Discurso apocalíptico de Antònio Guterres: «El mundo está en peligro y paralizado»
▶ Comienza la Asamblea General de Naciones Unidas con varios frentes de crisis
«El mundo está en peligro y paralizado», defendió ayer António Guterres en el arranque del debate de la Asamblea General de la ONU, la gran cita anual de la comunidad internacional. El secretario general de la organización hizo un retrato desalentador del panorama global, en el arranque de una semana que estará dominada por la guerra en Ucrania y las crisis que sufre el planeta, como los problemas de seguridad alimentario y de suministro energético provocados por la agresión rusa y los desafíos del cambio climático.
«Hay un invierno de descontento global en el horizonte», aseguró Guterres sobre la convergencia de esos problemas y alertó sobre la «tormenta perfecta» que se cierne sobre casi un centenar de países y 1.600 millones de personas, en especial en África: «Efectos colaterales económicos y sociales de la pandemia, subida de precios para alimentos y energía, asfixia crediticia, inflación en espiral alcista y amenaza de colapso de los sistemas financieros globales». «La confianza se desmorona, las desigualdades se disparan, el planeta arde, la gente sufre, y quienes más lo hacen son los más vulnerables», agregó el mandatario portugués, que reconoció que la comunidad internacional tiene la «obligación de actuar», pero «estamos bloqueados en una disfunción global colosal».
Guterres alertó sobre la creciente división internacional, en medio de la profundización de la rivalidad entre EE.UU. y China, el desafío planteado por la invasión de Rusia a Ucrania y la mayor distancia económica y social con el llamado ‘sur global’. Criticó la falta de cooperación, diálogo y multilateralismo, en un ataque velado a EE.UU. y a sus socios occidentales: «Ninguna potencia ni grupo pueden tomar las decisiones por sí mismos. Ningún gran desafío global puede solucionarse por una coalición de países dispuestos a actuar».
Mención a Ucrania
Guterres hizo una mención breve a Ucrania. «La guerra ha desencadenado una destrucción generalizada, con violaciones de los derechos humanos. Los informes sobre las tumbas halladas en Izium son extremadamente inquietantes», agregó sin incluir una condena explícita a Moscú ni detallar la responsabilidad en esos horrores del Gobierno de Putin. Tampoco hizo mención a los planes del presidente ruso de impulsar referéndums exprés en las regiones ocupadas del este de Ucrania justo en la semana del cónclave de la ONU. Una bofetada a la organización, igual que cuando el pasado febrero Putin anunció la invasión de Ucrania en medio de una reunión del Consejo de Seguridad.
Guterres puso mucho más énfasis en otra batalla: «Nuestra guerra suicida contra la naturaleza». El secretario general de la ONU repasó las olas de calor, inundaciones, sequías y hambrunas que sufre el planeta y advirtió de que «aún no hemos visto nada». Fue muy duro con el G-20 –el grupo de economías desarrolladas es responsable del 80% de las emisiones, dijo– y con la industria de los combustibles fósiles, a la que acusó de disfrutar de «cientos de miles de millones de dólares en subvenciones y beneficios extraordinarios, mientras menguan los presupuestos de los hogares y nuestro planeta se quema. Ha llego el momento de intervenir. Quienes contaminan deben pagar».