Harvey El jerez de la Casa Real Británica
∑ Es el único producto español que posee el sello oficial ‘The Royal Warrant’ como proveedor de la Corona británica. La bodega está a la espera de que Carlos III ratifique esta distinción revalidada por seis antecesores hace 130 años.
Corría el año de 1895 cuando la Reina Victoria de Inglaterra concedía a Harveys el sello oficial ‘The Royal Warrant’ como proveedor de la Casa Real británica. Desde entonces, y hasta la fecha, los vinos de esta bodega jerezana son el único producto español que posee este título. La historia de Harveys se remonta a 1796. En la ciudad inglesa de Bristol se constituye la compañía John Harvey & Sons. En principio se creó para la importación de vinos de Oporto, aunque posteriormente su actividad se extendió a los cotizados ‘sherrys’, que se llevaban a granel desde Cádiz hasta Inglaterra. En 1871 otro John Harvey refundó la compañía para dedicarse exclusivamente a la elaboración de vinos jerezanos, sobre todo los dulces, que eran los favoritos de los británicos. Bristol tenía en aquella época una importante industria del vidrio. Un artesano logró, añadiendo cobalto, fabricar unas llamativas botellas de azul muy intenso y Harvey las utilizó para sus vinos, especialmente para su Bristol Cream, que es el vino que ha dado fama a esta bodega.
Todavía hoy los jereces de Harveys se diferencian en el mercado por ese color azul de sus botellas, que lucen el emblema de proveedores de los Windsor. El Bristol Cream se ha convertido en una categoría especial, muy cotizada, dentro de los vinos jerezanos. Tanto, que la bodega asegura que cada seis segundos se consume una botella en el mundo. Menos dulce que otros ‘cream’ que se encuentran en el mercado, con su característico color caoba, se elabora a partir de la mezcla de los cuatro vinos de Jerez: fino, oloroso, amontillado y Pedro Ximénez. Este Bristol Cream resulta perfecto para el aperitivo, y así es como se suele tomar en Inglaterra, pero combina maravillosamente también con el foie gras o con postres que no sean muy dulces.
Lo cierto es que Harveys se ha convertido en la marca de Jerez más vendida en el mundo con, además del Bristol Cream, sus amontillados, palo cortados, olorosos y PX. Sin embargo, la historia de la bodega ha tenido muchos vaivenes en los últimos tiempos. Junto a otras muchas del Marco de Jerez, fue propiedad de Ruiz Mateos hasta la expropiación de Rumasa. Pasó luego por las manos del grupo japonés Suntory hasta la llegada de un peculiar personaje, Andrew Lim Tan, un magnate chino de setenta años, residente en Filipinas, que entre otras muchas cosas es propietario de una de las cuatro torres de la Castellana en Madrid. Tan compró a Suntory en 2015 los activos de Domecq, Terry y Harveys por 275 millones de euros, y posteriormente los de Garvey, otra conocida bodega.
Pero no se engañen, lo que el multimillonario chino busca no son tanto los vinos de Jerez como sus brandies. En Filipinas hay verdadera pasión por ellos. Y Andrew Tan la tiene especialmente por Fundador, una marca que ya bebía su padre y que está revitalizando. Harvey ha entrado en el paquete y hay que suponer que, dada la calidad de sus vinos, la nueva propiedad no afecte a la bodega. Bodega que está a la espera de que el nuevo Rey, Carlos III, ratifique ese sello de real proveedor que seis monarcas británicos han revalidado desde hace 130 años.*
Vaivenes La bodega fue propiedad de Rumasa y hoy lo es de un magnate chino, dueño de una de las cuatro torres de la Castellana de Madrid