ABC (Andalucía)

«Van a por ti»: los delincuent­es que tensan la noche de Barcelona

► Recorrido por las calles del Raval, barrio que acumula gran parte de los robos y hurtos de la ciudad ► Los policías advierten del incremento de la violencia con la que los ‘cacos’ perpetran los asaltos

-

Acaba de anochecer. Dos patrullero­s de la Guardia Urbana de Barcelona se adentran con sus motos en un angosto callejón del Raval, a escasos metros de una plaza repleta de terrazas y bien iluminada, pero el escenario ya no inspira la misma confianza. Uno de ellos interviene un palo de grandes dimensione­s a un viandante que deambula haciendo eses. «Con eso no va a hacer nada bueno», desliza el uniformado, que pone sobre aviso: «Ya no tienen reparo. Antes te robaban y no te enterabas, pero ahora van a por ti, les da igual que los veas». A pesar de ello, su compañero apostilla: «Aunque mejor no lleves nada en la mano o en los bolsillos. Te lo quitarán sin que te des cuenta». Un gran porcentaje de cacos son reincident­es. «Ya nos conocemos las caras. Ellos a nosotros y nosotros a ellos», explica el agente de mayor rango. No solo las caras, también los hábitos. «La hora crítica es el cambio de turno, lo saben y aprovechan».

Ambos se despiden para seguir peinando la zona y, cuando apenas han transcurri­do unos minutos, salta el aviso. Varias patrullas enfilan la calle Hospital a toda velocidad. Al llegar a Sant Antoni Abad, decenas de agentes abandonan sus vehículos para salir a la carrera. Despliegan un cordón pasada la plaza del Pedró, en su confluenci­a con Sant Climent. Otros tantos curiosos se arremolina­n a su alrededor sin saber qué ocurre.

Comienzan los insultos y algunos lanzamient­os desde los balcones. Piden refuerzos y llegan efectivos de los Mossos d’Esquadra. Entre los vecinos inquietos, Valeria, una bonaerense que lleva 15 años viviendo en el Raval, el barrio de Barcelona con mayor porcentaje de residentes extranjero­s, según el censo, y lamenta que el dato se asocie a las altas tasas de hurtos y robos que registran sus calles, aunque los patrullero­s constatan que el grueso de detenidos por estos delitos son, durante los últimos meses, en su mayoría de origen norteafric­ano. ¿Insegurida­d? «Sí. Si te mueves por las calles principale­s no pasa nada, pero las aledañas no son recomendab­les, sobre todo a según qué horas», apunta, para luego reprochar: «Pero tampoco es para abrir cada día el informativ­o con el Raval, ¿no hay robos en otros zonas, ni en otras ciudades?».

El despliegue se salda con un detenido por atentado contra la autoridad. La alarma saltó cuando el individuo comenzó a agredir a un agente de paisano. Otros tantos comenzaron a rodearlo y hasta allí se desplazaro­n numerosos efectivos. La presencia policial no evita que otros dos hombres la emprendan a puñetazos en medio de la calle y uno de ellos acaba con la camiseta hecha jirones.

Cuando un vehículo traslada al detenido a comisaría, los uniformado­s se repliegan y vuelven a sus labores de patrullaje por el distrito de Ciutat Vella, epicentro de turistas y también de hurtos y robos, donde la presencia policial se ha reforzado durante la temporada estival. Tras diez minutos a pie desde el punto del despliegue, se llega a las concurrida­s Ramblas. Turistas que pasean entre terrazas de restaurant­es y también agentes de paisano que vigilan los movimiento­s de los delincuent­es que van a la caza. Dos de ellos, subidos a sendos patinetes, frenan en seco a la altura de la histórica Casa Beethoven: «Los hemos visto en la plaza del Rey y también a un relojero», advierte uno por el micro de sus auriculare­s, antes de desaparece­r a toda velocidad.

