EL VIAJE DE MI VIDA
LOS TEMPLOS DE CAMBOYA POR ANA TURPIN
Hace ya unos años sentí la necesidad de viajar a Camboya. Siempre que veía libros de los templos camboyanos algo en mi interior se encendía, recibía una especie de llamada… y allá que me fui. Lo primero que llama la atención al llegar a la capital de Camboya, Nom Pen, es la cantidad de motos que hay. Todo el mundo va en motocicleta y puedes llegar a ver a más de tres personas subidas en una. Los colores y olores se empiezan a fundir. Marañas de cables eléctricos decoran
los edi?cios. Hay muchos mercados
callejeros donde comer y tomar zumos, una deliciosa experiencia.
Pero los templos de Angkor Wat son los que realmente hacen que tus células reconozcan la sabiduría y la energía que forman parte de este complejo. Estos lugares sagrados de piedra están escondidos en medio de la selva y a lo largo de los siglos, enormes árboles han echado raíces creando un espectáculo de gran belleza: estatuas y relieves representando criaturas fantásticas y
divinidades de la religión Hindú. Hay
torres de piedra que, en cada uno de sus lados, muestran un torso con expresión serena. Aquí pude sentir una enorme paz y un bienestar que pocas veces antes había encontrado. Es un sitio donde la cabeza se expande y el alma se siente feliz. Disfrutar de la salida o la puesta de sol, meditar o simplemente pasar tiempo en silencio tumbada en
sus piedras observando el >ujo de la
naturaleza es todo un regalo. Camboya tiene muchos templos y recomiendo verlos todos. Es un sitio para dejarse sentir, para volverse un espectador de la vida. Otro de los grandes placeres es darse un masaje por alguna persona ciega. Tienen unos centros donde enseñan esta disciplina a los invidentes. Como tienen potenciando el sentido del tacto, se convierten en auténticos
maestros del cuerpo con la única
herramienta de sus manos. Camboya es un sitio para darte cuenta de que como humanos pertenecemos a algo más grande que nosotros mismos. Que existe una sabiduría que nos precede y que puedes sentir que formamos parte de ella. Es un sitio de unión, paz y mucha alegría. Un territorio mágico.