Landaluce, campeón del US Open júnior
▶ El madrileño, 16 años, probará ahora los Future antes de elegir entre ser profesional o ir a la universidad
Carlos Alcaraz solo tiene 19 años, pero ya es inspiración y espejo para la siguiente hornada del tenis español. Solo le separan tres años de Martín Landaluce, que ayer dio otra alegría y se llevó el torneo júnior del US Open.
«Desde hace años he visto mucho a Zverev, tengo un estilo de juego parecido», dijo sobre el tenista alemán, lesionado de gravedad este año en Roland Garros. «Pero desde que Alcaraz la está rompiendo en todos lados me he fijado mucho en él. Además, me gusta mucho como persona. Así que son dos buenos referentes». Madrileño con pinta de vikingo, ojos azules y rubio hasta las pestañas, tiene planta de tenista importante a sus 16 años: 1,91 metros –«creo que me ya me he estancado, está bien, es buena altura para el tenis»–, con envergadura y rapidez.
Ayer se impuso al número dos júnior del mundo, el belga Gilles Arnaud Bailly, para anotarse su primer ‘grande’ de la categoría (7-6, 5-7, 6-2). Lo hacía después de haber despachado en la víspera al número uno del mundo, el paraguayo Daniel Vallejo. «Confío bastante en mí y me gustan mucho estos retos, enfrentarme a cosas difíciles», aseguraba. Los pasos que tiene ahora por delante serán más complicados. «Creo que este va a ser uno de mis últimos torneos júnior», aseguró. «Me voy a meter en torneos Future, ir empezando así. Veré qué tal me va y a los 18 tomaré la decisión de si me meto a profesional o si voy a la universidad».
La segunda opción es la que ya han tomado dos hermanos mayores, becados en los programas de tenis de universidades en Georgia y Texas. Una señal de que Landaluce proviene de una familia vinculada al tenis.
«Empecé a jugar con tres años. En mi familia cogí pasión por este deporte», relató. «Desde pequeño entrené con mi padre, que ha sido mi entrenador hasta hace pocos años, que entré en la Federación de Madrid. Desde hace dos años estoy con Óscar Burrieza y he empezado a trabajar también con Esteban Carrill, este es mi primer torneo con él». Comparte con Alcaraz más que el estilo de tenis. Su mánager es Albert Molina, que lleva también al joven prodigio de Murcia.
Fuera de la pista, su gran afición es la música. «Escucho absolutamente de todo… menos clásica», aseguraba con sonrisa. Y salir con los amigos. Algo que ya hace poco por el tenis, pero que podrá permitirse menos si sigue dando pasos hacia el profesionalismo: «Estoy dispuesto a pagar por ello».
Martín de la Puente también ganó el título de silla de ruedas en dobles.
Ojos azules y rubio, tiene planta (1,91), envergadura y rapidez, y tiene como referentes a Alcaraz y a Alexander Zverev