EL ÚLTIMO REDUCTO DE LAS AZAFATAS
El Mundial de MotoGP se ha quedado como el único gran deporte que incorpora modelos a su pasarela
El movimiento giratorio empezó hace seis inviernos en las antípodas, una carrera ciclista que marca el comienzo de la temporada llamada Tour Down Under. A miles de kilómetros se materializó una de las leyendas urbanas que jamás terminaban de plasmarse y que tenía que ver con la honorabilidad o la integración. El gobierno de Australia del Sur suprimió el protocolo de las azafatas en el podio y las sustituyó por jóvenes ciclistas. El efecto bumerán de la medida se extendió como la pólvora al cabo de unos años, la Fórmula 1, el Tour de Francia, la Vuelta a España, las principales competiciones que empleaban a modelos como imagen pública eliminaron este episodio de sus vidas. Así hasta hoy. Todos, menos uno. El Mundial de MotoGP se ha quedado como el último reducto de un estereotipo que genera controversia y un ‘revolutum’ de opiniones a favor o en contra.
Este fin de semana, en el circuito japonés de Motegi o el pasado domingo en MotorLand de Alcañiz, las motos han proyectado su criterio respecto a un asunto que provoca irritación social. Esa imagen que para muchos es ya parte del pasado, las chicas con el paraguas para dar sombra al piloto, impertérritas y sonrientes, mientras el gladiador con la moto está punto de lanzarse al asfalto abrasador.
Publicidad con tintes vejatorios y chicas instrumentalizadas sexualmente para unos, un trabajo remunerado y digno como cualquier otro para el bando opuesto en el pensamiento.
«En nuestro campeonato tenemos azafatos y azafatas y ellos son trabajadores del Mundial de MotoGP –explica a ABC Ignasi Sagnier, director de comunicación en la empresa organizadora, Dorna–. Hay personas que tienen sus estudios universitarios y esto supone un complemento. Hay otras que lo tienen como trabajo único. Para nosotros son un trabajador más».
Cada equipo del campeonato eligen su posición respecto a las antiguas ‘pit babes’, así eran conocidas
Un empleado más «EN NUESTRO DEPORTE NO HAY NINGÚN DILEMA ÉTICO PORQUE, REPITO, LAS AZAFATAS Y AZAFATOS SON UNOS TRABAJADORES MÁS DEL ‘PADDOCK’»