LOS JÓVENES ROSTROS DEL PISTACHO
comunidad autónoma, Francisco Martínez Arroyo, la región cuenta con unas 53.000 hectáreas de este cultivo, lo que supone el 85% de la superficie del país, aunque ahora solo un tercio está en producción plena.
«Para nosotros es un cultivo leñoso muy importante porque se ha convertido en una alternativa o en un complemento de renta para los agricultores de casi toda CastillaLa Mancha», afirma el consejero. Por eso, desde su departamento ayudan a las empresas de este sector a instalarse en la región, con una línea Focal específica de fomento de la calidad agroalimentaria dotada con 330 millones de euros en los últimos seis años, con especial atención cada vez más al pistacho ecológico.
Ciudad Real, a la cabeza
Ciudad Real es, sin duda, la provincia que lidera los datos en España y en Castilla-La Mancha, y donde se concentra el 50% de su superficie. A ello también ha contribuido que en la capital ciudadrealeña se encuentre El Chaparrillo, el centro de investigación sobre este fruto seco más importante de Europa, dependiente de la Consejería de Agricultura. Esta provincia cuenta además con una decena de plantas procesadoras, esenciales para que el fruto no se eche a perder una vez recogido, pues si se pasa de su punto de maduración, empieza a generar hongos y toxinas venenosas.
Cuando uno visita estas llanuras manchegas, puede comprobar que el viñedo, aún muy predominante, está cediendo espacio al pistacho, que se adapta mejor al cambio climático, con temperaturas cada vez más extremas, y a la escasez de agua.
Fe de ello da Jesús Moreno López, otro joven pistachero de solo 31 años que dejó su trabajo en la construcción tras la crisis del 2008 para dedicarse de lleno al campo.
Jesús, junto con sus padres y su hermano Sergio, fueron pioneros y son conocidos como «los locos del pistacho». Ahora gestionan unas 300 hectáreas —una de las mayores superficies del país— y aspiran a llegar a las 500 en las tierras que compraron con el boom inmobiliario en su municipio, Tomelloso. Su finca, sin embargo, se encuentra al lado de Alameda de Cervera y cerca de Alcázar de San Juan, otra importante localidad ciudadrealeña famosa por sus viñedos, cultivo que también trabaja esta familia y de la que han arrancado unas 110 hectáreas para sustituirlas por pistacheros.
«Nos decantamos por el pistacho debido a los bajos precios de la uva», cuenta este agricultor, que explica que mientras esta fruta se paga aún en pesetas, los frutos secos se abonan en euros y, además, precisan de menos mano de obra y son cultivos que están más mecanizados, lo que hace que sean más rentables. De hecho, a Jesús y su familia les va tan bien que tienen ya su propio vivero de pistacheros ecológicos y su objetivo, «en un futuro no muy lejano», es tener una planta de procesado para comercializar su propio producto, pues este año los han llevado a las instalaciones de IberoPistacho en Argamasilla de Alba.
La mayor parte de productores son personas que heredaron un pequeño terreno y no sabían qué hacer con él. Ese es el caso de Manuel
A la izquierda: Jesús Moreno López, joven productor de pistacho. A la derecha: Claudia Calzada, directora general corporativa de IberoPistacho
Roldán, ingeniero técnico de 38 años, que trabaja en otro sector y que acaba de plantar unas 3,6 hectáreas en una parcela de sus abuelos, en la también localidad ciudadrealeña de Almagro. Sin embargo, en el sector han entrado ahora grandes grupos inversores como Atitlan —liderado por Aritza Rodero y Roberto Centeno, yerno del presidente de Mercadona, Juan Roig—, que acaba de anunciar 50 millones de euros para cultivar 2.000 hectáreas de pistacho y almendra en Castilla-La Mancha.
Ese es precisamente uno de los entuertos que tiene que desfacer este nuevo protagonista del campo manchego, según alerta la responsable de la Asociación de Productores de Pistachos de Ciudad Real, Isabel García. «Los pequeños productores —se queja— no pueden hacer frente a los elevados costes de producción y a la fluctuación de precios que se están dando ahora, mientras que los grandes inversores, sí». De hecho, en 2021 pagaban unos 8 euros por kilo y este año ha bajado a menos de la mitad.
Para que los pequeños productores puedan luchar contra esos gigantes, como hizo el Caballero de la Triste Figura, han de unirse en cooperativas con el fin de que sus proyectos sean exitosos. De lo contrario, Isabel García avisa: «El pistacho podría ser el nuevo oro verde, pero si no lo hacemos bien, va a ser una ruina».
La clave: su gran adaptabilidad al cambio climático CASTILLA-LA MANCHA ES UNA TIERRA PROPICIA PARA EL PISTACHO PORQUE RESISTE MUY BIEN LAS TEMPERATURAS EXTREMAS Y LA ESCASEZ DE AGUA