Iceta deja en el olvido dos proyectos clave para el sector de la danza
▶ El Inaem sigue sin aprobar el deseado Centro Nacional de Difusión de la Danza y posterga el teatro de Delicias ▶ Los profesionales temen que los cinco millones de euros comprometidos por Cultura se queden sin ejecutar
Año tras año, y ya va casi una década, el sector de la danza contempla cómo las promesas del Ministerio de Cultura para proteger y fomentar sus actividades siguen quedándose en bonitas declaraciones de intenciones. El departamento que ahora dirige Miquel Iceta se comprometió en 2020 a poner en marcha el Centro Nacional de Difusión de la Danza (CNDD), una reclamación histórica del sector, pero dos años después el proyecto sigue guardado en un cajón y sin perspectivas de que se ejecute a corto plazo, igual que la idea de dotar a la Compañía Nacional de Danza y al Ballet Nacional de España de un teatro sede.
«Los dos proyectos son muy necesarios e importantes, y se tienen que realizar lo antes posible», afirma Valeria Cosi, presidenta de la Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza (Feced). «Nuestras compañías nacionales son las únicas que no tienen como sede un teatro. El CNDD es fundamental para esto. Dentro del proyecto estaba contemplado un espacio para el sector independiente, que es una de nuestras demandas. Hay que encontrar la manera de que los recursos lleguen y no se vuelva a estancar algo que ya estaba en marcha».
En efecto, la ex directora general del Inaem Amaya de Miguel dio en julio de 2020 el visto bueno al borrador de la orden ministerial por la que se crearía el CNDD, siguiendo el modelo del Centro Nacional de Difusión, que funciona desde 2011, ante la «necesidad de fomentar de forma prioritaria y estratégica la difusión nacional e internacional de las compañías españolas de danza». Cultura hablaba entonces de que su puesta en marcha era «inminente»; era cuando el exministro Uribes se declaraba muy preocupado por la frágil situación del sector. El antecesor de Iceta incluso anunció que habían presupuestado 2 millones de euros en las cuentas de 2021 para la creación de esta entidad. Según el borrador del proyecto acordado por el Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música, la sede del CNDD estaría ubicada en la calle los Madrazo, en Madrid. Entre sus fines, además de fomentar la creación y la difusión de la danza española, se contemplaba la posibilidad de que el CNDD colaborara también con instituciones públicas y privadas para «fomentar la programación y difusión de repertorios coreográficos o compañías de danza».
Solo quedaba hacer oficial el texto y dotar a la oficina de personal –en principio siete funcionarios–, poner en marcha los estatutos y nombrar una dirección. Llegó 2021, Pedro Sánchez nombró a su cuarto ministro de Cultura y, con Iceta, Joan Francesc Marco sustituyó a Amaya de Miguel al frente del Inaem, el órgano del ministerio encargado de gestionar las artes escénicas de producción estatal. Desde entonces, no ha habido un solo movimiento más, pese a que el Ejecutivo se comprometió a presupuestar otros 3 millones para este ejercicio.
Una portavoz del Inaem asegura a ABC que el CNDD «se mantiene como proyecto de interés», pero desde el sector de la danza ya no saben a qué atenerse. Más aún después de que Francesc Marco declarara en junio que había que darle «dos vueltas» al otro proyecto que había encarrilado Amaya de Miguel: dotar a la Compañía Nacional de Danza de un teatro sede en la antigua estación de Delicias, para lo cual se había suscrito un protocolo con el Ayuntamiento de Madrid y Adif.
Según se recoge en los Presupuestos de 2022, Cultura contemplaba seguir trabajando este ejercicio en el futuro Centro Nacional de la Danza, «el emplazamiento idóneo para las sedes estables de la Compañía Nacional de Danza y del Ballet Nacional de España, que podrían desarrollar así una programación continua». El nuevo centro, según el Gobierno, «podría ofrecer a diferentes compañías públicas y privadas, nacionales e internacionales, la posibilidad de exhibir sus espectáculos». Feced veía en este centro también satisfecha la demanda de los profesionales de la danza de contar con salas de ensayo y recursos para la producción.
Teatro de la Zarzuela
El nuevo director general del Inaem, en cambio, considera ahora que Delicias es un «erial» y «no hay perspectiva inmediata, en un plazo corto», para la creación de este deseado teatro. El sector asiste a esta errática política con desazón, pues ve cómo pasan los años y siguen sin concretarse las iniciativas previstas, e incluso aprobadas. Antes de que en 2020 el Inaem por fin diera el visto bueno a la creación del Centro Nacional de Difusión de la Danza, habían hecho falta cinco años de reuniones y pedagogía. «Las partidas que se habían presupuestado para este proyecto se van a perder», avisa Valeria Cosi, de Feced. «Por fin habíamos conseguido dar un paso importante y ahora se ha parado».
El Inaem, por su parte, defiende que la sede de las compañías nacionales de danza –el Ballet Nacional de España y la Compañía Nacional de Danza– es el Teatro de la Zarzuela y que están trabajando con este centro para incrementar las fechas de exhibición de cara a la próxima temporada. «Sobre la construcción de un teatro sede de las compañías estatales de danza y lugar de exhibición de compañías privadas no se descarta la capital de España», añade una portavoz oficial, pese a que Francesc Marco dijo ser más partidario de «hacer algo más coral». El proyecto de Delicias, afirma el Inaem, «sigue su curso».