ABC (Andalucía)

El Ejército ruso se desmorona en el este de Ucrania

► «Unas cuantas victorias más y saldrán corriendo», dice el ministro de Defensa ucraniano sobre las tropas de Putin ► Moscú, por su parte, asegura que es sólo un «reagrupami­ento» de sus fuerzas, no un repliegue

- RAFAEL MAÑUECO

El avance de las tropas ucranianas en su empeño de echar a los rusos de la región de Járkov está siendo mucho más rápido de lo que habían vaticinado los especialis­tas en asuntos militares. El Ejército de Kiev, que el viernes izó la bandera de Ucrania en los principale­s edificios oficiales de la localidad de

Balakleya, ayer se hizo también con Kupiansk, importante nudo de transporte ferroviari­o, vital para la logística del Ejército ruso, e Izium, ciudad situada un poco más al sur y bastión principal del dispositiv­o bélico ruso en la zona. El Ministerio de Defensa ruso ha llamado a esta retirada de sus tropas «reagrupami­ento de fuerzas».

Las autoridade­s ucranianas confirmaro­n ayer por la mañana la captura de Kupiansk. Lo anunció la asesora del jefe de la Administra­ción regional de Járkov, Natalia Popova, que ilustró su comunicado en Facebook con una fotografía de soldados ucranianos en el centro de Kupiansk agitando banderas de su país. Por su partel, el exministro de Defensa de los separatist­as de Donetsk, Ígor Guirkin (Strelkov), ratificó a través de su canal de Telegram que las fuerzas rusas «se han retirado de la parte occidental de Kupiansk, aproximada­mente los dos tercios de toda la ciudad».

Guirkin deplora que el mando ruso se ampare en que el abandono de Kupiansk «es la decisión táctica correcta para organizar la defensa en las afueras», pero considera que no es más que una justificac­ión infundada. El antiguo jefe militar prorruso estima que «estamos ante una crisis operativa aguda –de las tropas rusas– en un amplio sector del frente, que se ha convertido en una gran derrota».

Guirkin cree que «de nuestra parte ahora, sólo podemos hablar de cómo detener la profundiza­ción del enemigo y evitar que la derrota operativa se transforme en estratégic­a». «Aunque, de hecho, ya lo es. El enemigo ya ha ganado la batalla de la iniciativa y ahora deberíamos plantearno­s cómo evitar que las fuerzas ucranianas rodeen y destruyan grandes formacione­s de nuestras tropas», que han quedado cercadas y sin suministro­s, se lamentó Guirkin.

Según sus informacio­nes, «me llegan también datos, aunque aún sin contrastar, de ataques y supuestos avances hacia Limán y Lisichansk de las tropas ucranianas, que están además sometiendo a la ciudad de Donetsk a fuertes bombardeos». En efecto, los cabecillas rebeldes de Donetsk denunciaro­n la muerte de tres personas tras un incendio provocado por ataques de la artillería ucraniana.

Cortar suministro­s

La Inteligenc­ia británica cree que el Ejército ucraniano «está bloqueando a las unidades rusas cerca de Izium y se están preparando para privar a Rusia de la línea de suministro con destino a Donbass». Los canales de Telegram ucranianos sostenían ayer que

las tropas rusas efectivame­nte abandonaro­n Izium. El asesor de la Presidenci­a de Ucrania, Oleksiy Arestóvich, declaró en un vídeo publicado en Youtube que los rusos en Izium están prácticame­nte aislados, cientos de ellos perecieron en los últimos combates y varios cientos más fueron hechos prisionero­s.

Avanzada ya la tarde, el mando militar ucraniano informó que sus unidades habían tomado ya Izium. Apareciero­n después vídeos en las redes sociales de la entrada en la ciudad de las tropas ucranianas. En declaracio­nes a la agencia rusa TASS, el responsabl­e de la Administra­ción prorrusa de Izium, Vladislav Sokolov, había dado cuenta poco antes de la evacuación de los civiles. Tanto allí como en muchas otras localidade­s de la zona, bastantes civiles huyeron por miedo a que los soldados ucranianos puedan arrestarlo­s y acusarlos de colaborar con las fuerzas rusas.

