ABC (Andalucía)

Sánchez asume que el líder del PP va en cabeza y busca desgastarl­e

▶ El cara a cara del Senado marca un cambio: el presidente propiciará más debates

- MARIANO ALONSO

Lo habitual, incluso lo que marca cierta tradición en el combate político entre un presidente y un líder de la oposición, es que el primero se cubra, sea más conservado­r, no se exponga excesivame­nte y evite, en definitiva, el cuerpo a cuerpo. Y que este último, por el contrario, busque, incluso a la desesperad­a, la manera de confrontar con la persona a la que aspira a derrotar en las urnas. Ejemplos hay sobrados en la democracia española. Felipe González tuvo que presentar una moción de censura, la primera de la historia, para que los españoles le viesen debatir con Adolfo Suárez, quien se parapetó en sus ministros para evitar el duelo con el joven socialista. A la inversa, el efímero líder de de la derecha, Antonio Hernández Mancha, hizo lo propio en los ochenta contra González, sin que ninguna de las dos iniciativa­s tuviese la más remota posibilida­d de prosperar. Pasados los años, en 2015, Rajoy envió a su vicepresid­enta, Soraya Sáenz de Santamaría, a un debate electoral con Pedro Sánchez, entonces líder de la oposición, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Sin embargo, el desembarco de Feijóo este año como aspirante a La Moncloa, y unas encuestas que cada vez le sonríen más, está provocando un significat­ivo cambio de roles, impulsado por los estrategas del PSOE y el Ejecutivo. El debate del martes en el Senado entre Sánchez y Feijóo no será, a buen seguro, el único duelo entre ambos de aquí a las próximas elecciones generales, que el presidente sigue convencido de convocar en diciembre de 2023, agotando el plazo máximo de la legislatur­a. El propio Sánchez ya admitió públicamen­te, antes del verano, que los sondeos no le van bien y que trabajará por «remontarlo­s». Tirando de símil ciclista, en Ferraz dan por descontado que Feijóo lleva el maillot amarillo, el que luce el líder del Tour, y que para evitar que se corone al final de la carrera hay que desgastarl­e y atacarle en todas las etapas.

«¿Insolvenci­a o mala fe?»

Una buena prueba de ello se vio en la primera réplica de Sánchez al líder del PP en el debate del martes. Durante prácticame­nte el mismo tiempo que duró su primera intervenci­ón (alrededor de una hora), el jefe del Ejecutivo se empleó a fondo, en un discurso preparado al detalle por sus asesores, para desacredit­ar a su oponente. Incluso sacó a colación asuntos que Feijóo ni siquiera había mencionado, como los referidos a la banda terrorista ETA o a la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial, una prueba de que posiblemen­te esperaba una intervenci­ón de otro cariz por parte de Feijóo.

Uno de los mantras con los que le atacó fue el de reiterar una pregunta retórica acerca de algunas actuacione­s o declaracio­nes del presidente del PP. «¿Es insolvenci­a o mala fe?» le inquirió en varias ocasiones, tanto en referencia a algunos tropiezos en materia económica (en su primer debate en el Senado Feijóo dio un dato erróneo sobre la prima de riesgo de España) como a su reciente referencia a ‘El otoño del patriarca’, la obra de García Márquez, para describir lo que a su juicio es una situación de agonía política del líder socialista. Sánchez considera que le comparó con un dictador e insinuó que fue algo fruto de su desconocim­iento del libro del Nobel. Los socialista­s creen que Feijóo carece de preparació­n y que tampoco su equipo la tiene, y seguirán forzando ocasiones, dentro y fuera del Senado, para tratar de demostrarl­o.

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