Los tipos suben para quedarse
Quizá lo que más impacto vaya a tener en los mercados a medio y largo plazo de lo que anunció hace un par de semanas el presidente de la Reserva Federal sea el hecho de que los tipos van a subir lo que tenga que subir pero luego probablemente se van a mantener en esos niveles una temporada. La posibilidad que contemplaban los mercados de que los tipos volvieran a bajar razonablemente pronto la descartó Powell el otro día en su contundente mensaje. Bastante mal lo están pasado los banqueros centrales en el duro proceso de recuperar la credibilidad como para que a la primera de cambio vayan a volver a las andadas.
Los tipos van a subir, más en Estados Unidos que en Europa, y probablemente se van a mantener una temporada razonablemente larga en esos niveles. Niveles que en el caso europeo estarían en línea con lo que en el argot se conoce como neutrales, esto es que en teoría no tienen mayores efectos en la economía, y en Estados Unidos algo por encima.
Tenemos que volver a aprender a vivir con el dinero costando algo. Poco, nada ni por asomo parecido a lo que los que tenga algo de memoria recuerdan, pero no el gratis total de estos últimos años que desde
luego ha tenido muchas consecuencias en los mercados. En el precio de los activos pero no solo. El repunte por ejemplo de la rentabilidad de los distintos tipos de bonos, les devuelven el atractivo y vuelven al radar de los grandes Inversores institucionales –fondos de pensiones y compañías de seguros, por ejemplo– que en los últimos años se habían visto empujados a entrar en activos alternativos en los que no se encuentran tan cómodos.
Además del mayor brillo de los bonos, activo por excelencia de los inversores conservadores, el hecho de que los tipos se estabilicen por encima de donde han estado estos últimos años, también repercute en la valoración del resto de los activos. Se ampliarán las rentabilidades exigidas, por ejemplo, al inmobiliario, lo que en función de como evolucionen las rentas puede repercutir en los precios.
Y en renta variable, debería continuar la rotación de los sectores que se conocen como de crecimiento hacia los más ligado a la economía real, sobre todo una vez que se disipen los miedos que hoy de forma un tanto exagerada nos tienen atenazados.
Así las cosas, la confirmación del cambio definitivo de tranco por parte de los bancos centrales anticipa un movimiento tectónico en los mercados que va a ser más evidente cuando se reconduzcan las dudas macro que no duden que lo acabarán haciendo.