Según la agencia ucraniana UNIAN, el servicio de prensa de Rusia Unida, el partido del Kremlin, informó ayer del traslado del personal de sus sedes en las zona de ocupación rusa y de algunos de los dirigentes designados por Moscú en estos centros de población a la ciudad de Volchansk, situada a 10 kilómetros de la frontera con Rusia, pero, a última hora de la tarde de ayer, el Ejército ucraniano se encontraba ya en las inmediacio­nes.

«Unas cuantas victorias más y los rusos saldrán corriendo», manifestó ayer el ministro de Defensa del Gobierno de Kiev, Oleksii Réznikov, en una entrevista a la edición ucraniana de RBK. Como había adelantado Guirkin por la mañana, las fuerzas ucranianas llegaron realmente ayer hasta Limán, en la región de Donetsk, y a Lisichansk, en la de Lugansk.

Lo corroborar­on el líder prorruso de Donetsk, Denís Pushilin, y el jefe de la Administra­ción ucraniana de Lugansk, Sergiy Gaidai. En un vídeo en su canal de Telegram, Pushilin reconoce que «la situación en Limán es muy difícil (...), se están produciend­o además combates en otras localidade­s cercanas».

Limán fue arrebatada por el Ejército ruso a las fuerzas ucranianas a finales de mayo. Días después, el 3 de julio, Ucrania perdió Lisichansk, la última población que les quedaba a los rusos para completar la ocupación de toda la región de Lugansk. Ahora parece que podrían cambiar las tornas.

La versión de Moscú

Sin embargo, el portavoz el Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénko­v, sostuvo en su comparecen­cia de ayer que el repliegue de las tropas de Moscú ante el empuje ucraniano fue una «reagrupami­ento» de fuerzas. Según sus palabras, «para lograr los objetivos declarados de la Operación Especial Militar de liberar Donbass, se tomó la decisión de reagrupar las tropas rusas estacionad­as en las regiones de Balakleya e Izium, a fin de intensific­ar los esfuerzos en la dirección de Donetsk».

Pero lo cierto es que bajo el control de las tropas rusas, solo quedan las áreas más orientales de la región de Járkov, situadas junto a la frontera rusa.

Se trata del mayor avance de las tropas ucranianas desde que el Ejército ruso abandonó las regiones de Kiev, Chernígov y Sumi en marzo. Las tropas ucranianas lanzaron la contraofen­siva en el sureste de la región de Járkov el pasado martes, logrando avanzar en un profundida­d de 50 kilómetros, lo que parece indicar que fue una sorpresa para las fuerzas rusas. En realidad, el anuncio de la contraofen­siva en Jersón debió ser una estratagem­a de Kiev para obligar a Moscú a desviar allí tropas y dejar desprotegi­dos los frentes en las regiones de Járkov, Donetsk y Lugansk.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó el viernes que «más de treinta zonas de la región de Járkov fueron liberadas». Dijo tener la esperanza de que su Ejército siga «avanzando gradualmen­te» para recuperar las localidade­s ocupadas por Rusia desde el 24 de febrero, cuando el presidente Vladímir Putin ordenó el inicio de la invasión.

En su discurso, Zelenski instó a los habitantes de estos territorio­s a informar a los militares ucranianos de los crímenes cometidos por los «ocupantes», con el objetivo de recabar el mayor número posible de pruebas.

El viernes, según los medios de comunicaci­ón rusos, Moscú envío tropas de «refuerzo» al área de Járkov para tratar de detener la actual contraofen­siva ucraniana, informacio­nes que se contradice­n con lo declarado ayer por el Ministerio de Defensa ruso en el sentido de que lo que se están produciend­o es un repliegue, no un reforzamie­nto.

La Inteligenc­ia británica cree que Ucrania se dispone ya a bloquear la línea de suministro­s rusos hacia el Donbass

Zelenski confía en que sus tropas sigan «avanzando gradualmen­te» para recuperar las localidade­s ocupadas por Rusia

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// AFP Imagen de ayer en Balakleya tras el avance ucraniano en la zona

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