«Bolero despierta a mi hija para que vaya al colegio» La hija de Paco de Lucia nos habla de los proyectos de su Fundación. Y nos presenta a su canes, Bolero y Caramelo

Lucía Sánchez, licenciada en Derecho, se especializó en propiedad intelectual. Hija de Paco

de Lucia y de la primera esposa del guitarrista, Casilda Varela, se emociona cuando nos de habla de la Fundación y del homenaje ‘Infinito’ que se hizo a su progenitor el pasado mes de julio en el Teatro Real de Madrid. Más de veinte artistas acudieron a rendir tributo a uno de los más grandes que ha dado este país. (John McLaughlin, Sara Baras, Miguel Poveda, Niña Pastori...)

—En pocas semanas se cumple un año de la puesta en marcha de la Fundación Paco de Lucia. ¿Cómo surgió el proyecto?

—La Fundación es la mejor estructura para vehiculizar y seguir haciendo dentro de nuestras posibilidades lo que él hubiera querido hacer. Ahora no recibimos ninguna subvención pero esperamos que en el futuro tengamos más compromisos. (www.fundacionpacodelucia.com)

—¿Cuáles son los objetivos de la Fundación?

—Tenemos tres patas. La difusión de su legado, la difusión del flamenco que es por lo que él ha luchado siempre. Quería que el flamenco adquiriese una gran dimensión mundial y reconocida porque no se le ha dado la importancia que se merece. Y tenemos la otra pata que es la obra social. Queremos que las personas que no tengan acceso a estudiar música desde la Fundación vamos a luchar para que lo puedan hacer.

—¿Cómo vio el homenaje ‘Infinito’ dedicado a su padre?

—En una época tan complicada nos sorprendió la buena acogida que tuvo este proyecto. Como dijo mi madre «Que el homenaje se celebre en el Teatro Real es un guiño al revuelo que causó allí Paco de Lucía el 18 de febrero de 1975. Fue un parteaguas, el flamenco tomó otra categoría, podía entrar al mismo recinto que los clásicos, que era una de las grandes luchas de

Paco: poner el flamenco en el lugar que merecía».

—¿Me puede contar alguna anécdota con su padre?

—Tengo millones. Pero recuerdo una muy simpática. Yo no sabía cual era la dimensión de mi padre y en una playa de Tailandia, se acercó un numeroso grupo de gente a pedirle un autógrafo, en ese momento mi hermana (Casilda) y yo dijimos: qué importante es papá. Pero le habían confundido con David Carradine y él firmó como David.

—Pero sí ha heredado el amor por los animales. Lucía nos habla de sus dos mascotas por las que siente debilidad. Tienen nombres muy peculiares, Bolero y Caramelo.

—Sí. Primero llegó Bolero hace ocho años los mismos que mi hija Lucía. Se lo regalo su madrina el día de su bautizo, y luego llegó Caramelo que tiene dos añitos.

—Bolero y Lucía estarán muy unidos.

—Lucía es hija única y Bolero es su mejor amigo. Han crecido juntos y no se separan: él la despierta para ir al colegio, pasean juntos y la protege mucho.

—¿Conviven en armonía?

—Yo los adapto a mi ritmo, no me adapto al de ellos y lo mismo ocurre con mi hija. Han aprendido a bañarse en la playa, subirse y bajarse del coche, se portan muy bien en los restaurantes. Están muy bien educados los dos.

—¿Han traspasado alguna línea roja entre ellos?

—No. Bolero es el jefe y Caramelo, aunque es un poco macarra, no le puede molestar en ningún momento. Se llevan muy bien entre ellos y cuando van de visita a casa de mi madre que también tiene perros y gatos no tenemos ningún problema. Pero cada uno tiene sus peculiaridades: a Bolero (bulldog) le dan miedo los ruidos y le encanta el agua. A Caramelo (cavalier) no le gusta nada el agua aunque yo creo que es porque le da miedo. Tiene las patitas muy cortas. Espero que la próxima vez a Caramelo no le importe salir en la foto.

—Bolero hace honor a su nombre. ¿Le gusta la música?

—Le gusta mucho. Yo soy prima de Malú y le encanta su música. Se lo he notado.