Los editores aseguran que hay libros de texto en todas las CC.AA. pese a los retrasos de la ley Celaá
► La demora en la aprobación de los currículos del Gobierno está dificultando la vuelta al cole
La vuelta al cole está siendo caótica. No solo para los padres que están haciendo frente a un regreso con subida de precios; también para los docentes que deben replantear la programación de los contenidos con la llegada de la ‘ley Celaá’, y para los alumnos, que deben adaptarse a los cambios...Pero tampoco hay que olvidar a los editores. El poco tiempo que han tenido para preparar los libros de texto los ha llevado a una situación extrema. ¿Cuál? Tener que imprimir manuales con parte de los contenidos curriculares sin terminar y usando borradores como base. Es lo que ha ocurrido con los libros de siete comunidades autónomas (Andalucía, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Galicia, País Vasco y Murcia).
El motivo es el retraso con el que se han aprobado los decretos de enseñanzas mínimas que elabora el Estado y que son necesarios para que, posteriormente, cada comunidad elabore su parte. La ley prevé que las «enseñanzas mínimas requerirán el 50 por ciento de los horarios escolares para las comunidades autónomas que tengan lengua cooficial y el 60 por ciento para aquellas que no la tengan». Los decretos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato se aprobaron entre finales de marzo y primeros de abril. El de Primaria llegó algo antes, el pasado 1 de marzo, pero en cualquier caso tampoco el Ministerio de Educación daba tiempo suficiente para que los contenidos lleguen a las comunidades y las respectivas consejerías pudieran tener listos sus porcentajes del temario para enviarlo a los editores.
Mecanismos
Así, para garantizar que todas las comunidades tengan libros de texto, los editores están usando los borradores de los currículos que tienen en su mesa las consejerías de las siete comunidades mencionadas. «En todas las comunidades hay libros de texto disponibles; en aquellas que ya cuentan con decreto lógicamente se han hecho con ellos y, en el caso de las que no tienen publicados sus decretos con los currículos, lo que se está haciendo es usar los borradores de dichos decretos», explican desde la Asociación de Editores de Libros de Texto (Anele). ¿Qué ocurre si hay cambios una vez publicados en los boletines oficiales de cada comunidad? «Si hubiera algún cambio una vez publicado el libro se puede adaptar. Las editoriales tienen mecanismos para hacerlo, por ejemplo, la reimpresión o, los cambios que pueden hacer en las plataformas digitales a los que profesores y alumnos tienen acceso».
¿Pérdidas?
Lo que aun no sabe Anele es cuánto dinero puede llegar a costarle a los editores este retraso. Tampoco descartan que puedan tener ganancias ya que al haber una nueva ley siempre hay compras, explican. Lo que creen que puede perjudicarles es la recomendación que hizo la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid cuando, el pasado mes de junio, sugirió que no se renovaran los manuales. «No tenemos las cifras aún por lo que no sabemos si se ha visto perjudicado el sector. De hacerlo, ha sido, primero, por la situación de retraso del Gobierno que ha hecho que los profesores no supieran a qué atenerse, no solo en cuanto a la elección de libros sino también de cara a hacer las programaciones, donde tampoco ayudó el retraso de las comunidades. Lo que sí no nos ayudó fue la recomendación que hizo la Comunidad de Madrid de no renovar los libros», critican desde Anele.
El pasado mes de junio, la Consejería de Educación madrileña recomendó a los centros de la región, a través de una circular, el mantenimiento de los libros de texto que se usaron cuando estaba en vigor la Lomce, más conocida como ‘ley Wert’. La explicación que dio entonces la consejería se fundamentaba en los problemas de plazos para que estuvieran listos los nuevos libros. Sin embargo, había otra cuestión de fondo: la lucha de Ayuso contra el «adoctrinamiento» en las aulas y «el material sectario» de los nuevos libros de texto, tal como señaló tras las informaciones publicadas por ABC sobre el contenido de los nuevos manuales. Algunos de estos introducen propaganda sanchista, denostan a la Monarquía, introducen la teoría ‘queer’ o califican a Vox de partido nazi.
Los editores no saben aún cuánto dinero puede costar el retraso. No descartan ganancias ya que con una nueva ley se hacen compras