Vidas divergentes tras subirse al Patrol
Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, los primeros encarcelados por el 1-O, lideraron desde Òmnium y la ANC la trama civil del ‘procés’
Es una de las muchas imágenes que dejará para la historia el ‘otoño negro catalán’ de 2017: megáfono en mano, subidos a un Patrol de la Guardia Civil vandalizado frente a la Consejería de Economía en Barcelona, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart se dirigen a los miles de independentistas que, ya entrada la noche, siguen concentrados ante la sede institucional, bloqueando la comitiva judicial que practicaba un registro en su interior. A menos de dos semanas para la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre, los líderes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural se comportaban como los líderes civiles del golpe que ya estaba en marcha. Para sus defensas, ejercieron un «papel mediador y pacificador» el día 20 ante Economía. Para los agentes de la Guardia Civil que declararon en el juicio en el Tribunal Supremo, tuvieron un papel decisivo en el bloqueo de la comitiva judicial.
Los Jordis serían los primeros líderes del ‘procés’ en entrar en la cárcel, el 16 de octubre, motivando, dos semanas después del 1-O y a cinco días de la declaración unilateral de independencia en el Parlament, el inicio de la campaña que con lazos amarillos pedía primero su libertad y luego la del conjunto de políticos encausados y condenados por el 1 de octubre.
Distancia
Si en la fase previa al 1-O, los Jordis y sus respectivas organizaciones empujaron al unísono, el periodo que estuvieron en prisión antes del indulto (22 de junio de 2021) y la fase última del ‘procés’ marcó un progresivo distanciamiento en lo estratégico. Cuixart y su célebre «ho tornarem a fer» se convirtieron en símbolo del unilateralismo, lo que no impidió que su figura fuera ja
leada incluso por los comunes, seducidos más bien por la postura menos exaltada de la organización que éste lideraba, Òmnium. Quemado tras años en primera línea, este verano anunció que se instalaba en Bruselas, donde preside la filial belga de la entidad.
Un recorrido mucho más político es el que tuvo Jordi Sànchez una vez dejó la presidencia de la ANC, entidad que a su vez ha consolidado su giro radical. Desde la prisión, primero en Estremera, luego en Lledoners, Sànchez se convirtió en secretario general de Junts, puesto en el que permaneció entre agosto de 2020 y junio de 2022. Como Cuixart, acabó agotado, en este caso por las luchas internas. Para los Jordis, los del Patrol, había pasado su época.