Zen, el cardenal de Hong Kong juzgado por su oposición al régimen chino
Procesado por no registrar un fondo que defendía a los manifestantes por la democracia, e investigado por colusión con fuerzas extranjeras, es a sus 90 años una de las voces más críticas contra Pekín
ras su aplazamiento la semana pasada porque su magistrada había contraído el Covid, ayer empezó en Hong Kong el juicio a su obispo emérito y cardenal, Joseph Zen, junto a cinco activistas demócratas. Entre ellos destacan la cantante Denise Ho y dos antiguas diputadas opositoras, Margaret Ng y Cyd ho, así como el catedrático Hui Po-keung. Todos ellos están acusados de no haber registrado legalmente una organización llamada 612 Humanitarian Relief Fund (Fondo 612 de Ayuda Humanitaria), que ofrecía apoyo financiero en los tribunales a los detenidos en las manifestaciones reclamando democracia que sacudieron a la antigua colonia británica en 2019.
Aunque se trata de una falta menor penada solo con 10.000 dólares de Hong Kong (1.275 euros), los procesados siguen siendo investigados por presunta «colusión con fuerzas extranjeras». Un delito castigado hasta con cadena perpetua por la Ley de Seguridad Nacional impuesta en 2020 por el régimen chino, que criminalizó así cualquier oposición política en Hong Kong.
En septiembre del año pasado, la Policía ya avisó de que estaba sobre la pista del Fondo 612 y quería información sobre las donaciones recibidas y el dinero entregado para asistencia legal a los encausados por las protestas. Al igual que prácticamente todas las organizaciones críticas de Hong Kong, el fondo cerró en octubre debido al «clima político».
A sus 90 años, el cardenal Zen es una de las voces más críticas de Hong Kong contra el régimen del Partido Comunista. Nacido en Shanghái, tuvo que huir de China por el triunfo de Mao Zedong y se refugió en la entonces colonia británica de Hong Kong. Tras estudiar en el noviciado de los salesianos, allí se ordenó en 1961 y, después de obtener un Doctorado en Filosofía en Roma, empezó su carrera como maestro en Macao y Hong Kong. Además de ser nombrado Superior Provincial de los Salesianos en 1978, en la década de los 90 regresó a China para enseñar en los seminarios autorizados por el régimen.
Como obispo de Hong Kong, y luego cuando fue nombrado cardenal en 2006 por el Papa Benedicto XVI, Zen ha estado siempre en primera línea de sus demandas democráticas, lo que le ha valido la enemistad de Pekín.
TEl cardenal Zen, a sus 90 años
Su juicio llega en un momento muy delicado, ya que China y el Vaticano deberían renovar en los próximos días su acuerdo para el nombramiento consensuado de obispos.
Aunque el cardenal Zen está en contra y ha prevenido al Papa Francisco para que no lo renueve, la Santa Sede se muestra prudente y sigue acercando posiciones con el régimen chino, con el que no mantiene relaciones diplomáticas. En su lugar, el Vaticano sigue reconociendo a Taiwán, la isla democrática e independiente «de facto» reclamada por Pekín. Esta falta de lazos oficiales ha provocado una división entre la Iglesia oficial, controlada por el Partido Comunista, y la clandestina, leal al Vaticano y cuyos fieles y obispos son perseguidos.
En su defensa siempre ha salido el cardenal Jospeh Zen, entrevistado en dos ocasiones por ABC. En el año 2007, cuando se cumplían diez años de la devolución de Hong Kong a China, ya alertó del progresivo recorte de libertades que sufría la excolonia. Una década que calificaba como «frustrante» porque había «menos libertad que antes». Veinticinco años después del traspaso de soberanía, que se cumplieron el pasado 1 de julio, el cardenal Zen se sienta en el banquillo.*
Futuro Aunque el cardenal Zen ha prevenido al Papa Francisco para que no lo renueve, la Santa Sede se muestra prudente y sigue acercando posiciones con el régimen chino