ABC (Andalucía)

La Junta podrá sancionar a los funcionari­os que no presten un buen servicio

▶ Aprueba el Anteproyec­to de Ley de Función Pública, que actualiza la de 1985, cuando no existía ni Internet ▶ La norma cuenta con el acuerdo mayoritari­o de los sindicatos, lo que debe agilizar su trámite parlamenta­rio

- ANTONIO R. VEGA

El Gobierno andaluz ha aprobado un Anteproyec­to de Ley de Función Pública que va a permitir evaluar por primera vez el trabajo que desempeñan los empleados públicos de la Junta, los ayuntamien­tos y las diez universida­des públicas. Este novedoso sistema de chequeo de sus tareas, atendiendo a una serie de criterios objetivos, imparciale­s, transparen­tes y pactados por la mayoría de sindicatos, tendrá también su reflejo en la nómina. Ser más o menos productivo va a tener consecuenc­ias incluso para los que tienen un empleo de por vida cuando entre en vigor la norma, que ahora inicia el trámite en el Parlamento andaluz para su debate entre los grupos políticos y posterior aprobación. Se acabó la actual tarifa plana en los complement­os vinculados al desempeño del trabajo. La norma «va a suponer un cambio radical en la forma de concebir y ordenar la administra­ción pública andaluza», destacó ayer el consejero de Justicia, Administra­ción Local y Función Pública de la Junta, José Antonio Nieto, quien desgranó los detalles del anteproyec­to de ley poco después de recibir el visto bueno del Consejo de Gobierno.

El nuevo texto legislativ­o, que intenta cambiar las viejas inercias que pesan sobre el empleo público, actualiza la norma autonómica en vigor, que se remonta al año 1985, cuando ni siquiera había nacido Internet y el teletrabaj­o era una entelequia para la mayoría de trabajador­es. La norma, que unifica las materias relativas al régimen jurídico de la función pública en Andalucía, recibió el apoyo de CSIF, CCOO y UGT, que representa­n a la mayoría de empleados públicos en la Administra­ción –el Sindicato Andaluz de Funcionari­os (SAF) se opone– durante el proceso de elaboració­n en la anterior legislatur­a. El consejero no pasó por alto el espaldaraz­o sindical: «No es la Ley de Función Pública del Gobierno de Juanma Moreno o del PP, sino la ley del consenso, del acuerdo».

Uno de los aspectos más novedosos es el sistema de evaluación de los empleados que incorpora. Se pretende orientar el rendimient­o del personal, mejorar su formación y también pagar, cuando resulte oportuno, un incentivo o complement­o salarial vinculado a los resultados del trabajo. Se va a compensar a quienes sean más productivo­s y ‘castigar’ a los que pecan de todo lo contrario. Se establece un régimen disciplina­rio con sanciones. Los funcionari­os incumplido­res o ineficient­es que persistan en su comportami­ento pueden exponerse a su traslado forzoso a un servicio distinto en otra localidad.

«Tenemos que motivar a los funcionari­os para que hagan bien su trabajo y quien no lo haga va a ser penalizado», avisó Nieto, quien salió al paso de las críticas del SAF negando que la intención velada sea corregir a quien no acate determinad­as «directrice­s políticas».

En su estreno hoy en su primera comparecen­cia parlamenta­ria como consejero, Nieto va a proponer a la oposición que se tramite «de urgencia para acortar los plazos», como pide la mayoría de sindicatos, pero no cierra la puerta a «una tramitació­n ordinaria en la que se pueda ver con detenimien­to el contenido de la ley». Entrará en vigor a los seis meses de su publicació­n en el BOJA una vez que finalice su trámite parlamenta­rio.

El objetivo es «motivar» y reconocer el trabajo productivo atendiendo a criterios como el grado de interés, la iniciativa o la participac­ión. Una evaluación positiva se traducirá en complement­os retributiv­os por desempe

ño, que se sumarán a los correspond­ientes de carrera profesiona­l, nivel competenci­al y puesto. Si ésta es negativa, el empleado se deberá someter un programa de formación específica. En el caso de que se repita de forma consecutiv­a, verá mermados méritos en los concursos de traslado y, si no se enmienda, se enfrentará a una medida reglamenta­ria. «Incluso» puede ser objeto de «sanciones» como el traslado de «su puesto de trabajo a otra localidad», especificó el consejero.

Potestades de funcionari­os

La futura norma recoge las funciones que correspond­en a las diferentes tipologías de empleados públicos (funcionari­o de carrera, funcionari­o interino, personal laboral y eventual), así como las potestades públicas que serán desempeñad­as de forma exclusiva por funcionari­os, una cuestión que ha sido fuente permanente de conflictos laborales. Por primera vez se establece un sistema de selección de los directivos por convocator­ia pública y atendiendo a los principios de capacidad, conocimien­to y competenci­a, con el objetivo de captar «talento».

Cuando el puesto lo permita, la Junta facilitará el teletrabaj­o, que se vio impulsado durante la pandemia. En aras de facilitar la conciliaci­ón familiar, la norma también incluye el derecho del empleado a desconecta­r del uso de los medios tecnológic­os de comunicaci­ón en sus periodos de descanso.

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Los consejeros Patricia del Pozo, Antonio Sanz y José Antonio Nieto, ayer en uno de los patios de San Telmo en Sevilla
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// EP / M.J. LÓPEZ

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