había dejado de ser un dolor de cabeza para la Comisión Europea. Del flujo de nuevas confianzas que había creado Draghi se beneficiab­a todo el sur de Europa.

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