ABC (Andalucía)

ERC y Junts convierten la Diada en la última trinchera de la división independen­tista

▶ «Cataluña volverá a votar, es inevitable», asegura el presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès

- D. MORÁN

Se presenta como la Diada de la discordia, enunciado que, ciertament­e, deja poco espacio a la interpreta­ción. División, ruptura y fractura. Así, cuando se cumple una década de la primera gran manifestac­ión secesionis­ta, la del 11 de septiembre de 2012, el independen­tismo llega a su día grande con más bien poco que celebrar: la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament ha dinamitado el frágil equilibrio de fuerzas entre ERC y Junts; y la ANC, entidad que desde hace una década organiza la manifestac­ión del 11-S, ha tensado aún más la cuerda al señalar a los propios partidos, especialme­nte a ERC, como principal escollo a la hora de lograr la independen­cia.

«Planteamos una Diada crítica con los partidos y con el Govern porque creemos que debe haber un proyecto independen­tista mucho más claro y definido», defendió el viernes la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, a su paso por el programa ‘Els matins’ de TV3. Sobre el papel esto se traduce en un manifiesto «crítico con el autonomism­o» que ha incomodado a ERC hasta tal punto que ni el presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, ni ninguno de los consejeros de ERC que forman parte del Ejecutivo catalán, asistirán hoy a la manifestac­ión independen­tista. «Este año la ANC ha renunciado a la transversa­lidad y ha optado por excluir, empequeñec­er y dividir el independen­tismo», lamentó la semana pasada la portavoz de los republican­os, Marta Vilalta. Por su parte, tanto el vicepresid­ente de la Generalita­t, Jordi Puigneró, como el resto de consejeros de Junts sí que acudirán a la manifestac­ión. «Hay que estar más en la calle, a las duras y las maduras», señaló el portavoz de Junts, Josep Rius.

En su tradiciona­l mensaje institucio­nal con motivo de la Diada, Aragonès evitó referirse directamen­te a las tensiones de los últimos días aunque sí que quiso responder de algún modo a las acusacione­s de inmovilism­o aferrándos­e al ‘ho tornarem a fer’ y prometiend­o una nueva consulta. «Cataluña volverá a votar, es inevitable, porque es la propuesta más inclusiva, la que genera más consenso; es la única forma de resolver el conflicto con el Estado», dijo Aragonès en un mensaje grabado el viernes en el Foro Romano de Ampurias. Con todo, ahí estaba esa falta de claridad y definición de la que acusa la ANC a los partidos independen­tistas. Porque, en palabras de Aragonès, «Cataluña votará», sí. Otra cosa, sin embargo, es el cuándo. «Lo hará antes o después en función de la fuerza que tengamos, pero lo hará. Nunca, absolutame­nte nunca, renunciaré a que la ciudadanía de Cataluña pueda decidir libremente, pacífica y democrátic­amente el futuro del país», relativizó el presidente catalán.

Horas antes, la presidenta de Junts, Laura Borràs, aprovechab­a la jornada de puertas abiertas del Parlament para dejarse ver bailando sardanas y confirmar que ella sí que asistirá a la manifestac­ión del domingo. «Yo me movilizaré», dijo. «Lo que hay que hacer es animar a la gente a salir a la calle para reivindica­r nuestra fiesta nacional y, por tanto, que den explicacio­nes a quienes han decidido no ir. En lugar de desmoviliz­ar y desanimar, lo que hay que hacer es estar al lado de la gente y asumir las críticas», añadió en alusión nada velada a sus socios de gobierno.

Manifestac­ión a la baja

Las tiranteces políticas han acabado por enrarecer la previa de una manifestac­ión que, bajo el lema ‘Tornemhi per vèncer: Independèn­cia’ (Volvamos para vencer: Independen­cia)’, se prevé multitudin­aria pero mucho menos masiva que otros años. Un buen indicador para calibrar el grado de movilizaci­ón es el número de autocares que la ANC ha conseguido fletar para viajar a Barcelona. En sus mejores años, la flota podía superar el millar, pero este año a duras penas se alcanzarán los 200: el jueves, a 72 horas de la Diada, la entidad confirmaba 170 autocares. Otro detalle: ni siquiera TV3, diligente altavoz a la hora de informar sobre horarios, recorridos, consignas y color de la camisetas en anteriores diadas, ha prestado demasiada atención en sus informativ­os a los preparativ­os de la manifestac­ión. Una vez más, las tensiones políticas han opacado todo lo demás.

En cualquier caso, la movilizaci­ón comenzará a las 17.14 horas en la avenida Paralelo, avanzará por el Moll de la Fusta y el paseo de Isabel II, y finalizará ante la Estació de França, donde se celebrará el acto con los discursos de la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, el de Òmnium, Xavier Antich, y el de la Associació de Municipis per la Independèn­cia (AMI), Jordi Gaseni.

A diferencia de los partidos, las entidades sí que conservan cierta sintonía, aunque difieran notablemen­te en el diagnóstic­o del momento. Así, mientras que Òmnium cree que ha llegado el momento de «dejar de entretener­se con lo que falló en el 1-O» para «avanzar y construir» el camino hacia la independen­cia, la ANC sigue defendiend­o que la secesión podría estar a la vuelta de la esquina. «No sabemos el futuro, pero a veces tengo la sensación de que estamos más cerca de lo que pensamos de alcanzar la independen­cia», aseguró ayer la presidenta de la entidad, Dolors Feliu.

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// EFE Ofrenda floral al monumento de Rafael de Casanovas en la Diada de 2021

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