«Picasso es un artista menor, alucinante y fascinante»
▶ Rogelio López Cuenca, distinguido con el premio Nacional de las Artes
Pilla nuestra llamada a Rogelio López Cuenca en un bar, en el que se ha atrincherado «no tanto para celebrar, sino para pensar tres o cuatro frases con sentido». No es para menos: el creador malagueño (Nerja, 1959) fue galardonado ayer con el Nacional de Artes Plásticas 2022. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros.
«Lo primero que se me ha venido a la cabeza al recibir la llamada ha sido la cantidad de veces que he bromeado con los amigos al saber que algún autor renunciaba a su premio, qué sería lo que nosotros haríamos en esa situación». Ayer no fue el caso: «Y eso es un síntoma –puntualiza– de lo mal remunerado que está el sistema artístico, que precisa de aceptar este tipo de reconocimientos».
El jurado con el que López Cuenca podría haber dado la campanada como hizo en su día Santiago Sierra ha basado su decisión en una trayectoria «imprescindible para hilar la historia crítica del arte español» de 1980 hasta hoy. A esta conclusión, como miembros del mismo, han llegado Dora García, artista ganadora en 2021; Ángeles Albert, directora de la Academia de España en Roma; Joaquín Vázquez Ruiz, presidente de la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos; los profesores universitarios Jesús María Carrillo Castillo, Rocío Robles e Isabel Tejeda, e Isabel Izquierdo, directora de AC/E. Para el andaluz, el galardón lo que reconoce realmente son todas esas artes que se mueven «en las lindes del sistema, las que entienden el arte más allá del espectáculo y como modo de conocimiento».
Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Málaga y doctor en Bellas Artes por la de Castilla-La Mancha, miembro en sus inicios del colectivo Agustín Parejo School, su trabajo, indolente con el acaparador y el abusador, siempre ha estado del lado del que sufre la presión del poderoso, la frontera o la especulación. En este sentido, ha sido muy crítico con la ‘turistificación’ en torno a la figura de Picasso vivida por su Málaga natal, con grandes exposiciones en el Museo Reina Sofía, el CAAC o Alcalá 31. También en la galería Juana de Aizpuru.
«Ya tengo una edad. Es lo que me recuerda el premio. Pero no he trabajado lo suficiente como para jubilarme. Eso también lo deja claro», confiesa el malagueño, para el que lo único que asume es la precariedad del mundo del arte: «Tal vez los premios sean una compensación de este sistema: es más sencillo un reconocimiento puntual que a todo el esfuerzo día a día de toda una carrera».
¿Podremos verlo pronto en público? Rogelio piensa un poco: «Estoy dándole vueltas a cosas, y estoy muy pendiente de esa ‘picassización’ que se nos avecina. Picasso es ya una marca evidente, pero no dejo de comprobar cómo es una maquinaria que no deja de crecer, un fenómeno compuesto de múltiples facetas. Sin embargo, para mí es un artista menor, alucinante y fascinante». López Cuenca fiel a sus ideas. Con o sin premios.