El Prado rinde tributo a Elliott y Brown, sus mejores embajadores
∑ Fallecidos este año, recibieron a título póstumo el premio Plácido Arango
El Prado y la Fundación Amigos del Museo rindieron ayer un sentido homenaje a los historiadores Jonathan Brown (Springfield, Massachusetts, 1939-Princeton, Nueva Jersey, 2022) y John Elliott (Reading, 1930-Oxford, 2022), a quienes se les ha concedido a título póstumo el premio Plácido Arango. Colegas y buenos amigos, compartían un gran amor por España y por el Prado, colaboraron en varios proyectos de la pinacoteca y murieron con apenas dos meses de diferencia este año. El destino no ha querido que vieran realizado un viejo sueño de ambos, aunque contribuyeron a que fuera una realidad: la recuperación del Salón de Reinos del antiguo palacio del Buen Retiro. Brown dedicó su carrera al estudio de la pintura española y, en especial, a Velázquez; Elliott fue uno de los grandes renovadores de los estudios sobre la historia moderna de España.
Para el presidente del Patronato del Prado, Javier Solana, «ejercieron de verdaderos embajadores de esta institución. Ambos se implicaron de palabra y obra con el Prado, sobre el que investigaron con pasión. Lo mucho que recibieron del Prado lo han devuelto con creces». El presidente de la Fundación Amigos del Museo del Prado, Carlos Zurita, duque de Soria, destacó su generosidad, amabilidad y elegancia. Ambos convirtieron el Prado «en uno de sus principales objetos de investigación. Es una institución que conocemos mucho mejor gracias a su trabajo».
Para Miguel Falomir, director de la pinacoteca, la muerte de Jonathan Brown y John Elliott «ha constituido una pérdida irreparable para el hispanismo y la cultura española, pero para el Prado supone además la desaparición de dos personas que no solo lo amaron y estudiaron, sino que también contribuyeron decisivamente a su mejora». Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Prado, conoció bien a Jonathan Brown. Fue su director de tesis doctoral en la Universidad de Nueva York: «Con sus publicaciones incorporó el estudio del arte español al canon del arte europeo.
No buscaba nada para sí; pretendía únicamente, y no era poco, contribuir a la modernización de la historia del arte en España, y con ello de España misma». Richard L. Kagan, catedrático emérito de la Universidad Johns Hopkins, recordó a «dos amigos de toda la vida, ambos ya fallecidos e instalados juntos, espero, en su propio Buen Retiro. Dos amistades buenas y largas. Os debo tanto que es casi imposible describirlo. Mi vida está mucho más vacía sin vosotros. Habéis dejado un hueco imposible de llenar».