«La polarización del debate político tiene su reflejo en los delitos de odio»
«La polarización del debate político y la radicalización de las posiciones ideológicas tienen su reflejo en los delitos de odio (...) La experiencia acumulada permite comprobar que la palabra precede a la acción, que la creación de un clima de hostilidad, odio o rechazo hacia los colectivos favorece que, más tarde, se ejecuten acciones violentas contra las personas individuales».
Son palabras recogidas en la Memoria de la Fiscalía 2021 por parte de los especialistas en este tipo de delitos, que también han aumentado. Se incoaron 1.824 procedimientos judiciales penales, frente a los 1.434 del año anterior, un 27,19 por ciento más. Además se incrementaron los escritos de acusación en un 44,4 por ciento: de 135 durante 2020 a 195 el año pasado.
La Fiscalía traza un perfil de quiénes están detrás de esta hostilidad delictiva con una llamativa característica: coinciden el perfil de autores y víctimas hasta solaparse. Son hombres, españoles y de entre 18 y 40 años mayoritariamente. Y otra circunstancia añadida: en 250 de los procedimientos se utilizaron las redes sociales e internet para expandir el odio. Supone un 20 por ciento más que el año anterior. La sensación de anonimato es una de las razones esgrimidas.
A la cabeza en los motivos de discriminación sigue el racismo y la xenofobia, pero aumentan los referidos a la orientación e identidad sexual y de género, así como los que se basan en la ideología que los fiscales tildan de «preocupante».
Llaman la atención a los responsables políticos porque dicen el debate «extremado» y «simplificado favorece la intolerancia». Aluden a esa discriminación por ideología presente, «de forma preocupante, en numerosas conductas delictivas ocurridas en Cataluña en los últimos años como consecuencia de los hechos por todos conocidos y relacionados con el denominado ‘procés’. Aprecian una relajación, aunque «siguen produciéndose delitos de esta naturaleza en los que subyace una indeseable beligerancia e intolerancia hacia quienes mantienen posiciones contrarias a las propias», conductas dirigidas, subrayan, «contra personas o colectivos que se identifican con la postura territorial constitucionalista».
La Fiscalía deja también constancia del apreciable número de investigaciones y procedimientos que tienen por objeto hechos dirigidos contra los conocidos como «menas» (menores extranjeros no acompañados). «Son hechos graves y preocupantes pues afectan a personas especialmente vulnerables que a su condición preferente de menores suman la de la extranjería y la del extrañamiento familiar y social».
En cuanto a los delitos por orientación sexual e identidad sexual o de género (34,3 por ciento), ya se sitúan casi al mismo nivel que los de racismo y xenofobia (34,8 por ciento). La Fiscalía recuerda que son realidades personales que «ahora se exteriorizan y se hacen más visibles» y advierte de que son inaceptables las conductas de negación, humillación o menosprecio hacia quienes tienen opciones sexuales no mayoritarias, pero igualmente respetables.
El perfil de autores y víctimas coincide: hombre, español, de entre 18 y 40 años; uno de cada 7 delitos, a través de redes sociales