Ley de familias
l PSOE llega exhausto y con ganas de pasar página al que debía haber sido uno de los grandes hitos del final de legislatura: las medidas fiscales para afrontar la crisis económica, que el Gobierno pretendía visibilizar como la guía de su respuesta «social» a la crisis. No ha sido así. El partido asiste atónito a un nuevo episodio de tensión y descoordinación interna que han sabido leer en Unidas Podemos para imponer sus medidas en materia fiscal.
En el PSOE se respira un clima enrarecido. Con reproches cruzados desde Madrid hacia los territorios, especialmente a la Comunidad Valenciana, por romper el discurso fiscal del Ejecutivo, que no quería asumir un discurso de bajadas de impuestos.
Pero también de los territorios hacia el Gobierno central, donde se cuestiona la falta de coordinación y que Hacienda tardase «demasiado tiempo» en plasmar un plan «en el que ha improvisado constantemente en los últimos días», se quejan en un Gobierno regional. Desde otro Ejecutivo autonómico las críticas se dirigen hacia Puig por ir «demasiado lejos» en su reforma fiscal. No se cuestiona simplemente que se embarcase en bajadas de IRPF, sino que llevase las mismas hasta el nivel de los 60.000 euros de ganancia.
E«Fue demasiado lejos»
En el Gobierno valenciano se trataba de limitar ayer el choque. Pero en último término ponían en valor su autonomía: «Cada uno tiene sus competencias». Desvelaban que llegó a ser necesaria una conversación entre Pedro Sánchez y Ximo Puig. Aunque pilotó los contactos la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Que también se vio obligada a hablar con el consejero de Hacienda valenciano, Arcadi España. Desde otros gobiernos regionales reconocen que trabajan en reformas fiscales, pero que han esperado
Ximo Puig, presidente valenciano
a que Montero desvelase sus planes. Desde el Gobierno central se ha contactado con algunos de sus ejecutivos autonómicos, no con todos, para pedirles que no hiciesen más anuncios fiscales como mínimo hasta que el ministerio de Hacienda llegase a un acuerdo con Unidas Podemos. Los morados supieron aprovechar las fracturas.
«Pareció una subasta»
Ayer había alivio en las filas socialistas por tener ya encima de la mesa las medidas del Gobierno central. Pero se lamenta haber perdido la baza política de estas medidas fiscales con este conflicto: «Ha parecido todo una subasta», lamentaba un alto dirigente. Otros Ejecutivos reiteraban que seguirán adelante con sus planes de cambios fiscales. Y siempre desde una visión autonómica y haciendo sus propios equilibrios parlamentarios.
Navarra y Aragón estudian ya propuestas que de algún modo van a incluir alivios fiscales. También Castilla-La Mancha, que celebra su debate sobre el estado de la región el próximo martes. Si bien se trata de medidas alejadas del maximalismo de la formación morada en sus momentos más exacerbados, no es menos cierto que al final se han aprobado medidas
Aumentar un 15 por ciento el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), el índice de referencia para acceder a las ayudas del Estado según la renta. Al aumentarlo, Unidas Podemos lograría que haya más familias con subvenciones.
Belarra insiste una renta universal de 100 euros para la crianza del bebé o un permiso retribuido de siete días para poder cuidar a familiares. También permisos de padres y madres por nacimiento y cuidado del hijo. Actualmente, son de 16 semanas. Y lamenta que el Gobierno «tiene una cuenta pendiente» con la conciliación.