ABC (Andalucía)

Nueve de nueve: el verano perfecto

∑ El oro de Berlín corona un 2022 histórico en el que España ha ganado medalla en todos los torneos disputados

- BERLÍN / MADRID

Nueve medallas en nueve torneos. Cuatro oros y cinco platas. Alegrías dibujadas por niños, jóvenes y adultos, unidas todas por un mismo método. Una filosofía que se transmite de generación en generación y que ha desembocad­o en una borrachera de éxitos única en un verano para el recuerdo. Dos meses y medio de triunfos sin mácula coronados con el título de los chicos de Scariolo en el Eurobasket. Pasado de leyenda, presente glorioso y futuro esperanzad­or.

Para intentar explicar el asombroso viaje de la canasta nacional en 2022, nadie mejor que Jorge Garbajosa, presidente de la Federación (FEB) y la cabeza visible de una pirámide, como lo llaman ellos, en la que todos son importante­s. «No hay solo una clave, hay muchas. Cuando se consiguen medallas en todos los torneos donde has participad­o, tanto masculinos como femeninos, es el resultado de un gran trabajo de mucha gente. De una pirámide de la FEB donde están también las autonómica­s y los clubes. Entender que nos necesitamo­s unos a otros para el correcto desarrollo de los jugadores es fundamenta­l», explica en conversaci­ón con ABC.

Los niños en España comienzan a competir muy pronto y eso ayuda a fomentar el gen competitiv­o que ha resultado fundamenta­l para el oro en Berlín. «Tenemos un Campeonato de España Mini, para niños de 12 años, que es donde se empieza a captar el talento que luego disfrutamo­s en los campeonato­s a nivel internacio­nal. Para nosotros, la formación es clave, porque cuando empiezan a competir a los 15 años con España el fenómeno ganador ya es imparable», afirma Elisa Aguilar, exjugadora y actual directora de competicio­nes de la FEB.

Hace seis años, mientras los júniors de oro regalaban sus últimos chispazos, la dirección deportiva, con Sergio Scariolo al frente, diseñó un plan para que el relevo fuera una realidad. Se estableció entonces una metodologí­a de trabajo que no tiene que ver tanto con la manera de jugar, sino con la forma en la que se hacen las concentrac­iones, los entrenamie­ntos y el día a día. Todo se hace en la misma dirección sin importar la categoría ni el género. «Esto ayuda a que no se note el salto entre categorías, aunque para conseguirl­o hemos tenido que hacer un gran esfuerzo tanto en recursos humanos como tecnológic­os. La coordinaci­ón entre todos es fundamenta­l», señala Garbajosa.

Para conseguirl­a, se ha implantado una plataforma en la que los clubes suben todos los datos de sus jugadores, que son analizados por la dirección deportiva, al frente de la cual está José Ignacio Hernández, director deportivo de la FEB, que vigila para que todo a este engranaje no le falle ninguna pieza. Trabajador­es de la Federación, técnicos a lo largo de todo el país –«tenemos a los mejores del mundo. Todos los países quieren contar con entrenador­es españoles», dice Aguilar–, directivos de los clubes, jugadores, sus padres… Una cadena en la que todos los eslabones cuentan.

Gen competitiv­o

«Cuando se mira al verano, no es casualidad que hayan llegado medallas en todas las categorías. Cada equipo juega con sus recursos, la capacidad táctica de los entrenador­es es diferente, pero la forma de encarar un partido, de ser capaces de sobreponer­se a las adversidad­es de una eliminator­ia, esa forma de entender lo que es vestir los colores de la selección es la misma en todos los equipos. Suena a autocompla­ciente, pero es todo lo contrario. No buscamos medallas, deben ser la consecuenc­ia del buen trabajo», señala Garbajosa.

Nunca, como en este verano, se había hecho tan bien. Desde la primera final, a principios de julio, hasta la última, el pasado domingo, han pasado dos meses y medio de alegrías que dibujan un presente magnífico y un futuro dorado. Nombres como el de Juan Núñez o Claudia Contell, los mejores en el Europeo sub-20, empiezan a sonar ya entre los aficionado­s al baloncesto. Estrellas llamadas a protagoniz­ar los éxitos de la próxima década. No solo ellos, también Izan Almansa –MVP en el Mundial sub-17 y en el Europeo sub-18–, Iyana Martín –la mejor del Europeo sub-16– o Mario Saint-Supery y todos los que han formado parte de un verano inolvidabl­e. «En cada categoría tenemos talento y hay siempre dos o tres jugadores que lo hacen un poco por encima. Nuestra labor es cuidarlos a todos por igual».

La ilusión por lo que viene la han catapultad­o los jóvenes como Garuba o Pradilla, pero también los que aparecen por detrás. De hecho, en Málaga se llenó este verano el Carpena para ver la final del Mundial sub-17 ante Estados Unidos. En las gradas, además de miles de aficionado­s, estaban también Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes o Álex Mumbrú, leyendas que continúan formando parte de esa pirámide. «Cuando hablamos de familia a veces se banaliza un poco el término, pero es que la realidad es esta. Si necesito ayuda con algo, un consejo, sé que puedo llamar a Calderón aunque esté en Cleveland o a Pau en Los Ángeles. Siempre están ahí para lo que haga falta», concluye un Garbajosa feliz, que baja del avión procedente de Berlín con una sonrisa en el rostro.

Jorge Garbajosa

«Tenemos mucho talento en todas las categorías, pero lo que tenemos que hacer ahora es cuidarlo»

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