Luis Enrique inicia ante Suiza el último casting para el Mundial
A la izquierda, la carta, idéntica, mandada por las 15 jugadores. Arriba, el seleccionador Jorge Vilda con parte de su grupo de trabajo
Que no están de acuerdo con el proyecto, en la idea de juego ni en el planteamiento que hace el entrenador».
Putellas se une a las rebeldes
Las jugadoras que piden no ser seleccionadas (las que conforman el núcleo duro de la selección) se sintieron traicionadas por la RFEF al salir a la luz el contenido íntegro de su email, y ayer, a través de sus redes sociales, publicaron un comunicado en el que reiteraron su deseo de no ser convocadas hasta que «se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal, a nuestro rendimiento y, en consecuencia, a los resultados de la selección y que podrían derivar en indeseables lesiones». Una nota en la que aclararon que no han «renunciado» al combinado nacional, insistiendo en que «nunca» han pedido el cese de Vilda. «Nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo, pero sí expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos puede mejorar el rendimiento del grupo».
Un mensaje poco claro que choca con lo expresado en otro punto de su comunicado: «Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos». Una declaración a la que se sumó Alexia Putellas, jugadora lesionada de larga duración y que no había enviado el correo electrónico a la RFEF al no poder ser convocada para las dos próximas citas de España. Ayer dejó claro que está junto a sus compañeras,
Quedan dos meses para el debut de España en el Mundial, pero la cita de Catar ya sobrevuela por todo lo que tiene que ver con la selección española. Se nota en las preguntas de los periodistas, en la ilusión de los aficionados e incluso en la actitud de los jugadores. «Quizá la cita que aparece detrás de la cortinas les motiva. Es la primera vez que los veo a todos tan preparados. Podría elegir un once a voleo y me saldría bien», decía ayer Luis Enrique en la previa del partido ante Suiza, la prueba más inmediata en este último casting en vivo del seleccionador. Después, ya no habrá más hasta que el asturiano escoja a sus elegidos. A los que están les toca afinar al máximo para convencer al director de la función y ponérselo más difícil a los que, por unas razones u otras, se han perdido esta convocatoria. Cada acción cuenta porque, insiste Luis Enrique, importa más lo que se haga con la camiseta de la selección que el desempeño que tenga cada uno con su club.
En juego está, además, la clasificación para la Final Four de la Nations
League, que tampoco es poca cosa. Para sellarla hoy, habrá que ganar en Zaragoza y esperar la derrota de Portugal ante la República Checa. Si no, el pase se decidirá ante los lusos el próximo martes. España se la juega ante dos de los rivales contra los que más veces se ha enfrentado en los últimos tiempos, dos sospechosos habituales que siempre ofrecen dificultades. «Será un partido difícil e igualado, ellos se juegan la permanencia», dijo Luis Enrique.
Habrá ambientazo en Zaragoza, una ciudad ilusionada por la llegada de la selección. La Romareda, ansiosa de fútbol de primerísimo nivel, se llenará hasta los topes.