DEL VIDEOJUEGO AL VIAJE VIRTUAL: ASÍ SERÁ EL PRÓXIMO DESAFÍO DEL TURISMO
"El metaverso y el alma” es el informe de Turium y SEGITTUR que aborda la próxima revolución tecnológica y cómo puede afectar al Turismo con una mirada humanista y multidisciplinar.
Según diversas investigaciones, en el año 2025 el 25% de la población pasará en el metaverso más de una hora diaria. Por eso, SEGITTUR y Turium han querido ir más allá. Han encargado a distintos especialistas un informe para adentrarse en lo que puede llegar a significar esta tecnología para el ser humano y el turismo. “El metaverso y el alma: viaje al próximo desafío del turismo”, es el estudio en el que han trabajado el catedrático en filosofía Fernando Broncano (Carlos III), los neurocientíficos David Bueno y Diego Redolar (UAB), el antropólogo Pablo Mondragón, el tecnólogo David Vivancos y los profesores universitarios de Diseño de videojuegos, David Alonso y Sergio Reyes (ESNE). Las empresas, exhaustas tras la primera etapa de la digitalización, observan o actúan ante este nuevo reto según su cuenta de resultados, su capacidad de innovación y su valor en bolsa. Las marcas de lujo han sido las primeras en actuar, ávidas de reclutar a los más jóvenes, que hasta el momento parece ser el público objetivo del metaverso que llega avalado por los videojuegos. Las zapatillas de deporte (también convertidas en objeto de culto), se hacen un hueco. Los logos tienen fuerza en la construcción de identidad. Los neurocientíficos Bueno y Redolar dan respuesta a todo esto en su capítulo sobre el cerebro y el metaverso. El mundo de la música y del espectáculo explora posibilidades tras su crisis en la pandemia. Y por supuesto, tiene todo el sentido hablar del metaverso y el turismo. En su artículo, ambos reflexionan sobre la formación del “yo” en el metaverso. El cerebro responde muy bien a la rapidez y por eso las marcas de moda ya están triunfando vistiendo avatares. Por otra parte, hay que tener cuidado con las adicciones, advierte Bueno: “hay que gestionar la recompensa y la gratificación rápida y sin esfuerzo. Eso será muy difícil”. Lo más importante, en su opinión, es adelantarnos para regular bien para evitar lo negativo que puede conllevar. Sobre esta capacidad de que el metaverso sea casi real, escribe Vivancos. Según él, todavía queda una década de espera para que los avatares nos hagan sentir que vivimos algo de verdad. Añade que tendremos injertos transhumanos y más sentidos de los que ahora conocemos. “Mataremos el móvil porque es muy limitado para este tipo de tecnología. Cuando empiece a desaparecer el smartphone, será el momento del metaverso”, sostiene. Por su parte, Reyes y Alonso, se centran en los grandes viajes que tienen sus primeras formas dentro de los videojuegos en línea actuales. En ellos se pueden ver réplicas muy interesantes de ambientes históricos o edificios. En Assassin 's Creed: Unity, un videojuego de culto, los gráficos de la catedral de Notre Dame están realizados con tal detalle que se está usando para reconstruir la de verdad tras el incendio, explican. Tienen claro que realizaremos viajes imposibles: navegaremos junto a Magallanes o exploraremos el espacio exterior. Y los riesgos poco tendrán que ver con un naufragio o que nuestra nave explote. La incógnita es si el fenómeno dará lugar a una sociedad escapista de la realidad y si “caeremos en la autocomplacencia hedonista estética y fugaz que permita la cartera de criptomonedas y si habrá castas digitales dado el poder económico de unos y otros”. También Mondragón se adentra en este problema desde la antropología. Nos recuerda que las fantasías escapistas forman parte intrínseca del ser humano aunque, no todos se refugian en ellas. También señala que es posible que haya un punto de inflexión y nos convirtamos en una sociedad con parte de trabajo y producción dentro del metaverso: una sociedad phygital con una profunda interdependencia entre lo físico y lo digital. “También redefiniremos lo que significa hacer turismo: No visitaremos la muralla china llena de turistas, si no que podremos ser un soldado patrullero al servicio de los Han”. Broncano por su parte aborda el dilema de la gobernanza, visto lo que ha sucedido con los grandes monopolios nacidos a partir de la Web 2.0, tiene clara la tensión entre lo público y lo privado: en general, volveremos a los límites de lo ético.