La lengua española en la educación superior
DANVILA
El terrible coronavirus ha transformado radicalmente el modo de impartir docencia. En pocos días, profesores y alumnos pasaron de una modalidad presencial a una online. En muchos casos lo hicieron sin haber recibido la adecuada formación y sin los instrumentos técnicos y pedagógicos imprescindibles para realizar este cambio. Muchos de estos cambios se mantendrán en el tiempo por las ventajas que contienen.
Con este motivo, se han publicado numerosos documentos sobre las consecuencias del coronavirus en la enseñanza. En el ámbito de la educación superior, destaca por su rigor y profesionalidad el ‘Informe diagnóstico sobre la educación superior y la ciencia pos-Covid en Iberoamérica’. Este trabajo es el resultado de numerosos estudios de profesores de universidades hispanohablantes, ha sido elaborado por la Organización de Estados Iberoamericanos y dirigido por la profesora Ana Capilla.
El informe menciona que actualmente existen más de once mil instituciones de educación superior en Iberoamérica, de las cuales 3.700 son universidades y que más de 32 millones de estudiantes se encuentran matriculados en estos centros.
Asimismo, el crecimiento de una enseñanza telemática ha estrechado la relación entre universidades de diferentes países. El Covid-19 reforzó la cooperación internacional entre universidades que imparten docencia en el mismo idioma. Se combinaron estancias presenciales y virtuales para que más investigadores pudieran trabajar con académicos de otros países. Las instituciones universitarias realizaron un enorme esfuerzo institucional, académico y tecnológico. Las herramientas digitales permitieron la impartición de clases síncronas o asíncronas, videoconferencias o tutorías telemáticas con los alumnos.
Una vez superado el desconcierto inicial, la enseñanza virtual potenció la proliferación de nuevas formas de internacionalización, se multiplicaron las invitaciones para impartir clases entre colegas de redes académicas hispanohablantes, se celebraron congresos y seminarios online con académicos de prestigio que no se solían realizar por los elevados costes de desplazamiento y las dificultades que tenían para ausentarse varios días del trabajo. Aumentaron las publicaciones de investigadores de diferentes países. En definitiva, se reforzó el papel de la lengua española en la educación superior.
En este contexto, no se comprende la inacción del Gobierno español para que se cumpla lo ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y que el 25% de las clases se imparta en castellano en esta comunidad autónoma. Así, ante una atinada pregunta de la diputada Sandra Moneo sobre esta cuestión, la ministra Pilar Alegría respondió acusando al Partido Popular de tener un discurso destructivo, de crispar y dividir a la sociedad y de emplear la lengua como arma arrojadiza. Esta respuesta parece dada para no disgustar a los partidos separatistas, socios de legislatura del Gobierno.
Los perjudicados de esta situación serán los niños que no aprendan correctamente la lengua de Cervantes.
Afortunadamente, la lengua española goza de buena salud y contamos con personas como la profesora Ana Capilla y la diputada Sandra Moneo que defienden la lengua hablada por 580 millones de personas en el mundo.