En la plaza dels Àngels, donde se ubica el Macba, varios urbanos custodian el espacio que acaban de desalojar. Junto a los agentes, latas y vasos que los protagonis­tas del botellón han abandonand­o de forma apresurada con la llegada de la Policía. Es otro de los puntos calientes del centro de la ciudad, donde a finales de agosto y a plena luz del día, un individuo asestó varias puñaladas a otro. Aunque el agresor fue detenido, un juez decretó su puesta en libertad al carecer de antecedent­es.

Relojes y cadenas de oro

También a plena luz del día, en la calle Sant Josep Oriol, cuatro individuos asaltaron a un turista para robarle el bolso. Lo acorralaro­n contra una pared, éste se resistió y, antes de huir a la carrera para perderse por el Raval, uno de ellos le clavó un arma blanca en el brazo. Ocurrió la tarde del 1 de septiembre, en una zona transitada. Fueron apenas 30 segundos que alguien inmortaliz­ó con su teléfono móvil y las imágenes corrieron como la pólvora por redes sociales. En pocas horas, todos fueron detenidos. Dos por la Urbana y los restantes por los Mossos. Los agentes no solo localizaro­n la navaja con la que uno de los individuos agredió a la víctima, sino también dos cadenas de oro, presumible­mente robadas, que portaban encima. En este caso, todos ingresaron en prisión provisiona­l.

«Este verano ha sido movido, bastante intenso. Muchos robos de relojes de lujo y tirones de cadenas de oro. Cada vez con más violencia. También robos en domicilios y locales», resume un bregado patrullero de los Mossos, destinado en Ciutat Vella. Solo el 8 de septiembre, 14:45, plaza dels Àngels, un joven de 19 años en un monopatín arranca una cadena de oro a la víctima. Topa con una patrulla y lo detienen, acumula cinco antecedent­es por delitos similares. Dos horas después, en la calle Jovellanos, tres individuos roban un reloj de lujo, valorado en 30.000 euros. Los Mossos detienen a uno de ellos, de 22 años, con dos antecedent­es, aunque no recuperan la joya. Ya de madrugada, a las 00.30, una tentativa de robo en la calle Argentería. Los ladrones intentan sustraer otra cadena de oro, pero una patrulla frustra el asalto. Son tres los detenidos, de entre 24 y 26 años, que entre ellos suman 14 antecedent­es. Esa misma noche, es el fotógrafo que ilustra este reportaje quien sufre otra tentativa

de robo, el de su cámara, a pocos metros del Pou de la Figuera, cuando un individuo con un patinete lo acorrala contra una pared, aunque finalmente no consigue arrebatárs­ela. El recepcioni­sta de un hotel cercano, el Musik Boutique, explica que por este motivo, la peligrosid­ad de algunos individuos que frecuentan la zona, mantienen las puertas cerradas. Quienes sufren los

«Antes te robaban y no te enterabas, pero ahora les da igual que los veas», advierte un urbano

«Este verano ha sido movido. Robos de relojes de lujo y tirones de cadenas de oro», apunta un mosso, destinado en Ciutat Vella

Los patrullero­s constatan la eficacia del refuerzo policial en zonas turísticas ante el repunte de los delitos frente al pasado verano

asaltos son, en su mayoría, turistas.

El patrullero de los Mossos advierte además de un creciente problema en la ciudad: «El repunte de la heroína. Hace años estaba erradicada y ahora detectamos un incremento en venta y consumo», señala. En una ruta nocturna por las zonas concurrida­s del centro es habitual toparse con algún distribuid­or al detalle, al susurro de: «Marihuana, hachís». También con los denominado­s ‘lateros’. «Son un problema desde hace años. Si las discotecas cierran a las cinco de la mañana por ordenanza, pero en la calle hay gente que sigue suministra­ndo alcohol, implica que se sigue consumiend­o y que otros aprovechan su estado para robarles», cuenta el agente. Y así termina una noche cualquiera en Barcelona, con las víctimas de los robos interponie­ndo una denuncia en comisaría, y con algunos de los cacos en los calabozos, a la espera de pasar a disposició­n judicial.

 ?? // ADRIAN QUIROGA ?? Un detenido por atentado contra la autoridad en el Raval
// ADRIAN QUIROGA Un detenido por atentado contra la autoridad en el Raval
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain