Lesmes ve «difícil» que el CGPJ proponga el jueves a dos candidatos al TC
▶ Niega que se esté encontrando con el rechazo de jueces del Supremo, pese al portazo de cuatro conservadores ▶ Obvia la asfixia y plazos impuestos por el Ejecutivo y dice que su obligación es que la ley se cumpla
Aunque el solemne acto de apertura del año judicial está previsto para mañana, la toma de posesión del nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, sirvió ayer como primera toma de contacto entre vocales del CGPJ, magistrados del Supremo y del TC y, sobre todo miembros del Gobierno, en un momento crucial en las relaciones entre el Ejecutivo y los tribunales. Pero también permitió visualizar el malestar que provoca en el presidente del Supremo y del órgano de gobierno de los jueces, Carlos Lesmes, la encrucijada en la que se encuentra ante el ultimátum que el Ejecutivo ha impuesto al CGPJ para que nombre a dos candidatos al Tribunal Constitucional. Solo así Pedro Sánchez podrá nombrar a los dos suyos y renovar el tercio del TC que dará el control a la mayoría progresista sin la eventual tacha de inconstitucionalidad que tendría la renovación de solo dos de los cuatro miembros.
Visualmente molesto con las críticas que está recibiendo por trabajar en la línea del acuerdo que quiere el Gobierno, dentro del plazo que a modo de ultimátum fijó en la reforma aprobada en junio –el 13 de septiembre de este mes–, Lesmes se esforzó ayer en un ‘canutazo’ inusualmente largo en argumentar el papel que juega en esta polémica, un papel esencialmente «institucional» del que no se debe esperar otra cosa de él que no sea el cumplimiento de la ley.
Pero no lo va a tener fácil, al menos en lo que respecta a jueces conservadores del Tribunal Supremo que, como publicó este domingo ABC, rechazan participar en los designios del Ejecutivo e ir al Constitucional en las condiciones actuales. Primeros espadas de la Sala Segunda del Alto Tribunal, como los magistrados Manuel Marchena, Antonio del Moral y Pablo Llarena, así como el de la Sala Civil Ignacio Sancho, han rechazado que se propongan sus candidaturas al TC, según ha podido saber ABC de fuentes del CGPJ y del propio entorno de los tanteados.
Pese a ello, Lesmes negó ayer que exista este rechazo en el seno del Supremo, y sin aludir intencionadamente al sector conservador, que es el que le está dando calabazas, dijo que los jueces con los que está hablando se muestran receptivos y que, de hecho, se le han dirigido varios «postulándose para esos puestos». «Magistrados sobran; eso no es un problema», sentenció. Y efectivamente no parece que lo sea en el bloque progresista, favorable a la renovación del TC y que tiene que proponer a uno de los dos candidatos (el otro debería ser conservado para aglutinar ambas sensibilidades). Como informó este diario se manejan varios nombres: José Manuel Bandrés, Ana Ferrer, Pilar Teso, Ángeles Huet, Pablo Lucas o el presidente de la Sala Militar, Jacobo Barja de Quiroga. Lo del bloque conservador ya es otro cantar y la mayoría de sus vocales no se sienten concernidos por el ultimátum del Gobierno. Siguen sin estar dispuestos a que el Ejecutivo les marque el paso con un ultimátum (el del día 13) que no es más que el colofón, dicen, a una intromisión en el Poder Judicial que consideran «inaceptable». Así las cosas, el acuerdo para que los nombramientos salgan adelante (se necesitan doce votos de los 19 miembros del Consejo contando al presidente) dependerá fundamentalmente de los ocho vocales progresistas y de cuatro conservadores que, como Lesmes, sean partidarios de dar luz verde a dos candidatos. Asumiendo la dificultad de un acuerdo en estas condiciones, Lesmes ya avanzó ayer que no será fácil que el Pleno previsto para el jueves termine con acuerdo, y en un afán de minimizar la importancia de estos nombramientos, los comparó con otros que ha llevado a cabo el Consejo y que no han sido fáciles. «Muchas veces cuesta encauzar voluntades dirigidas hacia una misma persona y esa es la dificultad de esos nombramientos, como la de todos los que se hacen en el Tribunal Supremo: cuesta aunar voluntades».
Tras descartar prácticamente que
ese pleno acabe con acuerdo, el presidente del Supremo no descartó que haya que ir «a días sucesivos siempre que haya ciertos progresos en las conversaciones entre los vocales».
Fuentes del Gobierno, a su vez, confían en que el CGPJ cumpla la ley antes del día 13 y, sin contemplar de forma explícita que el acuerdo se vaya más allá de esa fecha, parece que estaría dispuesto a dar cierto margen de maniobra al Consejo si ve una verdadera disposición a efectuar los nombramientos. En caso de que el Consejo se retrase sin justificación nombrarían a los suyos, pese a las dificultades que esta opción podría plantear en el propio TC, cuya renovación está prevista en la Constitución por tercios (de cuatro en cuatro cada nueve años).
Lesmes negó que sus trabajos en pro del acuerdo estén vinculados con cualquier ambición profesional de ir al TC y atribuyó esta acusación a «personas que quieren mediatizarle para evitar que se hagan los nombramientos». Ciertamente su tren pasó desde el momento en que Gobierno y PP no se han puesto de acuerdo para la renovación del CGPJ, lo que sí habría permitido que el próximo Consejo le propusiera como candidato. Sin embargo, al ser este CGPJ, el que él preside, el que tenga que proponer, sus esperanzas se han visto evaporadas. Tampoco podría aspirar a la plaza que correspondía al magistrado Alfredo Montoya (y que correspondía a la cuota PP en el Senado), pues ese nombramiento requiere una mayoría de tres quintos de la Cámara Alta, lo que incluye a un PP que no parece estar muy satisfecho con el papel de Lesmes en este asunto.
A su vez, que el presidente del TS fuera uno de los dos candidatos del Gobierno sería una maniobra muy burda a la que el magistrado conservador no iba a prestarse de ninguna forma.
Ayer, tras publicarse que el Gobierno ha chantajeado a Lesmes con no ir al TC si no logra el acuerdo, aseguró: «Yo no sé si alguien del Gobierno ha dicho eso, pero si lo ha dicho, ha mentido, porque saben perfectamente que yo no quiero ser candidato al TC. Como presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ me parecería indecente que yo me prevaliera del cargo, y así se lo he hecho saber a todos los que me han preguntado sobre esta cuestión. No tengo ninguna intención de ir al Tribunal Constitucional en las actuales circunstancias. Dentro de unos años no lo sé, pero desde luego ahora bajo ningún concepto a ninguna de las (plazas) que están pendientes: ni del Gobierno ni la del Senado. A todos mis interlocutores, que han sido varios, les he dado la misma respuesta». Lesmes aludió a la renovación del CGPJ para decir que «a día de hoy» no alberga «ninguna esperanza» en ella y que la situación que este bloqueo está originando es «absolutamente lamentable», algo en lo que incidirá mañana en su discurso de apertura del año judicial. Recordó que el panorama es «desolador» porque la imposibilidad de cubrir vacantes en el Supremo llevará a que «habrá salas que no se puedan ni constituir y un Tribunal Militar Central que no podrá actuar porque sus miembros no han podido ser repuestos». En este sentido criticó que el Gobierno haya levantado la prohibición de que el CGPJ nombre en el caso del TC y no del Supremo y demás tribunales. «Es una situación insostenible», dijo.