Las eléctricas piden al Gobierno que asuma la propuesta fiscal de la UE
∑ El Consejo de Ministros aprobó ayer la rebaja del IVA del gas del 21 al 5%
Las eléctricas que operan en España consideran necesario que el Gobierno asuma la propuesta de la UE que pretende fijar un impuesto a los beneficios extraordinarios de las compañías gasistas y petroleras, en vez de seguir adelante con su iniciativa de gravar las ventas de todas las empresas energéticas –incluidas las eléctricas–, aplicando un tipo del 1,2% sobre la facturación de las sociedades con ingresos superiores a los mil millones de euros durante dos años.
Así lo puso de manifiesto ayer la presidenta de la patronal eléctrica Aelec, Marina Serrano, quien añadió que la propuesta de la Comisión Europea debe de ser «armonizada» para todos los países.
La decisión, el día 30
En cualquier caso, hay que esperar a la reunión de los ministros de Energía de la UE, que se celebrará el día 30 de este mes. Además, desde el Ejecutivo se ha señalado que adaptará el impuesto a las energéticas para ajustarlo a la fórmula que se acabe finalmente aprobando en Bruselas.
Serrano defendió también que «no hay beneficios extraordinarios» por la actual coyuntura de crisis energética para las grandes eléctricas y subrayó que las compañías están «deseando volver a una situación de precios de normalidad».
En ese IV congreso de Aelec, los analistas de AFI presentaron un informe que desmiente que el alza de los precios de la energía haya ocasionado un incremento inusual de los resultados de las eléctricas.
La presidenta de Aelec recordó que el gas natural es «la raíz del problema» actual del incremento de precios de la energía y que el sistema que limita el precio del gas para la generación eléctrica «está provocando un aumento de la demanda de gas y una distorsión del mercado por la compensación que aparece en las facturas de los consumidores con precio fijo». Asimismo, las eléctricas piden que la UE establezca un tope al precio del gas en toda Europa.
Sobre la imposición de un límite de precios a las tecnologías inframarginales, donde Bruselas plantea unos 180 euros el MWh mientras que en España ya se aplica desde hace tiempo un ‘cap’ de 67 euros, dijo que «las intervenciones tienen que ser comunes en todo el mercado europeo».
Cogeneración
Por otra parte, el Consejo de Ministros aprobó ayer otro paquete de medidas para el sector energético, como la anunciada rebaja del IVA del gas del 21 al 5%, que las plantas de cogeneración se beneficien también del ‘mecanismo ibérico’ y la recuperación del mecanismo de interrumpibilidad, según anunció la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
La rebaja del IVA, que supondrá un ahorro para los consumidores de 190 millones de euros, empezará a aplicarse el próximo 1 de octubre y estará vigente hasta el 31 de diciembre, aunque podría prorrogarse. Así, las facturas de gas tendrán el mismo IVA reducido (5%) que los recibos de la luz. La medida se aplicará también a los productos derivados de la madera, como las astillas y los ‘pellets’. Sin embargo, el gas licuado de petróleo (GLP) queda fuera.
El sector de la cogeneración llevaba meses reclamando un trato similar para sus 600 instalaciones que los ciclos combinados que generan electricidad con gas y que se benefician desde hace tres meses de la denominada ‘excepción ibérica’, es decir, el establecimiento de un límite al precio del gas que se utiliza en esas centrales. La mitad de las centrales de cogeneración estaban paradas por los altos precios del gas.
Una central de cogeneración produce calor y electricidad a la vez de un modo más eficiente que si se genera calor por un lado y electricidad por otro, obteniendo un ahorro de energía primaria que ronda el 10%. «Por lo tanto, la vuelta a la operación de las centrales de cogeneración paradas aportará un ahorro que puede alcanzar el 1,2% de la demanda diaria de gas en el mejor escenario», según Ribera.
Por otra parte, Transición Ecológica recupera el mecanismo de interrumpibilidad, aunque con el nombre de servicio de respuesta rápida de la demanda. Es decir, que en tan solo quince minutos se podrá cortar el suministro eléctrico a una gran industria para garantizar el consumo doméstico en caso de que existan problemas técnicos en las líneas o de suministro.