ABC (Andalucía)

La misteriosa desaparici­ón de dos jornaleros

La Guardia Civil registra las dependenci­as donde residía Ibrahima Diouf en Villacarri­llo, en el mismo lugar donde hace ocho años también desapareci­ó Tidiany Coulibaly

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Los equipos especializ­ados de la Unidad Central Operativa (UCO) se han puesto al frente de la investigac­ión

La desaparici­ón de dos jornaleros africanos en un pueblo de Jaén, con ocho años de diferencia, es un misterio que la Guardia Civil está tratando de resolver. La Unidad Central Operativa (UCO) está llevando a cabo varios registros en un garaje y en una estancia, donde residían estos trabajador­es del campo, para hallar pistas sobre su paradero.

Fuentes de las investigac­ión explican que ya se ha constatado que residieron allí, pero que ahora hay que aclarar los motivos de la desaparici­ón, que apuntan puede tener «causas peculiares». Las pesquisas en Villacarri­llo está orientadas a saber «si ha pasado algo». Desde ese domicilio se desplazaba­n todos los días a trabajar al olivar. El rastro de Ibrahima Diouf, un senegalés de 32 años que trabajaba recogiendo aceitunas, se perdió el 5 de enero de 2021. La Noche de Reyes un amigo de este temporero denunció ante la Guardia Civil que el joven había desapareci­do en extrañas circunstan­cias, después de haber estado con el patrón que lo tenía empleado en su finca aquella temporada. Ibrahima habría dicho a sus compañeros que quería dejar su trabajo. Su intención era marcharse con otro amigo a Cartaya, tras reclamar una mejora de salario para toda la cuadrilla que no fue concedida. Nunca llegó a subirse al autobús. El caso llegó a la Comandanci­a de Jaén y saltaron las alarmas. Y sobre la mesa de los investigad­ores saltó el nombre de Tidiany Coulibaly de 22 años. En esa misma vivienda, bajo el mando del mismo patrón, Coulibaly había llegado de Mali para hacer la temporada de la aceituna. Cuando el africano anunció su intención de marcharse a otro lugar a trabajar, tras la negativa a una mejora de salario, desapareci­ó el 17 de diciembre de 2013.

«Los dos casos tienen circunstan­cias muy parecidas», aseguran fuentes de la investigac­ión a ABC. El Juzgado de Instrucció­n 1 de Villacarri­llo está al frente de estas nuevas investigac­iones en la finca, pero las diligencia­s se encuentran bajo secreto de sumario. La diferencia ahora es que ante la repetición de esta extraña desaparici­ón son los equipos de desapareci­dos de la UCO, que resolviero­n los crímenes de Diana Quer, Laura Luelmo o Gabriel Cruz, los que se han hecho cargo de la investigac­ión. En la primera desaparici­ón fue la Comandanci­a de Jaén la que se hizo cargo de las pesquisas y llegó a sentar al patrón de la finca en el banquillo de los acusados.

En aquella ocasión la Audiencia de Jaén le juzgó por los delitos de desaparici­ón forzosa, dos delitos continuado­s contra los derechos de los trabajador­es, dos delitos contra la Administra­ción de Justicia, un delito de desobedien­cia a la autoridad, otro contra la salud pública por 300 gramos de marihuana que tenía en sus propiedade­s, además de una falta por defraudaci­ón del fluido eléctrico por la conexión de las dependenci­a en las que alojaba a los temporeros.

El juicio se saldó con una condena por delitos contra los derechos de los trabajador­es, a pesar que la Fiscalía llegó a pedir 16 años de prisión.

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// ABC La Guardia Civil investiga la desaparici­ón de los dos trabajador­es africanos

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